Los SUV Crossovers híbridos enchufables a la corriente aún son escasos. Solo un puñado de fabricantes los producen, y extrañamente, fue Mitsubishi el que primero presentó un modelo de este tipo en le Motor Show de París en el 2012. Lógico suponer que este fabricante sacaría partido de la arrancada temprana, pero en realidad, el Mitsubishi Outlander PHEV actual no queda muy distante de aquella primera versión que se comenzó a comercializar en el 2014, al menos la que conocemos en América del Norte. Europa tiene mejor suerte, pues les ha tocado un Outlander mejorado.
Desde afuera y por dentro
A pesar de ser muy convencional en diseño, no podemos decir que es mal parecido. Quizá los elementos de la parte delantera se presenten algo dispersos, con mucho cromo en ellos, pero el conjunto no es antipático. Con actualizaciones ligeras a su apariencia el pasado año, Mitsubishi mantiene el aspecto moderno del Outlander, al menos en el exterior.
El interior se siente menos llamativo. Luce barato, con abundante uso de plásticos duros y poca amenidad en el diseño. Nuestro vehículo de prueba venía con una cabina con acentos oscuros, que visualmente hacen pensar que el espacio es más reducido de lo que en realidad es. El Outlander híbrido acomoda con gusto a cinco pasajeros, aunque en el asiento trasero, dos personas estarían más holgadas. Los asientos son cómodos, revestidos con cuero y traen calefacción. Estirar las piernas en cualquiera de ellos está permitido sin ningún problema. El espacio de carga es muy generoso, sobre todo en el Outlander con dos filas de asientos como este híbrido. Recordemos que este modelo es uno de los pocos en su categoría con tres filas de asientos en su versión a carburante.
Equipamiento y seguridad
El sistema de info-entretenimiento es otra área donde el Outlander enseña su vetustez. La pantalla táctil de 7 pulgadas muestra un diseño de menús pequeños y poco atractivos. La respuesta a las entradas es algo lenta, y alguna que otra vez pareció aletargado al conectar nuestro teléfono. Apple CarPlay y Android Auto vienen de serie en el modelo híbrido. Los botones de los controles son pequeños… en algunos casos demasiado. Hay tres puertos USB y la misma cantidad de conexiones de 12 voltios, pero la versión GT del híbrido enchufable trae una conexión exclusiva de 1500 watts, lista para que conecte algún electrodoméstico de alto consumo, si decide llevarlo a una excursión campestre.
El Outlander PHEV o híbrido enchufable solo está disponible en los acabados más altos, por lo que se presenta bastante bien equipado. Las características de seguridad estándar incluyen monitoreo de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero y limpiaparabrisas con sensor de lluvia.
Si bien el Outlander ofrece muchas funciones imprescindibles, nuestro modelo de prueba, un GT algo pasadito de los $43,000 dólares, venía con faros LED completos, acceso sin llave, puerta trasera eléctrica, techo solar, volante con calefacción, cámara de 360 grados (con una resolución que podría ser mejorada) y una fuente de alimentación de corriente alterna 1,500 vatios que mencionamos antes, además de características de seguridad como frenado automático con mitigación de colisión, control de crucero adaptativo, advertencia de cambio de carril y luces altas automáticas.
En la carretera
El Outlander PHEV funciona con un motor de cuatro cilindros y 2.0 litros en conjunto con dos motores eléctricos, uno en el eje delantero y otro en la parte trasera, alimentados ambos por una batería de iones de litio de 12 kilovatios-hora. En su mayor parte, la batería y los motores eléctricos son los que realmente propulsaran las ruedas del SUV, sobre todo en las primeras 22 millas, si dejó su auto cargando la noche anterior. Esta autonomía es suficiente para que los que tengan recorridos cortos al trabajo no visiten la gasolinera en mucho tiempo. A velocidad crucero o cuando se descarga la batería, el motor de gas puede accionar directamente las ruedas. La potencia total del sistema híbrido es de 190 caballos de fuerza, entregados de forma realmente suave y distendida, con cambios imperceptibles entre los dos modos de marcha, eléctrico o con combustible.
La dinámica salida desde un punto muerto puede que le asombre, pero el Mitsubishi híbrido se siente más a gusto en la carretera que dentro de la ciudad o en caminos con curvas. Se maneja particularmente bien cuando va en línea recta, con una dirección predecible y mucha comodidad.
Si encuentra algún camino sinuoso notará que el rodamiento del cuerpo es exagerado, otra evidencia de la plataforma anticuada que utiliza. Aunque Mitsubishi no hace mucho alarde de su garantía, es necesario mencionarla, por estar a la par de las mejores de la industria. La garantía básica de 5 años o 60,000 millas se complementa con 10 años o 100,000 millas para el tren de poder y los componentes híbridos, así como la batería principal.
La eficiencia y el ahorro de combustible deben ser los motivos principales por los que un consumidor decida adquirir un modelo híbrido, sobre todo uno recargable en la corriente como este Mitsubishi. Sin embargo, en el caso del Outlander los números no se revelan especialmente atractivos. Operando con el motor de gasolina, este híbrido recorre 25 millas con un galón de combustible, unos 9.41 litros por cada 100km, cifras nada impresionantes.
Para escoger y sus vecinos
El Mitsubishi Outlander viene en seis versiones: ES, SE, LE, SP, SEL y GT. El Outlander PHEV o híbrido como el de nuestra prueba solo está disponible en las versiones más altas SEL y GT. El precio total del 2020 Outlander PHEV que probamos fue de $ 43,205, incluidos los cargos de destino. En Estados Unidos se pueden obtener descuentos estatales y federales de más de $ 7,000 dólares, lo que, adicionado a promociones de los concesionarios, pueden disminuir el precio de este auto considerablemente, convirtiéndolo junto a la generosa garantía, en un buen argumento para su adquisición.
Los SUV Crossovers híbridos enchufables a la corriente están dejando de ser una rareza. Si bien Mitsubishi gozó por años de hegemonía absoluta, en los últimos años nuevos competidores han aparecido. El Kia Niro, Subaru Crosstreck, Toyota RAV4 y Toyota Higlander, o los nuevos Ford Explorer y Escape son opciones para considerar. El Nissan Rouge Híbrido va a ser discontinuado por las escuálidas ventas.
Concluyendo
No me escondo para afirmar que tengo afinidad por los más desvalidos. Mitsubishi por años ha competido en desventaja, como un fabricante pequeño al que la escasez de capital le obliga a mantener los gastos al mínimo, evitando renovaciones costosas de sus modelos. El fabricante se unió a la alianza Renault-Nissan hace un par de años, y lo que aparentaba ser una bocanada de aire fresco, ha derivado en una desazón impredecible.
El segmento híbrido de SUV va en ascenso y el crecimiento es rápido. El Mitsubishi Outlander lucha por mantenerse actualizado con sus rivales más modernos, y aun así, atrae a los compradores que desean un híbrido de corto alcance y bajo consumo de combustible a un precio razonable. Sin embargo, Mitsubishi debe tomar nota, pues las tranquilas aguas en las que navegó solo por muchos años se están comenzando a poblar de tiburones. Ya hay SUV híbridos en el mercado con una mejor relación calidad-precio, y los compradores ávidos de comparación no tendrán dificultad en advertirlo.
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