El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que podría solicitar médicos cubanos para atender la pandemia del virus del PCCh.
Durante una conferencia de prensa el lunes, los periodistas le preguntaron a AMLO si tenía pensando pedir ayuda al régimen cubano, especialmente en la cuestión de las brigadas médicas.
«Sí hay pláticas para, si es necesario, pedirles que puedan ayudarnos», respondió el mandatario, especificando que requerirían especialistas de terapia intensiva, enfermeras y médicos, para cuando el país llegara a la preparación de la etapa tres de la pandemia.
Desde que la pandemia ocasionada por el virus del PCCh, el régimen cubano ha enviado a cientos de médicos a diferentes países, como Italia, Venezuela, Nicaragua, Suriname y Granada.
Sin embargo, la comunidad internacional se ha pronunciado reiteradas veces sobre las graves violaciones de derechos humanos que enfrentan los médicos cubanos a manos del régimen castrista, por las condiciones de «esclavitud» en la que trabajan.
Según un informe especial de la ONU del 2019, Cuba ha enviado brigadas médicas al extranjero, llamadas «Misiones de Internacionalización», desde 1963 a más de 160 países a través del Sistema Nacional de Salud.
«Muchos médicos cubanos que trabajan en el exterior estarían expuestos a condiciones de trabajo y de vida explotadoras, pagos salariales inadecuados. Además, muchos de estos profesionales estarían sometidos a presiones y a seguimiento por parte del Gobierno de Su Excelencia», explica el informe.
Asimismo, enfatiza que si bien la participación en estas misiones son oficialmente voluntarias, «muchos médicos se sienten presionados para acogerse a dichas misiones y temen represalias por parte de (…) Cuba si no participan».
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El pasado 2 de abril, el eurodiputado español Javier Nart, envió cartas a la Comisión Europea para expresar su preocupación frente a la «ignorancia» de los países frente a las misiones internacionales cubanas.
Nart dijo que si bien los médicos cubanos son muy útiles, “están en una situación de servidumbre y sufren una violación frontal de sus derechos humanos y laborales”.
“Diría que los negros de los ingenios azucareros en Cuba hacían un gran trabajo, pero eran esclavos. Por lo tanto, el problema no es ese gran trabajo, sino las condiciones en las que se trabaja”, destacó.
El secretario del Departamento de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, también pidió en enero a los países que aún tenían convenios con el antiguo programa estatal castrista de médicos cubanos, que los cierren.
Según el último Informe 2019 sobre Trata de Personas (ITP) realizado por el Departamento, el régimen cubano recaudaba todos los ingresos pagados a los médicos cubanos, pero solo le pagaba al trabajador una fracción de los ingresos, dejando la otra parte del salario en una cuenta que el trabajador solo podía acceder si regresaba a Cuba.
«El esquema es que el país le paga un salario mensual al gobierno por cada trabajador que llega a su país–no al médico, o no al trabajador– el gobierno a su vez le da algo de eso al trabajador, pero se queda con la parte leonina”, explicó Ricardo Andrés Pascoe Pierce, exembajador de México en Cuba, en una entrevista de El Financiero TV en julio del 2019.
Pascoe puso como ejemplo el caso de Brasil, quienes pagaba al régimen cubano aproximadamente 2500 dólares mensuales por médico en el país, mientras que el régimen pagaba al personal 200 y 300 dólares.
En noviembre de 2018, Cuba finalizó el contrato del programa médico “Mais Medicos”, que duró 5 años en Brasil y fue facilitado por una organización afiliada a la ONU, luego de que el gobierno de Bolsonaro, demandara al régimen de la isla para que mejorara el trato y las condiciones laborales de sus médicos.
Por su parte, la periodista ítalo-venezolana, Marinellys Tremamundi, explicó en un artículo que las misiones médicas cubanas es “un mecanismo eficiente que no solo aporta dinero a la dictadura (porque el régimen cobra entre USD 4,000 y USD 6,000 al mes por cada médico), sino que también sirve para inocular el virus comunista en las capas más pobres y vulnerables de las sociedades en las que se infiltra para exportar su sistema represivo e incluso el adoctrinamiento».
Los reporteros de La Gran Época, Lalo Tzompa y Pachi Valencia, contribuyeron a este informe.
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