WASHINGTON —Durante sus últimos días antes de morir por COVID-19, Cody Myers, oficial de segunda clase de la Marina de 26 años, jugó un juego de respiración consigo mismo en un hospital de Florida para ver qué tan alto podían llegar sus niveles de oxígeno.
Myers había optado por vacunarse, pero estuvo expuesto apenas un día después de recibir su primera dosis en enero, tiempo insuficiente para que surta efecto.
“Estaba muy emocionado de hacer su parte por la sociedad y su familia. No hubiera imaginado que tres semanas después moriría solo en un hospital ”, escribió su hermana, Amber Mattson, en un posteo de Facebook.
Con el aumento de los casos de la variante Delta, el Pentágono parece estar listo para imponer vacunas contra el COVID-19. Los funcionarios dijeron a Reuters que la decisión sobre los próximos pasos podría tomarse en unos días.
El ejército de EE. UU. dice que alrededor de la mitad de las fuerzas armadas del país ya están completamente vacunadas, un número que aumenta significativamente cuando se cuentan solo las tropas en servicio activo y se excluyen a los miembros de la Guardia Nacional y la reserva. Las tasas de vacunación son más altas en la Marina, que sufrió un brote el año pasado a bordo de un portaaviones. Alrededor del 73 por ciento de los marineros están completamente vacunados.
Eso se compara con el promedio nacional de EE. UU. de aproximadamente el 60 por ciento de los adultos mayores de 18 años que han sido completamente vacunados.
Debido a que las tropas estadounidenses son generalmente más jóvenes y están en mejor condición, relativamente pocos miembros del servicio estadounidense como Myers han muerto como resultado del COVID-19, solo 28 en total, según datos del Pentágono.
Sin embargo, para la población general de EE. UU., la pandemia ha provocado la mayor disminución de la esperanza de vida en la primera mitad de 2020 desde la Segunda Guerra Mundial. Según los datos proporcionados por la Universidad Johns Hopkins, más de 614,000 personas han muerto por COVID-19 en Estados Unidos al 3 de agosto de 2021.
La semana pasada, el presidente Joe Biden le pidió al Pentágono “investigar cómo y cuándo agregarán el COVID-19” a su lista de vacunas obligatorias.
“Nuestras tropas sirven en lugares de todo el mundo, muchos donde las tasas de vacunación son bajas y las enfermedades son frecuentes”, dijo.
Aún no se sabe si los anuncios iniciales del Pentágono irán más allá de ordenar la planificación de las vacunas obligatorias, mientras que la Administración de Alimentos y Medicamentos todavía está sopesando la aprobación formal de las vacunas, que ahora están autorizadas solo para uso de emergencia.
Los funcionarios del Pentágono están expresando preocupación por la seguridad de los soldados. Varias empresas estadounidenses como Walmart, Walt Disney, Google y Facebook han ordenado la vacunación para los empleados estadounidenses o presenciales.
«Mentalidad de los soldados»
Las autoridades reconocen que un porcentaje significativo de la población militar, y sus familias, han rechazado la vacuna COVID-19.
Las vacunas se han convertido en un tema político en Estados Unidos, al igual que las discusiones sobre hacerlas obligatorias para las fuerzas armadas.
El representante Thomas Massie (R-Ky.) presentó una legislación para prohibir un requisito obligatorio de vacunación contra el COVID-19 para las tropas. Sin embargo, sus posibilidades parecen débiles en la Cámara controlada por los demócratas.
El Dr. Anthony Fauci, director desde hace mucho tiempo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y uno de los principales asesores de Biden, dijo el viernes que espera que los reguladores puedan comenzar a otorgar la aprobación total para las vacunas este mes.
El secretario de Defensa Lloyd Austin, un general retirado del ejército, dijo la semana pasada en Filipinas: «Francamente, me inclino a avanzar para asegura de que todos estén debidamente protegidos».
Con información de Reuters.
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