Michigan se ha convertido en el 22º estado de EE. UU. que prohíbe la llamada terapia de conversión para las personas menores de 18 años que sufren disforia de género.
Los legisladores del estado, en su legislación Proyecto de Ley de la Cámara de Representantes 4617, definen la «terapia de conversión» como cualquier práctica o tratamiento por parte de un profesional de la salud mental que pretenda cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona.
Esto «incluye, pero no se limita a, los esfuerzos para cambiar el comportamiento o la expresión de género o para reducir o eliminar las atracciones o sentimientos sexuales o románticos hacia un individuo del mismo género».
El término «terapia de conversión» no incluye el asesoramiento que proporciona ayuda a las personas que buscan o se someten a una transición de género.
El proyecto de ley complementario —el proyecto de ley 4616 de la Cámara de Representantes— prohíbe que un terapeuta lleve a cabo una «terapia de conversión» en un menor con disforia de género, con penas para quienes lo hagan.
La gobernadora Gretchen Whitmer firmó las dos medidas el miércoles y dijo en una declaración que prohibir esta práctica era necesario para hacer del estado un lugar «donde puedas ser quien eres».
«Como madre de un miembro de la comunidad y orgullosa aliada de toda la vida, estoy agradecida de que estemos tomando medidas para hacer de Michigan un lugar más acogedor e inclusivo», declaró la Sra. Whitmer. «Sigamos trabajando juntos para garantizar que cualquiera pueda ‘triunfar’ en Michigan, ampliar las libertades fundamentales y luchar contra todas y cada una de las formas de discriminación».
El Senado de Michigan había aprobado los dos proyectos de ley en junio en una votación de 21-15, con un único senador republicano que se puso del lado de los demócratas: el senador estatal Mark Huizenga (R-Walker). La medida había sido aprobada previamente por la Cámara de Representantes del estado.
Los republicanos que se oponían a la prohibición habían dicho que podría interferir en el trabajo de los profesionales de la salud mental.
Michigan ya prohíbe los fondos estatales y federales para la terapia de conversión en menores, en virtud de una directiva ejecutiva que la Sra. Whitmer firmó en 2021.
Los profesionales médicos definen la disforia de género como la angustia psicológica que experimentan quienes tienen una identidad de género distinta del sexo asignado al nacer.
Según el grupo de defensa The Trevor Project, se calcula que el 15 por ciento de los menores que padecen disforia de género han denunciado haber sido amenazados o sometidos a terapia de conversión a partir de 2022.
Un grupo de defensa de la disforia de género busca una asistencia médica libre de política
A principios de este año, un grupo de defensa de las personas con disforia de género publicó una carta abierta dirigida a más de 30 organizaciones médicas, en la que les pedía que garantizaran una asistencia médica libre de la influencia de la política y de los activistas que cierran el paso a quienes pretenden investigar la disforia de género.
«Por la seguridad y el bienestar de todas las personas trans y con disforia de género, necesitamos que nuestra atención médica, especialmente la mental, se desvincule de una filosofía académica bienintencionada pero malversada», afirma en su carta la Alianza contra la Disforia de Género (GDA, por sus siglas en inglés).
«Como personas que viven con disforia de género, queremos una atención competente y basada en evidencia. Esto incluye atención de salud mental y una evaluación psicosocial exhaustiva antes de cualquier medicalización, a cualquier edad», afirma el grupo en su carta.
«Lo que defendemos no es una terapia de conversión, a pesar de lo que suelen afirmar muchos activistas trans. Según la norma en evolución para el tratamiento de la disforia de género, todo lo que no sea el acceso inmediato a la terapia hormonal y a las intervenciones quirúrgicas se interpreta erróneamente como terapia de conversión», añade el grupo. «Esto no sólo es una visión absurda de las evaluaciones psicosociales, sino que está causando daños innecesarios a personas jóvenes y vulnerables».
«Atención que afirma el género»
Al menos 20 estados de EE. UU. han aprobado leyes que protegen a los menores de cirugías transgénero y procedimientos relacionados. Los defensores de estos procedimientos los denominan «atención de afirmación de género», mientras que los detractores consideran que la disforia de género es un problema psicológico que necesita soluciones psicológicas.
En los últimos años, la Asociación Médica Americana (AMA, por sus siglas en inglés) y la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) han emitido declaraciones en apoyo de la «atención de afirmación de género».
Ambos grupos afirman que los procedimientos de transición de género pueden mejorar la salud mental de una persona con disforia de género y reducir las tasas de suicidio, y que renunciar a estos cuidados expone al paciente a un mayor riesgo de ansiedad, estrés, abuso de sustancias y suicidio.
Pero las declaraciones de los grupos no reconocen que algunos procedimientos de transición de género hacen que sea muy improbable que el individuo pueda tener hijos o que se produzcan otros cambios que son irreversibles.
Expertos de todo el mundo advierten contra los procedimientos transgénero
A principios de julio, 21 médicos e investigadores de nueve países —Finlandia, Reino Unido, Suecia, Noruega, Bélgica, Francia, Suiza, Sudáfrica y Estados Unidos— firmaron una carta el 13 de julio para afirmar que las «mejores pruebas disponibles» no apoyan el tratamiento de la disforia de género con diversos procedimientos transgénero, como se está haciendo en Estados Unidos.
«Todas las revisiones sistemáticas de las pruebas realizadas hasta la fecha, incluida una publicada en el Journal of the Endocrine Society, han concluido que las pruebas de los beneficios para la salud mental de las intervenciones hormonales en menores tienen un nivel de certeza bajo o muy bajo», escribieron los expertos internacionales en su carta publicada en el Wall Street Journal el 13 de julio.
Los riesgos, sin embargo, son significativos, afirmaron en su carta. Entre los riesgos están «la esterilidad, la dependencia de por vida de la medicación y la angustia del arrepentimiento».
Por ello, «cada vez más países europeos y organizaciones profesionales internacionales recomiendan ahora la psicoterapia en lugar de las hormonas y las intervenciones quirúrgicas como primera línea de tratamiento para los jóvenes con disforia de género», escribieron.
Los expertos también rebatieron la afirmación de que la transición de género reduce los suicidios, escribiendo: «No existen pruebas fiables que sugieran que la transición hormonal sea una medida eficaz de prevención del suicidio».
«La politización de la atención sanitaria a los transexuales en Estados Unidos es lamentable», afirmaron. «La forma de combatirla es que las sociedades médicas ajusten sus recomendaciones a las mejores pruebas disponibles, en lugar de exagerar los beneficios y minimizar los riesgos».
Con información de The Associated Press.
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