El gobierno australiano ha declarado que su relación con China no volverá a ser la que era en 2016, antes del desencuentro diplomático entre ambas partes.
Esto se produce mientras el primer ministro Anthony Albanese se encuentra actualmente de visita en China para mejorar la relación bilateral y discutir cuestiones comerciales.
Albanese aterrizó en Shanghai la noche del 4 de noviembre, marcando la primera visita de un primer ministro australiano a China en siete años.
En una entrevista con Sky News Australia, el ministro adjunto de asuntos exteriores, Tim Watts, dijo que la visita del primer ministro fue un evento importante destinado a lograr resultados para el pueblo australiano.
«Esta visita permite un compromiso de alto nivel en las cuestiones que importan para Australia. Y el diálogo en sí es importante», afirmó.
«Es una manera de encontrar esas áreas, de cooperar. Y un diálogo de alto nivel como este es la mejor oportunidad posible para que adoptemos ese enfoque».
Sin embargo, el viceministro afirmó que el gobierno federal no intenta restablecer las relaciones entre los dos países, sino más bien estabilizarlas.
«No es posible retroceder en el tiempo. No podemos restablecer la relación a lo que era en 2016, y la razón es que ahora no es posible separar esas cuestiones de la política comercial y estratégica que antes eran distintas», dijo.
«Vemos muy claramente que China persigue una estrategia internacional coordinada a través de sus palancas comerciales y de política estratégica.
«Esa es la realidad del nuevo mundo en el que operamos. Por lo tanto, debemos reconocerlo y adaptar nuestra propia respuesta».
Watts también señaló que una relación estabilizada con China permitiría a Australia proteger sus intereses y soberanía nacionales, así como aplicar políticas exteriores y de defensa estratégicas en la región.
Oposición: El gobierno cede ante el PCCh
La oposición afirmó que el gobierno laborista había hecho una serie de concesiones a Beijing antes de la visita del primer ministro a China.
El portavoz de la oposición para Asuntos Internos, James Paterson, dijo que el gobierno federal había retirado su queja acerca de los aranceles del régimen chino sobre la cebada y el vino australianos a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que, según él, era beneficioso para la imagen que quiere proyectar el Partido Comunista Chino como defensor del orden internacional basado en normas.
“El hecho de que Australia retire o suspenda el cumplimiento de sus obligaciones en el marco de estos mecanismos es una importante concesión muy bien acogida por el Gobierno chino», declaró a Sky News Australia.
Paterson también se refirió a la reciente decisión del gobierno laborista de no rescindir un contrato de arrendamiento de 99 años del puerto de Darwin a una empresa china y a sus «moderadas» críticas a China en materia de derechos humanos y el mar de China Meridional.
En 2015, el gobierno del Territorio del Norte arrendó el Puerto de Darwin, que es un activo estratégico importante, a un grupo con sede en China por 506 millones de dólares australianos (USD 329 millones).
La polémica decisión provocó en su momento críticas y objeciones generalizadas.
A finales de octubre de 2023, el gobierno federal laborista anunció que no revocaría el contrato de arrendamiento, lo que generó preocupación por los riesgos para la seguridad de Australia.
Además, citando el historial de derechos humanos de China, Paterson advirtió que Australia debía ser lúcida al tratar con el régimen chino y no debería buscar un reinicio de la relación.
«Ahora tenemos el beneficio de comprender exactamente lo que el gobierno chino le ha hecho al pueblo uigur en Xinjiang. Ahora hemos visto lo que han hecho en Hong Kong. Sabemos lo que han amenazado con hacer contra el pueblo de Taiwán», dijo.
«Si ignoráramos eso en la búsqueda de un reinicio, sería fundamentalmente perjudicial para nuestros intereses».
Mientras tanto, Watts rechazó el argumento de Paterson sobre la retirada de las quejas ante la OMC por parte de los laboristas, diciendo que el gobierno simplemente las suspendió para resolver los conflictos mediante el diálogo con Beijing.
También señaló que el gobierno laborista había expresado su desacuerdo con el régimen chino por la situación de los derechos humanos en Xinjiang, Hong Kong y el Tíbet.
«También tenemos desacuerdos sobre la forma en que opera en nuestra región, y también hemos denunciado la intimidación en el Estrecho de Taiwán, en el Mar de China Meridional», dijo Watts.
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