Las milicias apoyadas por Irán se retiraron de la embajada estadounidense en Bagdad, Irak, el 1 de enero después de que las fuerzas de seguridad dispararon balas de goma, gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento contra la multitud de iraquíes que se reunieron frente al complejo.
La retirada se produjo un día después de que una mezcla de manifestantes, milicianos y simpatizantes de grupos terroristas irrumpieron en los muros exteriores de la embajada, lo que provocó el despliegue de un contingente de infantes de marina de Kuwait.
Los grupos lograron entrar a las zonas restringidas y destrozar las paredes y ventanas, pero las fuerzas iraquíes, las fuerzas de seguridad estadounidenses y los helicópteros Apache les impidieron entrar a los edificios. Unos 100 infantes de marina llegaron poco antes de la medianoche desde Kuwait para reforzar las fuerzas de seguridad de la embajada.
El miércoles, los manifestantes lanzaron piedras contra el edificio mientras las fuerzas de seguridad disparaban gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento para dispersarlos. A media tarde, la mayoría de los protestantes parecían haber obedecido una llamada a la retirada, emitida por el grupo de las Fuerzas de Movilización Popular (PMF), compuesto principalmente por milicianos chiítas. Ellos afirmaron que el «mensaje de los manifestantes ha sido escuchado».
El grupo de milicianos dijo que los manifestantes deberían retirarse en deferencia al gobierno iraquí que buscaba «preservar el prestigio del estado».
Los grupos protestaban ostensiblemente por los recientes ataques aéreos de Estados Unidos al grupo terrorista Kataib Hezbollah, respaldado por Irán. Estos se hicieron en represalia por los ataques con misiles que mataron a un contratista estadounidense en una base en el norte de Irak.
El martes la multitud se reunió para protestar gritando «muerte a Estados Unidos», prendiendo fuegos, lanzando piedras y destrozando las cámaras de vigilancia. Rompieron un muro del perímetro exterior pero no entraron al complejo principal.
La gran embajada fue construida a lo largo de las orillas del río Tigris en la «zona verde» fortificada del centro de Bagdad, durante la ocupación estadounidense tras la invasión de 2003 que derrocó a Saddam Hussein. Es la mayor misión diplomática estadounidense en el mundo.
Los primeros informes indicaron que el embajador de Estados Unidos en Iraq, Matthew Tueller, y otro personal de la embajada fueron evacuados, pero el Departamento de Estado reveló más tarde que Tueller estaba en un viaje programado previamente, que regresaba a la embajada y que todos los que estaban dentro estaban a salvo.
El Secretario de Estado, Mike Pompeo, declaró a finales del martes en Fox News que no había planes para evacuar la embajada o retirar ninguna de las 5000 tropas de Irak.
«La embajada está siendo monitoreada. Es segura. Las acciones que tomamos hoy fueron prudentes. Bajo la dirección del presidente Trump, nuestro equipo trabajó hoy en conjunto para tomar rápida, decisiva y prudentemente las respuestas apropiadas para mantener a nuestro pueblo estadounidense seguro», dijo Pompeo durante una aparición en CBS.
El Secretario de Defensa Mark Esper explicó a su vez que Estados Unidos estaba enviando alrededor de 750 tropas adicionales al Medio Oriente después del ataque del martes a la embajada.
«Este despliegue es una acción apropiada y precautoria tomada en respuesta al aumento de los niveles de amenaza contra el personal y las instalaciones de Estados Unidos, tal como lo presenciamos hoy en Bagdad», declaró. «Estados Unidos protegerá a nuestro pueblo y nuestros intereses en cualquier lugar del mundo».
El presidente Donald Trump envió múltiples tweets sobre la situación el martes, diciendo que la embajada era segura.
«Muchos de nuestros grandes guerreros junto con el equipo militar más letal del mundo fueron inmediatamente llevados al lugar. Gracias al Presidente y al Primer Ministro de Irak por su rápida respuesta a la solicitud», escribió en Twitter.
«Irán será totalmente responsable de las vidas perdidas o los daños sufridos en cualquiera de nuestras instalaciones. Pagarán un precio muy grande! Esto no es una Advertencia, es una Amenaza. ¡Feliz Año Nuevo!».
President Trump, unlike President Obama, will hold you accountable for threats against Americans and hit you where it hurts the most.
Choose your battles wisely.
(3/4)
— Lindsey Graham (@LindseyGrahamSC) December 31, 2019
El senador Lindsey Graham (R-S.C.), uno de los principales aliados de Trump, emitió una advertencia a Irán en Twitter. «El presidente Trump, a diferencia del presidente Obama, le hará responsable de las amenazas contra los americanos y le golpeará donde más le duela. Elija sus batallas sabiamente».
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, escribió en su Twitter que Estados Unidos «no puede hacer nada».
«Si fuera lógico, lo que Ud. no es, vería que sus crímenes en Irak, Afganistán… han hecho que las naciones lo odien», añadió Khamenei.
Trump dijo a los periodistas que no quiere ir a la guerra con Irán.
¿»Quiero? No. Yo quiero tener paz. Me gusta la paz», dijo. «Además Irán debería querer la paz más que nadie. Así que no veo que eso suceda».
Reuters contribuyó a este informe.
Siga a Zachary en Twitter: @zack
Descubra
¿Cuántos países realmente comunistas hay en el Mundo?
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.