La Armada de México informó el 23 de agosto la incautación de aproximadamente 23.368 kilos de fentanilo proveniente de China en el Puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
La carga ilegal fue descubierta durante una revisión de rutina de un contenedor en un barco de bandera danesa. El barco había declarado que transportaba cloruro de calcio, pero al examinar las muestras en laboratorio se determinó que en realidad se trataba de fentanilo, un opioide que en estado puro es de 50 a 100 veces más potente que la morfina.
La Armada mexicana informó que la carga provenía de Shanghai, China, y se dirigía a Culiacán, Sinaloa. También aclaró que la cantidad incautada es aún aproximada, ya que se detectaron algunos bultos en el contenedor que no contenían en su totalidad fentanilo, y que en breve actualizará la información una vez confirmada la cantidad incautada.
El fentanilo es un opioide analgésico sintético similar a la morfina, pero mucho más potente que esta, y 50 veces más potente que la heroína, según Drugabuse.gov. Por su alta potencia el fentanilo aumenta enormemente el riesgo de llevar a una sobredosis mortal. Mientras que la dosis mortal de morfina es de 200 mg, solo 2 mg de fentanilo pueden provocar la muerte, según la DEA.
Si se confirma que la carga incautada en México es de unas 23 toneladas, eso sería suficiente para matar a 7000 millones de personas, o alrededor del 92% de la población mundial.
Fentanilo chino
Los expertos coinciden en que la mayoría del fentanilo clandestino que llega a Estados Unidos se fabrica en China, razón por la cual algunos de sus nombres callejeros incluyen “Niña china” y “Blanca China”.
Las fuerzas de seguridad canadienses y estadounidenses informaron que desde 2013, “la mayoría de los opiáceos y precursores sintéticos no proceden de una sola fuente clandestina, sino de lo que podrían ser muchos fabricantes y vendedores semilegítimos, la mayoría de los cuales se encuentran en China”.
La DEA informó que los laboratorios de drogas de los cárteles en México tienen una larga historia de importar precursores de China para preparar metanfetamina ilícita. Pero en los últimos cinco años, los proveedores farmacéuticos semilegítimos se enfocaron en enviar fentanilo de pureza del 90% a los narcotraficantes estadounidenses “a través del sistema postal internacional y de empresas privadas de transporte expreso, como FedEx y DHL, así como por cargueros”.
Después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos informaron sobre 28.000 muertes por opioides en 2017, la mayoría de ellas a causa del fentanilo, el presidente de Estados Unidos Trump y el mandatario de China Xi Jinping negociaron un acuerdo en diciembre de 2018 durante la cumbre del G-20 en Argentina en el que “China promulgaría políticas para penalizar la fabricación y exportación de fentanilo”.
El régimen había prometido desde el 1 de mayo incluir a análogos del fentanilo –drogas con una composición química ligeramente diferente pero adictivas y potencialmente mortales– en una lista de narcóticos sujetos al control estatal. Pero muchos legisladores, funcionarios y expertos de Estados Unidos se han mostrado escépticos sobre la voluntad y capacidad de Beijing para realizar estos cambios.
En la última batalla de la guerra comercial, el 23 de agosto Trump ordenó a las empresas estadounidenses irse de China, y ordenó a FedEx, Amazon, UPS y al servicio postal de EE. UU. «buscar y rechazar todos los envíos de fentanilo desde China», y acusó a Xi de no cumplir con su promesa de frenar el flujo de fentanilo a Estados Unidos.
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