Análisis de noticias
Tras una prolongada temporada de compras navideñas que ha batido récords, los minoristas se preparan para enfrentar los efectos de esta reciente fiebre del gasto: un aluvión de devoluciones, que se prevé supondrá una tensión adicional para la cadena de suministro y las operaciones minoristas.
La preocupación especial de este año se debe a los problemas de la cadena de suministro que afectaron a la economía tras la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Anticipándose a las preocupaciones sobre las cadenas de suministro y la distribución durante la temporada navideña, los minoristas utilizaron nuevas estrategias para prolongar la temporada de compras navideñas, lo que permitió dar un período de tiempo adicional para garantizar las entregas en fecha.
Estas iniciativas tuvieron mucho éxito: en octubre se registró un récord de ventas ya que los compradores empezaron a prepararse con antelación para las fiestas, mientras que el aumento de las ventas se ralentizó en noviembre y diciembre en comparación con años anteriores. Al distribuir así la temporada de compras navideñas, los minoristas pudieron evitar en gran medida los peores daños de las interrupciones de la cadena de suministro.
Uno de los medios que utilizaron los minoristas para incitar a los compradores a adelantar las compras fue la ampliación del período de gracia para devolver las compras no deseadas, lo que permitió a los consumidores adquirir productos con meses de antelación a las fiestas sin tener que preocuparse por no poder devolverlos. Así, en lugar de estar obligados a devolver los artículos dentro del plazo estándar de la industria de treinta días, los consumidores tienen la opción de devolverlos después de sesenta o incluso noventa días en los principales minoristas como Macy’s, Saks Fifth Avenue y Wal-Mart.
Sin embargo, al haber pasado el día de Navidad junto con la mayor parte de las compras navideñas, los minoristas deben enfrentarse ahora al problema de las «devoluciones» y los consumidores están aprovechando las políticas de devolución ampliadas.
Los retos de tener que acomodar las devoluciones de la mercancía podrían suponer una tensión adicional en el ya asediado sistema de la cadena de suministro. Los minoristas están obligados a gastar capital a corto plazo para el reenvasado, la limpieza y los costes de envío, lo que resta capacidad a las empresas para invertir en operaciones normales.
El pasado mes de enero, la Federación Nacional de Minoristas informó de que en 2020 se habían devuelto 428,000 millones de dólares en mercancía a los minoristas, lo que constituye el 10.6 por ciento del total de las compras minoristas.
B-Stock Solution estima que en las próximas semanas se devolverán entre 112,000 y 114,000 millones de dólares en mercancía, lo que constituye un aumento del 24 al 27 por ciento respecto a 2019. Todavía hay una gran incertidumbre en cuanto a lo onerosas que resulten estas devoluciones para los minoristas ya que la industria entra ahora en las aguas inexploradas de las políticas de devolución ampliadas en una economía desafiada por la escasez de la cadena de suministro.
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