Análisis de noticias
Un memorándum del Departamento de Estado de Estados Unidos recientemente publicado revela que los funcionarios del gobierno sabían desde el principio que la pandemia de COVID probablemente se originó en un laboratorio de Wuhan, China.
Ese memorando, fechado en abril de 2020, afirma que de los cinco posibles orígenes de COVID, una fuga en el laboratorio era, por mucho, la más probable. También sugiere que se introdujeron teorías alternativas para evitar que se investigue una fuga de laboratorio. El memorándum, que se centra casi por completo en la probabilidad de una fuga de laboratorio, contiene una gran cantidad de información que no se conocía públicamente en el momento en que se escribió.
Aunque ahora se acepta ampliamente que una fuga de laboratorio es el origen probable del virus, cuando se escribió el memorándum se estaba realizando un esfuerzo concertado para desacreditar esa posibilidad. El texto también plantea la cuestión de lo que sabían los altos cargos del Departamento de Estado —incluido el entonces secretario de Estado Mike Pompeo— y por qué se ocultó la información al público.
Según el memorando recién publicado, el Departamento de Estado sabía desde abril de 2020 que la cuestión central giraba en torno a la obsesión por recoger y analizar una cantidad masiva de murciélagos portadores del virus por parte del Instituto de Virología de Wuhan y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China, ubicado en Wuhan.
El Departamento de Estado señaló que las pruebas de laboratorio del primer paciente conocido en el Hospital Central de Wuhan en diciembre de 2019 determinaron que el virus era un «Coronavirus similar al SARS de los murciélagos». En el momento en que este paciente fue analizado, el Partido Comunista Chino (PCCh) no reveló que hubiese algún problema.
Cuando finalmente reconocieron la existencia de un brote epidémico, lo achacaron inicialmente a una neumonía. No fue hasta fines de enero cuando el PCCh empezó a admitir finalmente que el COVID-19 estaba causado por un nuevo virus que se transmitía entre humanos.
Para entonces, el virus ya se había propagado por todo el mundo y se había perdido cualquier posibilidad de supresión. Fue durante este mismo período cuando el director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, el Dr. Anthony Fauci, se enteró del probable origen del virus, ya que un grupo de científicos a los que financiaba le dijeron que había una alta probabilidad de que el virus fuera manipulado.
Aunque se sabe desde junio de 2021 que Fauci y los NIH encubrieron su conocimiento del origen del virus, la visión temprana del Departamento de Estado sobre estos asuntos no se conoció del todo hasta fines de marzo de 2022, cuando el grupo de transparencia U.S. Right to Know obtuvo el memorando fechado en abril de 2020.
Dos laboratorios
El memorándum, titulado «Un análisis de las pruebas circunstanciales de que los laboratorios de Wuhan son la fuente del coronavirus», consta de cinco páginas y está redactado en estilo militar BLUF, que muestra la «línea de fondo por delante».
El memorándum comienza afirmando que uno de los dos laboratorios de Wuhan es la fuente probable del brote de COVID. Los dos laboratorios identificados por el Departamento de Estado son el laboratorio del CDC de Wuhan, situado en el centro de la ciudad, y el Instituto de Virología de Wuhan, donde se sabe que Shi Zhengli ha realizado peligrosos experimentos de ganancia de función con virus de murciélagos.
El enfoque del Departamento de Estado en el laboratorio del CDC de Wuhan como posible fuente es particularmente significativo, ya que esa instalación se encuentra a solo unos cientos de metros del mercado de mariscos de Huanan, donde un cliente ya infectado pudo haber causado un evento de superdifusión en diciembre de 2019.
Cabe destacar que el principal investigador de la Organización Mundial de la Salud sobre el origen del virus, Peter Ben Embarek, dijo en privado a un equipo de televisión danés que sospechaba que el laboratorio del CDC de Wuhan era el origen de la pandemia. Embarek, que promovió un origen natural del virus en su informe público, señaló en privado que el laboratorio de los CDC se había trasladado misteriosamente a su nueva ubicación en el centro de la ciudad a principios de diciembre y que ese traslado podría haber aumentado las posibilidades de una fuga en el laboratorio o un vertido accidental.
El otro laboratorio identificado por el Departamento de Estado como probable fuente de la pandemia es el Instituto de Virología de Wuhan, que ha sido el principal foco de atención durante los dos últimos años.
El memorando del Departamento de Estado señalaba que el Instituto de Wuhan, que es por mucho el lugar más lógico para investigar el origen del virus, había sido completamente sellado por el PCCh para que no se produjeran investigaciones externas. El memorándum también señalaba que el 1 de enero de 2020 se había emitido una orden de silencio sobre ambos laboratorios de Wuhan, y que un general de división del Ejército Popular de Liberación había asumido el control del Instituto de Virología de Wuhan desde principios de enero de 2020.
El memorándum del Departamento de Estado afirma enfáticamente que «todas las demás teorías propuestas son probablemente un señuelo para evitar la investigación de los CDC de Wuhan y del Instituto de Virología de Wuhan».
Vale la pena repetir que el memorándum fue escrito en abril de 2020.
