WASHINGTON- El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson (R-La.), destacó el 31 de enero la preocupación por la sustracción forzada de órganos del Partido Comunista Chino a creyentes fieles, e identificó al régimen como «uno de los más represivos del mundo» por sus abusos contra los derechos humanos.
«Los budistas tibetanos y los practicantes de Falun Gong son internados en campos de trabajos forzados y el Partido Comunista Chino les sustrae los órganos», declaró el Sr. Johnson durante un discurso pronunciado en la Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa celebrada en Washington.
También destacó la «campaña genocida de esterilización forzosa, detención forzosa y reeducación» de Beijing contra los uigures en la región noroccidental de Xinjiang.
Un régimen así también tiene «lo mínimo que ofrecer a sus ciudadanos en términos de prosperidad económica y movilidad social, y no es de extrañar, porque si vas a restringir y atormentar a la gente por sus creencias religiosas, va a ser un régimen tiránico», afirmó el representante.
La sustracción forzada de órganos en China, sancionada por el Estado y consistente en extraer órganos a personas inconscientes para venderlos, acaparó por primera vez la atención internacional en 2006. Los denunciantes informaron a investigadores internacionales y a The Epoch Times sobre los casos de seguidores del grupo religioso perseguido Falun Gong encarcelados, recluidos en instalaciones subterráneas designadas expresamente para tal fin.
Falun Gong es una práctica espiritual que incluye ejercicios de meditación y enseñanzas morales centradas en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia. Su creciente popularidad en China en la década de 1990, con hasta 100 millones de seguidores, fue percibida como una amenaza para el poder del régimen comunista.
En 1999, Beijing lanzó una amplia campaña de represión prometiendo eliminar la práctica y a sus creyentes.
La Corte para China, con sede en Londres, concluyó en 2019 que la Sustracción forzada de órganos se ha estado llevando a cabo en el país a una «escala significativa.» Si bien los practicantes de Falun Gong son un grupo objetivo primario, descubrió que otras comunidades religiosas reprimidas, como tibetanos y uigures, también son víctimas.
En su discurso, el Sr. Johnson destacó la libertad religiosa como un derecho humano fundamental.
«Estados Unidos se fundó sobre el ideal de la libertad religiosa y la creencia de que todas las personas tienen derechos inalienables».
«Cuando se priva a la gente de la libertad religiosa, pronto le sigue la libertad política», dijo el Sr. Johnson. «Sabemos que esa es la lección de la historia. James Madison dijo una vez que la más sagrada de todas las propiedades es la conciencia. Así que si los gobiernos no deberían robarte tu propiedad, tampoco deberían robarte tu conciencia».
Un proyecto de ley al que le ha llegado su hora
En la cumbre sobre libertad religiosa, varios funcionarios y ex funcionarios de asuntos religiosos pidieron a Estados Unidos que redoble sus esfuerzos para combatir esta espeluznante práctica.
«Piensa en lo que estamos hablando: la sustracción forzada de órganos. Le estás quitando los órganos a alguien y, con toda probabilidad, matándolo. Esto es completamente medieval», dijo a The Epoch Times el 30 de enero Sam Brownback, quien se desempeñó como embajador itinerante de Estados Unidos para la libertad religiosa de 2018 a 2021.
A nivel internacional, también han aumentado las reacciones en respuesta a los abusos.
El Parlamento Europeo, que en 2022 censuró al régimen por la práctica, aprobó en enero otra resolución condenando la persecución de Falun Gong y pidió una investigación internacional sobre la campaña de supresión que ha durado casi un cuarto de siglo.
Una docena de expertos en derechos humanos afiliados a las Naciones Unidas han expresado su conmoción y consternación por los informes sobre la sustracción forzada de órganos a minorías, señalando a los practicantes de Falun Gong, uigures, tibetanos, musulmanes y cristianos detenidos como grupos de riesgo.
En marzo de 2023, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por 413 votos a favor y 2 en contra un proyecto de ley para tipificar como delito la sustracción forzada de órganos. Y Texas aprobó en junio de 2023 una ley que prohíbe a las aseguradoras sanitarias financiar trasplantes de órganos procedentes de China.
El representante Chris Smith (R-N.J.), Nueva Jersey), que lideró el proyecto de ley contra la sustracción forzada de órganos en la Cámara de Representantes, se mostró «muy frustrado» por ver que el proyecto de ley lleva casi un año en el Senado sin ser votado.
«Es un proyecto de ley al que le ha llegado su hora», declaró Smith a The Epoch Times en la cumbre del 30 de enero.
La sustracción de órganos en China, autorizada por el Estado, es una industria multimillonaria. El país ha designado incluso hospitales para funcionarios de alto nivel que necesitan operaciones de trasplante de órganos.
Un exviceministro de Cultura chino, fallecido a los 87 años, había «sustituido muchos órganos de su cuerpo», hasta el punto de que en una ocasión bromeó diciendo que «muchos componentes ya no son suyos», según una necrológica ahora suprimida.
«Si Xi Jinping necesita mañana un nuevo hígado, lo conseguirá de un practicante de Falun Gong o de otros, quizá de un uigur», dijo Smith, refiriéndose al líder comunista chino.
«¿No es indignante que las mismas personas a las que persigue se conviertan en la fuente de órganos? Esto es propio de la Alemania nazi».
Un día después de que la Cámara aprobara el proyecto de ley de Smith, la embajada china envió un airado correo electrónico a la oficina del congresista afirmando que la sustracción forzada de órganos era una «farsa».
Era, recordó Smith, «una gran mentira a la vista de todos».
Hace aproximadamente un año, Smith estaba ingresado en el hospital por unas dolencias físicas.
Tumbado en la cama del hospital, le impresionó el contraste entre él y el incalculable número de presos de conciencia en China que corren el riesgo de ser víctimas de la sustracción forzada de órganos.
«En mi caso, me están curando; en el suyo, les están robando los órganos», dijo. «Me causó indignación y dolor al mismo tiempo: ¿Cómo se atreven a hacerle eso a otro ser humano?».
La consecuencia mortal que conlleva es una de las razones por las que Smith quiere que se apruebe este proyecto de ley.
«Vamos a conseguir que se apruebe este proyecto de ley, y lo digo en serio. Es una cuestión de cuándo y no de si», dijo. «Nunca abandono un proyecto de ley, y éste es muy importante».
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