¿Usted o un ser querido tiene más de 65 años y toma varios medicamentos?
Según un nuevo estudio, a muchas personas mayores se les pueden recetar medicamentos que en realidad no necesitan, lo que pone en riesgo su salud.
Investigadores de Croacia descubrieron que la mitad de los casi 400 adultos mayores encuestados eran candidatos a «desprescribir» —es decir, suspender o reducir el uso de ciertos medicamentos que podrían estar haciendo más daño que bien.
¿Los culpables? Inhibidores de la bomba de protones, medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), analgésicos opioides y sedantes como las benzodiazepinas. «La alta tasa de posibles desprescripciones justifica una acción inmediata para aumentar la seguridad del paciente y disminuir la polifarmacia», escribieron los autores, haciendo sonar la alarma sobre una epidemia silenciosa de prescripción excesiva que podría estar poniendo en peligro el bienestar de millones de personas mayores.
La trifecta de la sobreprescripción en personas de la tercera edad
El equipo de investigación analizó datos de 388 pacientes de 65 años o más que formaban parte del proyecto internacional EuroAgeism H2020 ESR 7 y del proyecto multidisciplinario internacional.
Los pacientes tenian un estado de salud estable, utilizaban al menos un medicamento y no padecían trastornos graves de la comunicación ni demencia. Los datos fueron recogidos a través de entrevistas a farmacéuticos, con una duración de entre 45 y 75 minutos.
Casi un tercio de todos los participantes usaban un inhibidor de la bomba de protones, mientras que el 40 por ciento tomaba agonistas de los receptores de benzodiazepinas. Poco menos del 30 por ciento de los participantes tomaban AINE y el 15.5 por ciento tomaban analgésicos opioides.
• Inhibidores de la bomba de protones: Recetados para aliviar los síntomas relacionados con el reflujo ácido o la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). También tratan las úlceras duodenales o estomacales y el daño a la parte inferior del esófago causado por el reflujo ácido.
• Agonistas de los receptores de benzodiazepinas: Fármacos sedantes recetados para tratar el insomnio y la ansiedad. A menudo se prescriben para uso a largo plazo.
• Analgésicos opioides y AINE: Prescritos para controlar y tratar el dolor agudo, aunque los opioides son más potentes.
Los medicamentos combinados con mayor frecuencia fueron los inhibidores de la bomba de protones y los agonistas de los receptores de benzodiazepinas, y el 8.2 por ciento de los participantes tomó ambos. Un poco menos del 6 por ciento de los participantes tomaron AINE y agonistas de los receptores de benzodiazepinas. Sólo tres participantes utilizaron los cuatro tipos de medicamentos simultáneamente.
Mala gestión de la medicación
Según los criterios de desprescripción, los pacientes deben dejar de tomar un medicamento si hay una falta de indicación (cuando no existe una recomendación específica para un medicamento en particular para una afección específica), si se ha usado por demasiado tiempo, si la dosificación es inadecuada , o si hay dudas sobre la dosificación.
Según los criterios de desprescripción, más de la mitad de los pacientes eran candidatos para la deshabituación: el 33.5 por ciento cumplía los criterios para un medicamento, el 18.8 por ciento cumplía los criterios para dos medicamentos y el 3.4 por ciento cumplía los criterios para tres medicamentos.
Específicamente, el 31.1 por ciento de los participantes que tomaban inhibidores de la bomba de protones cumplían los criterios para deprescribirlos, el 74.8 por ciento de los consumidores de AINE cumplían los criterios, el 75 por ciento de los que tomaban opioides cumplían los criterios y el 96.1 por ciento de los que usaban benzodiazepinas cumplían los criterios para deprescribirlos.
Según el equipo de investigación, el criterio más común para la deprescripción fue el uso prolongado inapropiado, seguido de preocupaciones de seguridad y falta de indicación.
Priorizar la seguridad del paciente
La prescripción excesiva de opioides ha sido un problema de larga data.
Un estudio de julio de 2023 señala que la prescripción excesiva de opioides y opiáceos es un factor importante que contribuye a la epidemia de dependencia de opioides en EE. UU.
Estados Unidos tiene la tasa más alta de consumo de opioides per cápita, así como el mayor número de muertes relacionadas con los opioides. «Las compañías farmacéuticas que producen los medicamentos, las farmacias que distribuyen medicamentos recetados y los médicos que los prescriben comparten la culpa de la crisis de opioides», escribieron los autores.
El equipo de investigación croata señaló que dejar de prescribir medicamentos tendría un impacto positivo en los pacientes, incluida la mejora de su salud mental y sus capacidades funcionales generales.
«Se necesitan medidas oportunas para reducir el uso de medicamentos comúnmente recetados potencialmente inapropiados para aumentar la seguridad del paciente y contribuir a un envejecimiento saludable», señaló el equipo de investigación.
La gestión personalizada de los medicamentos puede facilitarse haciendo que los farmacéuticos realicen evaluaciones integrales centradas en la población de edad avanzada y revisiones específicamente dirigidas a identificar medicamentos que potencialmente podrían ser desprescritos.
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