Megyn Kelly, una veterana periodista y presentadora de podcast, dijo el miércoles que lamenta profundamente haberse puesto la vacuna COVID-19 porque cree que puede haber sufrido una lesión por la vacuna.
La Sra. Kelly dijo que lamenta haberse vacunado y luego haber recibido una vacuna de refuerzo, diciendo que no cree que fuera necesario —y que un médico le dijo que una enfermedad autoinmune que desarrolló después de recibir la inyección podría estar relacionada con la vacuna.
«Yo me arrepiento de haberme vacunado a pesar de ser una mujer de 52 años porque no creo que lo necesitara», dijo la Sra. Kelly durante un episodio del 6 de septiembre de su podcast The Megyn Kelly Show.
«Yo creo que yo habría estado bien. Había contraído COVID muchas veces y ya había pasado el momento en que la vacuna hacía lo que se suponía que debía hacer», añadió la presentadora.
«Por primera vez, yo di positivo en una prueba de un problema autoinmune en mi reconocimiento médico anual. Fui al mejor reumatólogo de Nueva York y le pregunté: «¿Cree que esto puede tener que ver con el hecho de que me pusieran la maldita vacuna de refuerzo y luego me diera COVID a las tres semanas? Entonces ella me dijo que sí. Sí. Yo no era la única con la que había visto eso», dijo la Sra. Kelly.
Su actual arrepentimiento por la vacuna contrasta con las declaraciones que hizo en abril de 2021, cuando dijo que no tenía «ningún reparo» en vacunarse.
«Me voy a poner la vacuna [Johnson & Johnson] este [fin de semana]. No tengo ningún reparo [porque] me he pasado la vida inmersa en unos medios de comunicación obsesionados con el alarmismo, lo que a menudo es irresponsable y falso. Haz lo que te diga tu médico e ignora a todos los demás», dijo en un posteo en X, antes Twitter.
La expresión de arrepentimiento de la Sra. Kelly por haberse vacunado se produjo en medio de informes que relacionaban las vacunas contra COVID-19, basadas en la proteína spike, con problemas cutáneos, un zumbido sordo en los oídos conocido como tinnitus, deficiencias visuales, coagulación de la sangre e incluso la muerte.
Otro estudio publicado por Circulation mostró que algunos niños que experimentaron inflamación cardiaca tras la vacunación contra COVID-19, presentaban cicatrices en el corazón meses después.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) siguen recomendando que personas de todas las edades reciban la vacuna contra COVID-19 a pesar del riesgo de inflamación cardiaca y otros efectos secundarios.
Además, los documentos muestran que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los CDC ocultaron datos, mostrando aumentos de casos de COVID-19 entre los no vacunados.
El expresidente Donald Trump le dijo a la excandidata a gobernadora de Michigan, Tudor Dixon, en una conversación reciente en su podcast que las compañías farmacéuticas tienen la «obligación de ser honestas» sobre los efectos secundarios de las vacunas y deben divulgar todos los datos relevantes sobre los daños de las vacunas.
El presidente Trump y la Sra. Dixon discutieron una serie de temas en un episodio del Podcast Tudor Dixon la semana pasada. En un momento de la discusión, la Sra. Dixon preguntó sobre el anuncio del presidente Biden de financiar una nueva vacuna contra COVID-19. «Él quiere que todos reciban esta vacuna», dijo la Sra. Dixon.
«Él quiere que todo el mundo se ponga esta vacuna», dijo la Sra. Dixon, «y nosotros estamos oyendo muchas quejas de lesionados por la vacuna. Decir mucho es quedarse corto».
A continuación, ella le preguntó al presidente Trump sobre la transparencia de los datos de las vacunas, citando informes de varios eventos adversos, incluida la inflamación del corazón y los coágulos de sangre.
«Numerosas compañías farmacéuticas se han negado a publicar sus datos sobre los efectos secundarios de las vacunas», dijo ella. «Pero hemos visto casos de miocarditis, coágulos de sangre y ataques cardíacos; todos estos están aumentando. La investigación nunca se ha publicado».
Ella preguntó si el presidente Trump «¿exigiría que las compañías de vacunas, que las compañías farmacéuticas liberen sus datos de las vacunas al público para que podamos ver lo que realmente están viendo sobre los efectos secundarios de esta vacuna?»
El presidente Trump respondió que las compañías farmacéuticas «deberían hacerlo», añadiendo que «nosotros estamos todos juntos en esto, y ellos deberían hacerlo».
En el contexto de los comentarios del presidente Biden sobre la financiación de una nueva vacuna contra COVID-19, el expresidente indicó que «cualquier cosa nueva tiene que ser examinada con mucho cuidado».
A continuación, el presidente Trump reiteró que las empresas farmacéuticas deberían hacer públicos todos los datos sobre los efectos secundarios de las vacunas.
«Deberían hacerse públicos inmediatamente. La gente debería entenderlo, y debería saber lo que muestran las investigaciones», dijo el presidente Trump.
El exmandatario añadió que las empresas farmacéuticas harían mal en ocultar cualquier información sobre las lesiones causadas por las vacunas.
«Tienen que ser honestos con los números, los hechos, y tienen la obligación de ser honestos», agregó el Sr. Trump. «Si van a ocultar información, eso significa que están ocultando algo que no es bueno».
«Nosotros los apoyaremos de muchas maneras», dijo el presidente Trump sobre las personas que sufrieron lesiones por vacunas.
Mientras tanto, la FDA recibió la orden de que acelere el ritmo de publicación a nivel público de los datos en los que se basó para autorizar las vacunas COVID-19.
En mayo, un juez federal de Texas dictaminó que la FDA debe apresurarse a revelar los datos que sustentaron su decisión de autorizar las vacunas COVID-19, ordenando que todos los documentos se hagan públicos a mediados de 2025 y no, como quería la FDA, en el transcurso de unos 23,5 años.
«La democracia muere a puerta cerrada», así comienza el juez de distrito estadounidense Mark Pittman su orden (pdf), que obliga a la FDA a presentar los datos sobre las vacunas COVID-19 de Moderna y Pfizer a un ritmo medio de al menos 180,000 páginas al mes.
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