Los miembros del servicio que fueron dados de baja con una licencia general al ser separados del ejército por su negativa a obedecer la orden de vacunación dicen que su transición a la vida civil se ha visto obstaculizada porque no recibieron un licenciamiento honorable.
La mayoría de los militares expulsados por negarse a recibir la vacuna fueron dados de baja con una licencia general. Con una licencia general, los miembros del servicio pierden todas las prestaciones educativas, los derechos de reempleo y el crédito de jubilación del servicio civil.
Hayden Robichaux, coordinador de las relaciones con los donantes de la Fundación Mighty Oaks, es uno de ellos. Él tuvo que forjarse una carrera en el Cuerpo de Marines. Él pasó sus dos primeros años sirviendo como el equivalente militar de un bombero. Pero su vida como marine se vio interrumpida por el anuncio del secretario de Defensa, Lloyd Austin, de una orden de vacunación contra la COVID-19 en agosto de 2021, declaró a The Epoch Times.
Robichaux rechazó la vacuna y buscó una exención religiosa.
«Pero parecía que a todos los que solicitaron la exención religiosa se les denegó», dijo el militar. Meses más tarde, un memorando filtrado de junio de 2021 por un organismo de control del Pentágono reveló que el departamento podría haber estado violando las normas en su proceso de denegación de solicitudes de exención religiosa para la vacuna contra COVID-19.
Además de su convicción religiosa en contra de la vacuna, se opuso al hecho de que las únicas vacunas que se ofrecían a los miembros del servicio en ese momento estaban etiquetadas como autorizadas para uso de emergencia, en lugar de contar con la plena aprobación de la FDA. Este argumento se deriva del texto del decreto del Pentágono sobre vacunas, que cubre «las vacunas COVID-19 que reciban la plena autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), de acuerdo con el etiquetado y las directrices aprobadas por la FDA». Robichaux y otros creen que esto significa que el mandato no se aplicaba a ninguna vacuna emitida bajo autorización de uso de emergencia (EUA), como la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Ellos argumentan que los militares ofrecieron principalmente a los miembros del servicio la vacuna en estado de EUA de Pfizer-BioNTech, en lugar de la vacuna Cominarty aprobada por la FDA, y por lo tanto no podían obligar al personal a tomarlas. A la vez ellos argumentaron sobre una política del Pentágono que dice que las vacunas Cominarty y la vacuna en estado de EUA de Pfizer-BioNTech son intercambiables era ilegal.
«Con cada denegación», dijo Robichaux, «yo seguí presentando apelaciones y cada una fue denegada. Ellos se las cepillaban», e indicó que como él continuó rechazando la vacuna, su liderazgo se volvió «enojado». En octubre de 2021, le dieron 10 días para vacunarse. Pronto se enfrentó a la amenaza del Artículo 15, una forma de castigo no judicial que puede imponer un comandante, lo que «mancharía» su carrera.
«Debido a esto», dijo, «estuve a punto de cambiar de opinión, diciéndoles que me la iban a poner». Miembros de su familia inmediata han servido colectivamente en el ejército durante más de 80 años, desde la guerra de Vietnam. «Y yo quería continuar el legado que tenemos a nuestro nombre», declaró a continuación.
Al final, Robichaux mantuvo su objeción religiosa a la vacuna y no la recibió. No solo se le aplicó el Artículo 15, sino que también se le denegó el ascenso a cabo. Aunque admite que pudo haber desobedecido la orden de tomar la vacuna, afirmó que: «No creo que fuera una orden legal, ya que nunca deberían haberme obligado a tomar un producto EUA».
Robichaux fue dado de baja del Cuerpo de Marines en febrero de 2022. «Mi oficial al mando me recomendó para una baja con honores, pero una vez que subió por la cadena de mando, volvió como una licencia general», explicó. Su baja se consideró relacionada con la comisión de un delito grave. Se consideran delitos graves las agresiones domésticas, el asesinato, la violación, el terrorismo y el consumo de drogas.
«Solo he conocido a una persona que recibió una baja honorable», dijo desde que dejó el Cuerpo de Marines. Esto es preocupante si se tienen en cuenta los miles de miembros del servicio que fueron separados del ejército. Algún día, a Robichaux le gustaría que le mejoren su licencia.
Otro caso similar
The Epoch Times también habló con el soldado de primera clase Derrick Wynne, que se alistó en el Ejército en julio de 2020. Casi dos años después, fue dado de baja del servicio por negarse a recibir la vacuna contra COVID-19, ordenada en su día por el secretario de Defensa Austin.
Wynne se describió a sí mismo como un «rechazante duro», ya que no solicitó una exención. Se negó porque «estaban ofreciendo vacunas emitidas bajo autorización de uso de emergencia», que consideraba legalmente distintas de las vacunas totalmente aprobadas por la FDA, que los miembros en servicio están obligados a recibir.
En noviembre de 2021, por negarse a recibir la vacuna, recibió un Memorando de Reprimenda del Oficial General, una carta administrativa de reprimenda que se incluyó en su hoja de servicio. Además, varias personas de la jefatura y muchos de sus compañeros le dijeron que «iban a hacer de mi vida un infierno por negarme a la vacuna».
En ese momento, Wynne fue informado de que sería dado de baja por negarse a vacunarse.
«Cuando finalmente me echaron el 28 de junio de 2022, empezó como un proceso largo y prolongado, pero cuando finalmente ocurrió, solo me avisaron con dos semanas de antelación», dijo Wynne. «Muchos de los programas puestos en marcha para ayudarme en una transición sana y satisfactoria a la vida civil fueron dejados de lado».
