Tuzantán (México) – Fuerzas mexicanas disolvieron la caravana de migrantes que el sábado salió de Tapachula, estado de Chiapas, con el fin de llegar a Estados Unidos, informó este domingo el abogado y activista Luis García Villagrán.
García dijo a Efe que cientos de elementos de las fuerzas federales detuvieron la víspera a 613 migrantes que avanzaban por la carretera costera de Chiapas y los devolvieron a la Estación Migratoria «Siglo XXI», de donde habían partido unas 14 horas antes.
El activista señaló que todos los 613 detenidos eran solicitantes de refugio ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), lo que les permitía transitar libremente por todo el estado de Chiapas (sureste).
El Instituto Nacional de Migración (INM) informó en un comunicado que esa institución «llevó a cabo acciones para invitar a las personas extranjeras (…) a acudir al Instituto para conocer las opciones de regularización de su estancia en el país».
El boletín oficial aseveró que esas acciones se efectuaron «con pleno respeto a los derechos humanos» y que luego de que las autoridades «dialogaran con los integrantes del contingente, las personas extranjeras accedieron a subir al transporte que el INM les proporcionó para trasladarlos a la Estación Migratoria Siglo XXI».
«Cada uno será atendido de manera personalizada y con quienes corresponda se dará inicio al procedimiento administrativo migratorio o en su caso se procederá al retorno asistido a sus países de origen», acotó el INM.
Otros migrantes que se habían adelantado lograron eludir a los agentes en las inmediaciones de Huixtla, perdiéndose en la espesura, dijo García, sin precisar el número de quienes consiguieron huir.
Expuso que los migrantes por ahora están evaluando sus opciones, y que muchos quieren continuar su marcha por las vías del tren. «Pero yo lo veo muy peligroso», indicó.
En todo caso, añadió, están determinados a no regresar a sus países de origen. «Me dijeron ‘Aquí nos vamos a morir, pero a nosotros nadie nos regresa. Yo no vine hasta acá para que me regresen'», refirió.
Desde octubre de 2018 se registró un fuerte aumento del flujo de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que acceden a México desde Guatemala con el objetivo de llegar al vecino país del norte.
A principios de junio pasado, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo migratorio después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazara con imponer aranceles a todos los productos mexicanos.
A raíz de ello, México envió a sus fronteras sur y norte a la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad creado este año, lo que ha provocado en estos meses una reducción del 58,7 % del flujo migratorio.
La nueva caravana de casi 3000 migrantes centroamericanos, caribeños y africanos partió la madrugada del sábado de Tapachula después de estar varados más de seis meses y cansados de los procesos de migración.
Los migrantes, la mayoría procedentes de El Salvador, Guatemala, Cuba, Haití, República Democrática del Congo, Angola y Camerún, emprendieron la marcha por la carretera costera que conduce al estado sureño de Oaxaca.
Pero efectivos de la Guardia Nacional, policías federales y personal del INM detuvieron la caravana en las inmediaciones del cruce denominado Xochiltepec, municipio de Tuzantán, entre Tapachula y Huixtla.
Durante el operativo, personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presenció y documentó las acciones para desintegrar la caravana y detener a los extranjeros.
Desde hace casi dos meses migrantes extranjeros varados en Tapachula han realizado numerosas protestas en demanda de que se agilicen sus trámites para transitar por México y dirigirse a Estados Unidos.
La presión ha sido especialmente intensa por parte de migrantes africanos, que han protagonizado enfrentamientos con miembros de fuerzas de seguridad mexicanas.
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