Una semana después que Beijing lanzara una prueba de misil balístico intercontinental apuntando al Pacífico —la primera vez que lo hacía en 30 años—, los ministros de Defensa de todo el Pacífico se reunieron en su noveno encuentro anual.
La Reunión de Ministros de Defensa del Pacífico Sur (SPDMM) se centró en la evolución del panorama de seguridad, marcado por la creciente agresividad de Beijing.
La reunión, organizada por Nueva Zelanda, congregó a ministros, jefes y secretarios de defensa de Nueva Zelanda, Australia, Fiyi, Francia, Tonga, Chile y Papúa Nueva Guinea, así como a observadores de Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
La SPDMM proporciona un foro para que los países del Pacífico desarrollen estrategias conjuntas, mejorando sus capacidades de defensa y su habilidad para proteger sus colectivamente vastas zonas económicas exclusivas (ZEE).
La ministra de Defensa neozelandesa, Judith Collins, se refirió al reciente lanzamiento de misiles, reconoció que el Pacífico se enfrenta a «una situación geopolítica muy difícil en comparación con la de hace 10 o 15 años» y subrayó la necesidad de una acción colectiva para garantizar la seguridad regional.
«Lo que estamos viendo no tiene precedentes, según mi experiencia y mi lectura de la historia», declaró.
«La acción en el Pacífico y también en Europa y en Oriente Medio, todo junto, todo a la vez: el enorme apoyo que necesitamos poder prestar a nuestros vecinos está bastante claro».
«En una región de este tamaño es vital que trabajemos juntos para producir soluciones regionales a problemas regionales».
La presencia de las naciones observadoras ilustra la importancia que Australia y Nueva Zelanda conceden a sus alianzas de seguridad fuera de la región, incluidos «Los Cinco Ojos».
Collins fue evidente en su apoyo a esas conexiones, diciendo: «Tendríamos muy poca capacidad de inteligencia sin nuestros amigos».
Admitió que gran parte del equipo militar de Nueva Zelanda está anticuado, con muchos activos «casi antiguos».
Sin embargo, señaló las recientes adquisiciones, como el avión de vigilancia P-8A Poseidón, el Hércules C-130J-30 y el buque de superficie sin tripulación Bluebottle, como los primeros signos de la determinación del actual gobierno de aumentar la inversión en defensa.
El Bluebottle, de 6.8 metros de eslora y teledirigido, propulsado por energía renovable, puede realizar tareas de reconocimiento y vigilancia de la información, incluida la protección de la pesca y las fronteras, y proporcionar datos meteorológicos.
«Todos queremos que haya seguridad regional, y eso significa proteger nuestras zonas marítimas, mejorar la eficacia de nuestras Fuerzas de Defensa y adaptarnos a los efectos del cambio climático», declaró Collins.
La ayuda humanitaria también en el punto de mira
También señaló que todos los países del Pacífico se beneficiarían de trabajar juntos y de compartir conocimientos en cuestiones como la ayuda humanitaria.
«Los miembros estuvieron de acuerdo en la importancia de trabajar con organismos civiles cuando se trata de apoyar la ayuda humanitaria y los esfuerzos de socorro en caso de catástrofe, y en las áreas de lucha contra las amenazas a la seguridad marítima, como la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y la delincuencia organizada transnacional», dijo Collins.
«Son cuestiones que tienen un impacto significativo en muchas naciones del Pacífico Sur que, como Nueva Zelanda, tienen amplias Zonas Económicas Exclusivas».
En el pasado, los ejércitos de las naciones insulares del Pacífico se desplegaron colectivamente en respuesta a ciclones, terremotos, deslizamientos de tierras, erupciones volcánicas, incendios forestales e inundaciones para devolver la estabilidad a las comunidades dañadas y devastadas.
Esa acción se coordinará pronto a través del Grupo de Respuesta del Pacífico (PRG), que los ministros del SPDMM respaldaron y pidieron que se creara inmediatamente.
También habrá un Equipo de Asesoramiento Especial del Pacífico (PSAT, por sus siglas en inglés) del PRG, un pequeño grupo de despliegue rápido disponible para apoyar a las autoridades civiles y otras organizaciones de un Estado afectado en la planificación de una respuesta a la catástrofe y la identificación de posibles tareas de seguimiento. Estará ubicado en Brisbane durante la próxima temporada de alto riesgo meteorológico para su rápida movilización.
También estuvo presente en la reunión, por primera vez, el Foro de las Islas del Pacífico, representado por su secretario general, Baron Waqa.
A pesar de las tensiones surgidas en la reciente reunión del Foro en Tonga en torno a su actitud hacia Taiwán (Beijing exigió, y consiguió, que se eliminara cualquier mención al país insular del reciente comunicado del FIP) y de las revelaciones que había sido objeto de un «ciberataque malicioso» atribuido por el Centro Australiano de Ciberseguridad del PCCh, Waqa mantuvo que la mayor amenaza para la seguridad de la región era el cambio climático.
Sin embargo, al ser presionado por la agresión del PCCh, afirmó: «Nos gustaría mantener el Pacífico en un estado de paz»: «Nos gustaría que el Pacífico continuara siendo una zona pacífica que todos reconocieran, respetaran, y esta prueba de misiles balísticos en el Pacífico, en nuestra región, es una gran preocupación para nosotros, y le decimos a China un gran no, no».
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