Miles de personas en Nueva Zelanda se reunieron el sábado en Auckland y en varios lugares del país en una muestra de solidaridad contra la supuesta tiranía del gobierno y en apoyo de la libertad.
Auckland, con una población cercana a los 1.7 millones de habitantes, sigue bajo un confinamiento prescrito por el gobierno que limita los movimientos con la excepción de ciertas «razones permitidas».
La primera ministra, Jacinda Ardern, impuso un confinamiento repentino en todo el país el 17 de agosto en respuesta al primer caso de la variante Delta en el país. Luego dijo en septiembre que su objetivo es alcanzar una tasa de vacunación del 90 por ciento antes de abandonar las órdenes de confinamiento. Esto incluye a las poblaciones maoríes y pasifika, lo que será difícil debido a las dudas y a las personas que deciden no vacunarse.
Con la excepción de Auckland, Nueva Zelanda ha vuelto en gran medida a operaciones menos restrictivas bajo el «nivel de alerta 2». La ciudad también fue rebajada al nivel de alerta 3 de confinamiento más laxo el 21 de septiembre, aunque el gobierno advirtió que podría anunciar restricciones de nivel 4 en cualquier momento. El domingo, Ardern anunció otro confinamiento brusco de cinco días en el nivel 3 para algunas partes de la región de Waikato después de que se detectaran dos nuevos casos.
Alrededor de 1000 a 3500 personas se reunieron en el Auckland Domain el sábado alrededor de las 11 de la mañana para un «Picnic de la Libertad de las Familias», así como para una protesta pacífica que los organizadores llamaron una «postura masiva» frente al Museo Memorial de Guerra de Auckland.
Asistieron familias con niños, que instalaron mantas de picnic en la zona. Varias docenas de motociclistas llegaron al evento en un convoy de motos como parte de su protesta.
También había tractores en el evento, en apoyo de los agricultores que protestaban por su libertad de cultivar.
La organización dijo que otros miles de personas en múltiples ciudades de Nueva Zelanda asistieron a protestas pacíficas similares a menor escala el sábado, incluyendo en Christchurch, Gisborne, Hamilton, Hawkes Bay, Nelson, New Plymouth, Rotorua, Tauranga, Wellingon, Whakatane y Whangarei.
Un día antes del evento, apareció un video del organizador, la Freedoms and Rights Coalition, en el que se preguntaba: «¿Qué es la libertad?»
«Piense en esto: Llevamos seis semanas encerrados en nuestros hogares, esclavizados a cuatro paredes, una prisión dentro de nuestras propias casas, sin ser culpables de nada. ¿Cuántos confinamientos más antes de que nos quiten todas nuestras libertades?», se oye decir a una mujer en la voz en off. «¿Y quién ha robado esas libertades, se preguntarán? Es la misma gente en la que se supone que debemos confiar: el gobierno».
Dice en la última parte del video: «Si no tenemos la libertad de ir a la escuela, de ver a los amigos, de socializar y de elegir si queremos la vacunación o no, entonces ¿qué clase de vida estamos viviendo ahora?»
«¿Qué esperanza tienen nuestras futuras generaciones si no nos mantenemos en pie? ¿Qué esperanza tenemos como nación si no nos ponemos de pie? Si me quitan mis libertades, también podrían quitarme la vida. ¿Se pondrá de pie con nosotros?»
Ardern ha instado a todos los neozelandeses a vacunarse para evitar ordenar más confinamientos. Pero los manifestantes dijeron que no están de acuerdo con el balance de riesgos del gobierno.
Hasta ahora, el 78 por ciento de las personas aptas para la vacuna contra la COVID-19 se han puesto una dosis, y el 46 por ciento están totalmente vacunadas. De los mayores de 65 años, el 82 por ciento está totalmente vacunado con dos dosis.
Brian Tamaki, miembro de la Freedoms and Rights Coalition y líder de la Iglesia del Destino, subió al escenario del evento y habló durante unos 40 minutos.
«El poder está en el pueblo. El poder no está en los políticos», dijo a la multitud.
La policía vigiló la protesta de Auckland sin que se produjeran detenciones ni infracciones, según informaron varios medios locales.
«Nadie debe temer ser arrestado si permanece pacífico», dijeron los organizadores del evento con antelación.
La directora de servicios al cliente y a la comunidad del Ayuntamiento de Auckland, Claudia Wyss, dijo que el ayuntamiento no permitía, apoyaba ni respaldaba el evento, informó stuff.co.nz. «Aunque respetamos el derecho de la gente a protestar pacíficamente, nos preocupa seriamente que la reunión pueda dar lugar a la propagación de la COVID-19 y poner en riesgo la salud de los habitantes de Auckland», dijo.
Los organizadores planean al menos otras dos protestas similares: una el 16 de octubre con dos puestos masivos en Auckland y Christchurch, y otra el 26 de octubre con un puesto masivo en Wellington.
El gobierno de Ardern tiene previsto decidir el 4 de octubre si rebaja las restricciones en Auckland al nivel 2. Sin embargo, es probable que se mantengan las normas fronterizas que impiden viajar hacia y desde Auckland, advirtió.
Bajo las actuales restricciones de «Nivel de Alerta 3», Auckland permite el funcionamiento de ciertos negocios y servicios, entre los que se incluyen los centros de aprendizaje temprano y las escuelas para niños de hasta 10 años cuyos padres o cuidadores necesitan trabajar.
Se permiten reuniones para bodas, ceremonias de unión civil, funerales y tangihanga (un rito funerario tradicional maorí) para un máximo de 10 personas. Las mascarillas siguen siendo obligatorias fuera de casa.
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