«Fue una licencia general, etiquetada como infracción grave», dijo Wynne. «A cualquiera que no conozca toda la historia», «parece que fui yo quien infringió la ley a sabiendas». Pero el soldado argumentó que eran los militares los que ofrecían una vacuna ilegal al suministrar únicamente vacunas expedidas al amparo de la EUA.
«Después de hojear mi expediente (de separación administrativa) cuatro o cinco veces antes de hablar con los Servicios de Defensa Procesal, me di cuenta de que no había ninguna opción para una baja con honores». Cuando mencionó esto a su asesor jurídico, también «hizo una nota en el expediente para que el servicio jurídico de la brigada añadiera, al menos, la opción de licenciamiento con honores».
El servicio jurídico de la brigada le dijo que, una vez que su comandante diera su recomendación, añadirían la opción de una baja con honores antes de enviarlo al siguiente nivel de decisión. Para su sorpresa, «después de que mi comandante diera su recomendación para una baja con honores, una vez que subió por la cadena de mando, no hubo opción a ello», añadió.
Cuando se dio cuenta de que no había opción a una baja con honores, Wynne dijo que no le sorprendió debido al historial reciente del departamento, que él describió como «tácticas coercitivas turbias». «En aquel momento, los militares estaban haciendo todo lo posible para pintarnos [a los que nos negábamos a recibir vacunas] como delincuentes que desobedecíamos a sabiendas órdenes ‘legales’, sin ni siquiera tomarse el tiempo de escuchar nuestras legítimas quejas». Para Wynne, «había una descarada mano dura en la balanza, que venía de arriba hacia abajo».
The Epoch Times habló con otros miembros del servicio que coinciden con Wynne. Algunos de ellos están siendo expulsados del ejército por desobedecer una orden «legal» dictada hace casi dos años. La mayoría de ellos están recibiendo una licencia general. La orden de vacunación fue oficialmente rescindida en enero, pero esto no afectó a los miles de miembros del servicio que ya habían sido dados de baja por la vacuna.
Demandas para una respuesta del Congreso
El motivo de separación de Wynne, una vez que se vio obligado a abandonar el Ejército, fue calificado, al igual que el de Robichaux, de «mala conducta (falta grave)». Al respecto, el soldado dijo que esto le dificultó sus posteriores entrevistas de trabajo.
«Las faltas de una caracterización honorable se extendió y afecta a miles de nosotros [miembros del servicio] en su conjunto, no solo desde una perspectiva burocrática, sino también desde un aspecto moral y de principios», afirmó Wynne.
«Yo perdí las prestaciones educativas que obtuve durante mi servicio, que me serían muy útiles durante mi nueva búsqueda de empleo», afirmó el afectado. A los dos meses de ser licenciado, Wynne apeló la decisión del Ejército ante la Junta de Revisión de Licencias del Ejército.
«Han pasado casi nueve meses y no he sabido nada», dijo a continuación. «Yo sé que el Congreso tiene poder para poner en marcha una investigación y ayudar a soldados como yo».
En el transcurso de los últimos meses, con el deseo de abordar la cuestión de las vacunas aprobadas por la FDA frente a las que se ponen a disposición a través de la Autorización de Uso de Emergencia, Wynne se ha puesto en contacto con múltiples congresistas, pero en vano.
“Yo me la pasé de un funcionario electo a otro durante meses, y nadie quería hacer nada para obtener respuestas a mis preguntas”, dijo Wynne. “Cada vez que un político se niega a ayudarme”, dijo el exsoldado, “siento que me están diciendo: eres un pedazo de basura, deberías haberte vacunado”.
Legislación propuesta
En abril de 2022, Wynne se puso en contacto con la oficina del senador Ted Cruz (R-Tex.). Aunque sigue frustrado por la falta de acción para hacer que el Departamento de Defensa (DOD) rinda cuentas por la orden de vacunación, se dio cuenta del esfuerzo del legislador para garantizar que los dados de baja, bajo una licencia general, puedan ser designados como dados de baja con honores a través de la ley AMERICANS.
El senador Cruz y 18 copatrocinadores originales introdujeron la Ley que permite exenciones militares, que reconoce preocupaciones individuales, relacionadas con las nuevas vacunas (AMERICANS) de 2023 (S.29) en enero. El proyecto de ley requeriría que el departamento ofrezca la reincorporación a los miembros del servicio que fueron separados por rechazar la vacuna contra COVID-19.
Para Wynne, Robichaux y la multitud de otros miembros del servicio, como ellos, también establece que “cualquier baja administrativa de un miembro sobre la única base de no recibir una vacuna contra COVID-19 debe clasificarse como una baja con honores, y el Departamento de Defensa tiene prohibido tomar cualquier acción adversa contra tal miembro por ese motivo”.
Un portavoz de Cruz le dijo a The Epoch Times que el senador está luchando por la aprobación de su Ley AMERICANS [para] ofrecer justicia a los miembros del servicio despedidos o de otro modo castigados debido a su estado de vacunación contra el COVID-19”.
“Él también está luchando por ellos legislativamente, creando el texto legal para prohibir la orden de vacunación contra COVID-19 del Departamento de Defensa, la que se convirtió en ley en diciembre de 2022”, dijo el portavoz.
Cruz “ha tomado la iniciativa de llamar a la administración Biden por extralimitarse con COVID-19 y luchar para proteger a los miembros del servicio de Texas de los mandatos de vacunación”, agregó el portavoz.
Los oficiales del Cuerpo de Marines y del Departamento de las Fuerzas Armadas no respondieron las solicitudes de comentarios de The Epoch Times.
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