Millones de cubanos siguen sin electricidad mientras se agrava la crisis

Por Reuters
20 de octubre de 2024 2:33 PM Actualizado: 20 de octubre de 2024 2:33 PM

LA HABANA—Millones de cubanos se despertaron el domingo todavía sin energía después de otra falla parcial de la red durante la noche, profundizando una crisis que ha planteado interrogantes sobre la viabilidad de los esfuerzos del régimen para restablecer el servicio eléctrico.

Lázaro Guerra, máximo responsable del sector eléctrico del país, confirmó a última hora del sábado un colapso parcial de la red en las provincias occidentales de Cuba, entre las que se encuentra La Habana.

Los técnicos estaban trabajando para resolver el problema, dijo Guerra, pero no proporcionó un cronograma de cuándo se restablecería la energía en la región.

La capital de casi dos millones de habitantes parecía estar completamente sin electricidad a primera hora del domingo, mientras muchos cubanos formaban colas para comprar raciones subvencionadas y analizaban la situación fuera de sus casas.

El medio de noticias digital estatal CubaDebate informó que la mayor central eléctrica del país, Antonio Guiteras, había vuelto a funcionar el domingo y comenzaría a contribuir al restablecimiento del servicio en el transcurso del día.

Un tercer fallo en la red eléctrica a última hora del sábado supuso un importante revés en los esfuerzos del régimen por restablecer rápidamente el suministro a unos residentes exhaustos que ya sufrían una grave escasez de alimentos, medicinas y combustible.

El reloj seguía corriendo mientras el huracán Oscar se abalanzaba sobre el noreste de Cuba a primera hora del domingo, amenazando con complicar aún más los planes del gobierno para restablecer el suministro eléctrico.

El Servicio Meteorológico cubano advirtió sobre “una situación extremadamente peligrosa” en el este del país. Toda la región estaba en gran parte sin electricidad ni comunicación antes de la tormenta, que trajo vientos de hasta 100 millas por hora a media mañana del domingo.

La red eléctrica nacional de Cuba se colapsó por primera vez hacia el mediodía del viernes tras el cierre de la mayor central eléctrica de la isla, sembrando el caos. La red volvió a colapsarse el sábado por la mañana, según informaron los medios estatales.

A primera hora de la tarde del sábado, las autoridades informaron sobre algunos avances en el restablecimiento de la energía antes de anunciar otro colapso parcial de la red.

“El proceso de restablecimiento del sistema eléctrico sigue siendo complejo”, declaró el Ministerio de Energía cubano en X.

Aumento de las tensiones

Reporteros de Reuters fueron testigos de dos pequeñas protestas durante la noche después de que un fallo en la red eléctrica dejara a La Habana a oscuras a última hora del sábado, una en las afueras de la capital, en Marianao, y la otra en la zona más céntrica de Cuatro Caminos. Varios vídeos de protestas en otros lugares de la capital comenzaron a aparecer en las redes sociales a última hora del sábado, aunque Reuters no pudo verificar su autenticidad.

El tráfico de Internet se redujo drásticamente en Cuba el sábado, según datos del grupo de monitoreo de Internet NetBlocks, ya que los vastos cortes de energía hicieron casi imposible para la mayoría de los residentes de la isla cargar teléfonos y conectarse a Internet.

“Los datos de la red muestran que Cuba permanece en gran medida fuera de Internet mientras la isla experimenta un segundo apagón nacional”, dijo Netblocks el sábado.

Incluso antes de los fallos en la red, un grave déficit de electricidad el viernes había obligado al régimen comunista de Cuba a enviar a casa a los trabajadores estatales no esenciales y a cancelar las clases para ahorrar combustible.

El régimen achacó el deterioro de las infraestructuras, la escasez de combustible y el aumento de la demanda al empeoramiento de los apagones durante semanas, que han llegado a durar entre 10 y 20 horas al día en gran parte de la isla.

El régimen comunista cubano también culpa al embargo comercial de Estados Unidos, así como a las sanciones instituidas por el entonces presidente Donald Trump, por las continuas dificultades para adquirir combustible y piezas de repuesto para operar y mantener sus plantas que funcionan con petróleo.

Estados Unidos negó cualquier papel en los fallos de la red.


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