Mencio, un filósofo chino, defendía que un hombre de virtud debería ser benevolente en todo momento. Éste profesaba la bondad innata y el carácter moral del individuo. Hacía hincapié en que si uno mantiene la bondad y eleva diligentemente el carácter moral de uno, entonces reflejaría los valores de «Yao y Shun» [Yao y Shun fueron gobernantes legendarios chinos que defendían la moralidad y fueron considerados sabios entre los años 2358-2258 A.C.].
Mencio creía en la verdad. Éste filosofaba y discurría sobre el mérito de la conducta virtuosa. Nunca flaqueaba y firmemente aconsejaba a otros que hicieran el bien. No abandonaba fácilmente una vez que ponía un pie en un camino y era visto por muchos como auténtica inspiración y motivación.
Mencio visitó al rey de Qi dos veces para aconsejarle que gobernara su país benevolentemente, pero su consejo no fue aceptado ninguna de las dos veces. Cuando se marchó de Qi la segunda vez, Yin Shi de Qi le dijo a un estudiante de Mencio, llamado Gao Zi, «Fue estúpido por parte de Mencio no darse cuenta de que el rey de Qi nunca obtendrá los atributos de liderazgo de Shang Tang, el Rey Wu de Zhou, u otros».
«A pesar de darse cuenta de que el rey nunca se convertiría en un líder capaz, Mencio no abandonó. ¿Sugiere esto que quería beneficiarse a sí mismo? Mencio viajó desde muy lejos para encontrarse con el rey; y cuando no tuvo éxito en su objetivo, se quedó en Zhou Yi y no se marchó hasta la tercera noche. ¿Por qué se quedó? No estoy muy satisfecho con las cosas que Mencio hizo». Gao Zi le contó a Mencio las palabras de Yin Shi pasado algún tiempo.
Mencio contestó: «¿Cómo podría saber Yin Shi lo que yo pensaba? Viajé desde muy lejos para aconsejar al rey de Qi sobre cómo gobernar una nación y lo hice gustoso. Cuando mis sugerencias no fueron aceptadas, tuve que marcharme de la presencia del rey. Me quedé en Zhou Yi durante tres noches, aunque tres noches era demasiado poco tiempo. Esperé a ver si el rey me llamaba y así podría intentar persuadirle. Sin embargo, cuando el rey no requirió mi presencia, decidí marcharme. Aunque me marché, aún tenía la esperanza de que el rey de Qi aceptara mi consejo. No es demasiado tarde para que el rey gobierne el país benevolentemente. Si fuera capaz de hacer eso, traería la paz a la gente de Qi y al resto del mundo. Todavía tengo la esperanza de que pueda cambiar su mente. No soy estrecho de mente. Solo porque éste no aceptó mi consejo, no tengo ira o descontento. No me fui con prisas, sino que le di al rey la oportunidad de considerar mis sugerencias».
Después de que le dijeran a Yin Shi las palabras de Mencio, éste dijo: «¡Soy una persona tan innoble!».
Al enterarse de que el rey de Qi quería conquistar el mundo con fuerza militar, Mencio se fue rápidamente hacia Qi por tercera vez y aconsejó al rey sobre las formas de gobernar una nación. Éste finalmente logró su objetivo y el rey eligió de buena gana un mandato benevolente, por encima de la fuerza militar. Por ello, se evitó una guerra. La paz y el orden se restauraron en la nación de Qi.
Mencio viajó a otras naciones para promover los valores morales y el gobierno benevolente. Le dijo a sus estudiantes: «Si se preocupan por los demás, pero ellos continúan distantes, entonces deberían preguntarse si han sido realmente amables. Si aconsejan a otros sin éxito, deberían preguntarse si son realmente sabios.
«Si son corteses con los demás pero ellos no responden del mismo modo, entonces deberían preguntarse si son realmente sinceros. Cuando haces algo y no obtienes respuesta, no te quejes de los demás. Primero deberías mirar dentro de ti y encontrar dónde tienes que cambiar».
Los estudiantes preguntaron a Mencio por qué no se hizo arrogante o servil y por qué no tenía miedo de los poderosos y de las clases altas. Éste respondió: «Aunque él es rico, yo soy benevolente. Aunque él es de clase alta, yo poseo rectitud. ¿Así que, cómo podría tener resentimiento?».
Mencio pensaba que la diferencia entre las personas no es una cuestión de ser rico o pertenecer a la clase alta frente a ser pobre o de clase más baja. Consiste en si uno puede mantener un carácter noble y conducirse de manera que no «sienta vergüenza ante el Cielo y los seres humanos». Él creía que el ser humano debería volver a su naturaleza amable y no estar confundido y manipulado por objetos materiales y deseos. Él entendía que esto requiere ser decidido y persistente.
Fuente: Minghui.org
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