Esto se debe a que el argumento del Departamento de Estado refleja las acciones tomadas por Fauci y el entonces jefe de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Dr. Francis Collins, quienes –al mismo tiempo que se escribió este memorando– suprimían y censuraban activamente cualquier discusión pública sobre el escenario de la filtración del laboratorio. Cuando Fox News publicó una historia en abril de 2020 sugiriendo que el virus salió de un laboratorio de Wuhan, Collins se puso inmediatamente en contacto con Fauci para explorar las formas en que los dos hombres podrían «acabar con esta conspiración tan destructiva».
Collins había dicho previamente a Fauci y a su grupo de científicos que «la ciencia y la armonía internacional» podrían verse perjudicadas si la teoría de la filtración del laboratorio se imponía. La directiva de Collins llevó al grupo de Fauci a publicar dos artículos que descartaban categóricamente la teoría de la filtración en el laboratorio, uno en la revista médica The Lancet y el otro en la revista científica Nature. Esos dos artículos se convertirían en la piedra angular de los esfuerzos combinados de los científicos de Fauci, los medios de comunicación, las grandes empresas tecnológicas y el gobierno de EE.UU. para suprimir cualquier debate sobre una fuga de laboratorio, al tiempo que se promovía la teoría del origen natural.
El memorando del Departamento de Estado también enumera muchos hechos que el público solo ha llegado a conocer de forma fragmentaria en el transcurso de los últimos dos años. Ya hemos cubierto muchos de estos detalles en nuestro programa, incluyendo que el CDC de Wuhan tenía un «Batman» residente —Tian Junhua— que se jactaba de haber recogido personalmente más de 10,000 murciélagos portadores del virus como muestras de laboratorio de las cuevas chinas.
Tian también era ampliamente conocido por su imprudencia y descuido durante su proceso de recolección.
En cuanto al Instituto de Virología de Wuhan, el memorando del Departamento de Estado señalaba que la directora del laboratorio, Shi Zhengli, había realizado ingeniería de ganancia de función de los virus de murciélagos para hacerlos más fácilmente transmisibles a los humanos. Como sabemos ahora, la característica que define al virus COVID-19, su sitio de escisión de la furina, es lo que hace que el virus sea especialmente transmisible a los humanos. Nunca se ha observado un sitio de escisión de furina en los coronavirus del SARS que se producen de forma natural. Entonces Shi formó parte de una propuesta de investigación de 2018 que pretendía insertar exactamente esa característica en los coronavirus.
El memorándum del Departamento de Estado de Estados Unidos también destaca los pobres estándares de seguridad del Instituto Wuhan, un hecho que podría llevar fácilmente a una fuga involuntaria del virus mortal a la población exterior. Curiosamente, el memorando también cuestiona la desaparición del trabajador del laboratorio, Huang Yanling, cuya biografía, perfil y foto fueron borrados del sitio web del instituto poco después del brote epidémico. A día de hoy, el paradero y el bienestar de Huang siguen siendo desconocidos.
Por último, la nota examina detalladamente a un profesional médico chino cuyo nombre en Internet es Wu Xiaohua. Wu afirmaba que Shi Zhengli estaba jugando a ser Dios al crear coronavirus con el objetivo específico de hacerlos más transmisibles en humanos. Wu también afirmó que Shi utilizaba animales intermedios en su laboratorio y que la gestión de los virus mortales por parte de éste era terriblemente deficiente y negligente.
El memorándum consideró que las afirmaciones de Wu eran creíbles y esa valoración se mantiene, dada la información que se ha hecho pública en los dos años transcurridos a continuación. Ahora sabemos que Shi tenía un plan activo para insertar sitios de corte de furina en los virus de los murciélagos, sabemos que utilizó ratones humanizados para probar cómo sus creaciones de virus afectarían a los humanos, y sabemos que su laboratorio fue citado repetidamente por su pobre historial de seguridad.
Lo más llamativo del memorando es que se centra casi por completo en la hipótesis de la filtración en el laboratorio, lo que refleja que el Departamento de Estado estaba casi seguro en abril de 2020 de que el virus se había originado en un laboratorio. Lo que sigue sin estar del todo claro es por qué ni el Departamento de Estado ni el secretario Pompeo hicieron pública esta información tan pronto como la tuvieron.
Si el memorándum se hubiera hecho público hace casi dos años, cuando fue escrito, el curso de los acontecimientos habría sido muy diferente. Saber que el virus salió de un laboratorio habría vuelto a centrar la atención pública y la búsqueda de remedios podría haber estado más enfocada.
También se habrían realizado esfuerzos más concertados para evitar futuras filtraciones. En lugar de desviar al público hacia un origen natural, Fauci y los NIH habrían sido expuestos por su papel en la financiación del trabajo en el Instituto Wuhan.
Lo que es más importante, el Partido Comunista Chino se habría visto sometido a una mayor presión internacional por su papel en la supresión de cualquier información previa sobre el brote epidémico. El memorándum también podría haber tenido un impacto en las elecciones presidenciales de 2020, ya que los votantes tienden a ver a Donald Trump como mucho más capaz que Joe Biden para enfrentarse al PCCh.
Aunque no sabemos con certeza por qué se ocultó el memorándum, la única persona que tenía un papel constitucional en la decisión de si la supresión de una filtración de laboratorio debía ser la política del gobierno de Estados Unidos era el presidente Trump. Aunque es posible que Trump decidiera que era mejor ocultar los hechos, es mucho más probable que, como a todos nosotros, al presidente lo mantuvieran en la oscuridad.
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