El distrito Nanhai de la ciudad de Foshan, en la provincia china de Guangdong, lleva varias semanas de cierre tras un brote del virus del PCCh. Después de que las autoridades locales extendieron el confinamiento sin dar explicaciones, sin tener avisos oficiales ni pruebas de laboratorio, la noche del 21 de junio estallaron simultáneamente múltiples protestas en varias comunidades locales.
Más de mil manifestantes se reunieron en diferentes esquinas y las autoridades enviaron equipos armados de tácticas especiales para enfrentarlos, según los residentes que hablaron con The Epoch Times.
Información poco clara del gobierno
Una residente de la comunidad de Dongting, en Dali, distrito de Nanhai, identificada con el seudónimo Wang An, dijo a The Epoch Times que no hay casos confirmados de COVID-19 ni contactos cercanos de algún caso confirmado. Sin embargo, las autoridades locales extendieron reiteradamente el cierre sin ninguna explicación y no proporcionaron ningún documento oficial ni actualizaciones durante el período de cierre.
«No tenemos ningún caso [de COVID-19] aquí, ningún contagio confirmado, ni tampoco tenemos ningún contacto cercano confirmado con un caso. Hemos cooperado con el cierre de 14 días y ellos no lo han levantado», dijo Wang.
«Ahora que han pasado los 14 días, ellos [las autoridades locales] no han levantado el cierre ni nos han dicho si van a continuarlo. Lo que oímos son solo rumores. [Las autoridades] expidieron un documento al propietario, por eso sabemos que se prorrogó por tres días más. Nosotros toleramos los tres días adicionales, pero no se organizó ni una sola prueba de COVID-19 durante los tres días prolongados de encierro (…) Nos enteramos por fuentes no oficiales de que el confinamiento se prolongará aún más y por eso anoche no pudimos soportarlo más y estallamos», dijo a continuación.
Un habitante de la comunidad de Huang Qi, de Luocun, de seudónimo Liu Song, dijo a The Epoch Times que su población quedó confinada desde el 4 de junio.
«En un principio nos dijeron que el confinamiento terminaría el 18 de junio, pero el 18 no hubo noticias y el 20 [de junio] se colocó un aviso en la puerta sellada que decía: ‘El cierre continuará el 19 y el 20 de junio hasta nuevo aviso’. Luego, en la noche del 21 [de junio], se dijo que no se levantarán las restricciones, no se nos dio ninguna razón y no se emitió ningún anuncio público», según Liu.
Además indicó que el 22 de junio hubo un test de COVID-19, pero que ni siquiera su arrendador lo sabía. Él mismo lo leyó en Weibo, una popular plataforma de redes sociales en China, pero no tenía ni idea de si este sería el último test antes de que levanten el confinamiento.
«Según el primer documento, si todos los residentes se someten a las pruebas con resultados negativos durante cierto tiempo, levantarán la restricción. Ahora hemos cumplido sus requisitos, pero siguen sellándonos sin darnos una explicación», dijo Liu.
Cinco comunidades locales celebran protestas simultáneas
Los entrevistados dijeron a The Epoch Times que los residentes de cinco comunidades locales de Dali —Huangqi, Dongxiu, Qiyang, Dongting y Yongya— se manifestaron contra el cierre en la noche del 21 de junio, y la mayoría se reunió bajo el puente de la autopista de Xihuan.
Un habitante de la comunidad que estaba protestando, cuyo seudónimo es Gao Fan, dijo a The Epoch Times que los residentes locales comenzaron a llegar bajo el puente alrededor de las 8 o 9 de la noche.
«Debido a que [el gobierno] cerró estos lugares, tales como Qiyang, Huangqi, Dongting, la gente de estos sitios salió a protestar, unas mil o dos mil personas y se reunieron bajo el puente de la autopista de Xihuan», dijo Gao.
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Según Gao, las autoridades locales enviaron cientos de policías antidisturbios con escudos a los lugares de la protesta. «El público en general pidió que se levantara el confinamiento, pero los funcionarios del gobierno no pudieron aclarar la situación y gradualmente, [los residentes] se agitaron y la población de nuestro lado comenzó a empujar hacia las barricadas», relató Gao.
Wang dijo que cuando llegó al puente de la autopista de Xihuan, después de las 11 de la noche, había unos 1000 residentes protestando.
«En ese momento, la policía había llegado desde Guangzhou y había muchos furgones de equipos SWAT. Había más de 100 policías en el lugar», añadió referiéndose a los equipos armados de tácticas especiales.
