Una gran multitud de manifestantes rumanos salió el martes a las calles de Bucarest para expresar su preocupación por el hecho de que el gobierno quiera hacer obligatorio el pase sanitario del COVID-19 para los trabajadores.
El nuevo gobierno de coalición de Rumanía está debatiendo la legislación que exigiría a los ciudadanos que acudan a sus centros de trabajo presentar un «certificado verde» —que se obtiene al estar totalmente vacunado, presentar un test negativo de las 48 horas anteriores o haberse recuperado del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Los manifestantes, estimados en unas 2500 personas, se concentraron en la capital rumana frente al edificio del Parlamento, ondeando la bandera nacional mientras coreaban «¡Libertad!».
Un pequeño grupo de los manifestantes protagonizó un breve caos, destrozando algunos autos, bloqueando el tránsito e intentando entrar por la fuerza en el parlamento, antes de ser detenidos por la policía antidisturbios. Los manifestantes se marcharon después y la policía no tuvo que usar la fuerza.
Paul, un manifestante que no quiso dar su apellido, dijo que los rumanos «deberían tener libertad de elección» en relación con las inyecciones de COVID-19.
«Es una decisión médica, cada uno debe decidir por su vida, considero que soy una persona responsable», dijo Paul. «Creo que pasé por la enfermedad y, además, hay demasiadas preguntas sin respuesta».
Samuel Zarnescu, otro manifestante que asistió al evento del martes, expresó una opinión similar a la de Paul, explicando que cree que las personas deberían poder tomar su propia decisión sobre si se vacunan o no.
«Si alguien cree que la vacuna es la única solución, es su decisión vacunarse», dijo Zarnescu. «Si uno no cree en esto, debería tener el derecho de elegir no tomar la vacuna».
Rumanía, nación de Europa del Este con una población de unos 19 millones de habitantes, es el segundo país menos vacunado de la Unión Europea en medio de la desconfianza en las instituciones estatales: aproximadamente el 39% de la población apta ha sido vacunada en su totalidad. Unos 2 millones de ellos han recibido también una dosis de refuerzo.
En las últimas semanas, los contagios del virus del PCCh en el país han descendido significativamente hasta menos de 1000 diarios, frente a los más de 13,000 de octubre y principios de noviembre, según datos de las autoridades sanitarias.
Rumanía se considera ahora un país de «baja preocupación», según un informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
El Ministerio de Sanidad rumano afirmó el lunes en un comunicado de prensa que la aprobación de la ley sobre el certificado digital del COVID-19 «debe tener en cuenta el interés de la salud pública», pero también atender al «buen funcionamiento de la economía».
«El certificado se introducirá cuando se produzca un aumento sostenido de tres semanas consecutivas en el número de casos con un coeficiente de 1.5 y se interrumpirá cuando la tendencia sea a la baja y la incidencia acumulada sea inferior a 1», dijo el ministerio en el comunicado.
Desde el comienzo de la pandemia, hace casi dos años, más de 58,200 personas han perdido la vida en el país a causa del virus del PCCh y las autoridades sanitarias han confirmado alrededor de 1.8 millones de casos.
Con información de The Associated Press.
De NTD News
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