Millones de personas llevaron hoy a cabo un simulacro de terremoto en México, en un ejercicio en que afloró la angustia de muchos al tener presente el trágico sismo del 19 de septiembre de 2017, que dejó 369 muertos.
«Son nervios, y me duele el estómago desde la mañana, porque el año pasado tuvimos simulacro, y luego tembló», dijo a Efe Nancy Ramírez, trabajadora del área de Recursos Material del Palacio de Gobierno de Ciudad de México.
Este miércoles se conmemoró una triste doble efeméride. El 19 de septiembre de 2017 un terremoto de magnitud 7,1 azotó el centro de México y, solo en la capital, colapsó varios edificios y dejó 228 muertos.
Esa misma fecha, pero de 1985, otro poderoso movimiento telúrico acabó con la vida de al menos 20.000 personas en la Ciudad de México, según la mayoría de las estimaciones.
A las 13.14 hora local (18.14 GMT) de este miércoles se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del sismo de 2017, y en el Zócalo (plaza principal) capitalino centenares de personas, entre ellos un grupo de rescatistas, levantaron el puño en alto.
Y apenas dos minutos después ululó la alerta sísmica por el simulacro, que se reprodujo en 14.000 altavoces del país, la mayoría de ellos en la capital y el Valle de México.
«Alerta sísmica, alerta sísmica», se escuchó en la capital, mientras millones de personas abandonaban sus lugares de trabajo y casas en una procesión mucho más rigurosa que en años anteriores.
Los nervios estaban a flor de piel en miles de personas, y la plaza central de México era un hervidero de muchos de estos sentimientos.
Positivamente, el simulacro se cumplió con mayor celeridad que en años anteriores.
«Hubo más participación de la gente y más orden a la hora de salir», indicó Yosahandi Mirón, directora de Recursos Materiales y Servicios Generales de la Oficialía Mayor del Gobierno capitalino.
Para activar la alarma, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) dio la señal de un terremoto hipotético de magnitud 7,2 con epicentro de 35 kilómetros al este de Acatlán de Osorio, estado de Puebla.
Según reportó Mirón, en ocho minutos y 32 segundos se evacuó el edificio central del Gobierno de la ciudad, en el que en el momento del simulacro fueron desalojadas 910 personas.
Explicó que la salida del inmueble se hizo por fases, y que del segundo al quinto piso se debe esperar a que termine el sismo antes de bajar por las escaleras, y por ello la evacuación lleva varios minutos.
Estas cerca de mil personas se organizaron en hileras en esta la gigante plaza del Zócalo, donde hoy la bandera de México ondeaba a media asta en señal de duelo.
«El año pasado la gente se puso muy nerviosa y no desalojó rápido el inmueble, y entonces este simulacro es para que se tome más conciencia cuando se presenta un caso real», explicó a Efe el brigadista de Protección Civil y empleado de gobierno Manuel Hernández.
«Estar preparados ante una emergencia es la mejor forma de prevenir desastres; participemos en el #MacroSimulacro2018 de las 13:16:40 horas de hoy y ayudemos a evitar dolorosas pérdidas en el futuro», dijo minutos antes del ejercicio el presidente de México, Enrique Peña Nieto, vía Twitter.
En Ciudad de México, la alerta sísmica sonó en los más de 12.000 altavoces que hay instalados. Por el momento, se desconoce si todos funcionaron, tras varias polémicas en los últimos meses porque algunos de ellos se habían estropeado.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, encabezó junto a Peña Nieto esta mañana la Ceremonia Cívica Solemne Conmemorativa al 33 aniversario del sismo de 1985.
Amieva aseguró que los sismos de 1985 y 2017 dejaron un aprendizaje a la ciudad para tener cuerpos de emergencia y atención cada vez más capacitados.
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.