Algunos policías se dirigieron a la localidad de Luocun, una comunidad situada frente al lugar de la protesta que también estaba en confinamiento y sus habitantes también participaban, añadió.
Liu dijo que estaba al otro lado del puente cuando había algo más de 100 manifestantes de su localidad, Luocan, y que los vio derribando las barreras alrededor de la 1 a 2 de la madrugada.
«La policía nos apuntó inmediatamente con sus porras y escudos en cuanto llegó, pero no teníamos nada en nuestras manos», dijo Wang. «Había demasiada gente en la parte de atrás, y ellos empujaban desde atrás. La barrera se abrió y nos empujaron hacia la policía. La policía cogió a uno de nosotros. Nosotros les gritamos ‘libérenlo, libérenlo'».
La multitud que protestaba comenzó a dispersarse después de las 2 de la madrugada, pero los problemas no se resolvieron. «Se estaba haciendo tarde, así que la gente se fue marchando poco a poco y volvió a casa a dormir», dijo Gao.
Las protestas continuaron hasta alrededor de las 3 de la madrugada y entre 100 y 200 personas se quedaron, dijo Wang a The Epoch Times. «Si ustedes no se marchan, los arrestaremos», les amenazó la policía, y al final, todos fueron expulsados.
Después de que los manifestantes se dispersaron, las barreras que se habían abierto volvieron a cerrarse, según Gao.
Decenas de miles de personas se enfrentan al desempleo
Una preocupación común de los manifestantes es que llevan mucho tiempo confinados en sus casas por lo que se enfrentan al desempleo.
Wang dijo que se les prohibió salir de la comunidad desde hace más de 20 días y que no pueden ir a trabajar.
«Hay más de 100,000 residentes en esta comunidad. Puedo decir que decenas de miles están sin trabajo. Algunos de ellos tienen negocios en Guangzhou y tienen que pagar el alquiler de sus locales allí. Ellos no pueden abrir las puertas de los negocios. Otros son trabajadores inmigrantes. Ahora todos están atrapados aquí», dijo a continuación.
Su ocupación es la de construcción y decoración. Los pedidos de productos le llegan a Guangzhou, pero no tiene ni idea de dónde se entregan, ni de si alguien se llevó la entrega, o si la dejaron fuera del lugar.
«Alguien de nuestro grupo, de Wechat, perdió más de 15,000 dólares. Esta persona es un fotógrafo independiente. No podía ir y fotografiar a sus clientes y eso significa que tuvo que romper el contrato porque no podía hacer las fotos para ellos», dijo Wang.
«Llevamos muchos días encerrados, sin ingresos y sin trabajo. Nadie del gobierno viene a comunicarse con nosotros. El gobierno no nos ha dado un aviso claro. Todo el mundo está muy ansioso», dijo Liu.
«En realidad, no es que no podamos aceptar un cierre, podemos hacerlo si hay peligro. Pero [la autoridad gubernamental] no da ninguna justificación y nos trata como a perros. Se nos dice que hay que cerrar y luego nos encierran. Luego dicen que no se levante el cierre y luego no se levanta, sin ninguna justificación. Por eso mucha gente no puede aceptarlo», añadió a continuación.
Se desconoce el resultado de la protesta
«Ayer, el principal funcionario del equipo de gobierno dijo que hoy a esta hora se levantaría definitivamente el cierre, que si no abren esta noche, seguramente habrá disturbios», dijo Wang.
Liu también se mostró preocupado por la posibilidad de que se produzcan más enfrentamientos violentos si la cuarentena continúa.
La reportera de la edición china del Epoch Times, que también utiliza un seudónimo, llamó al Comando de Prevención y Control de Pandemias de Dali y una empleada del mismo declaró que aún no han anunciado el levantamiento del cierre ya que las pruebas del virus llevan tiempo y no tienen una respuesta definitiva.
Esta empleada del gobierno añadió que incluso si se levanta el cierre, no habrá un levantamiento completo de las restricciones.
«[La gente] puede ir a Guangzhou, pero tenemos guardias las 24 horas en nuestros puestos de control y nos aseguraremos de que las personas que entren y salgan pasen por un control de la temperatura corporal, que se escanee su código QR de salud y que lleven mascarillas, así de simple. Si [la gente] va a Guangzhou y luego vuelve, debe presentar un certificado de prueba negativo en un plazo de 24 horas», según la funcionaria.
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