El gigante farmacéutico Moderna perdió varios miles de millones de dólares de su valor total después de que su rival Pfizer advirtiera que recortaría drásticamente las previsiones en torno a sus vacunas contra el COVID-19 y otros productos.
Las acciones de Moderna se desplomaron 7000 millones de dólares la semana pasada, según un análisis de Bloomberg News. Aunque la empresa no dijo que recortaría sus previsiones sobre vacunas, Pfizer, su rival en la fabricación de vacunas, recortó drásticamente sus previsiones de beneficios a principios de mes y advirtió de que la demanda de vacunas y píldoras COVID-19 está cayendo.
Hartaj Singh, analista de Oppenheimer, señaló en el informe de Bloomberg que «la preocupación por los ingresos de la vacuna contra el COVID-19 debería ser máxima en estos momentos». «Un buen tercer trimestre debería disipar algunos de estos temores. Y una buena orientación a principios del año que viene sobre los ingresos potenciales de 2024 podría recuperar el atractivo de las acciones.»
El desplome del valor no es nada nuevo. Las acciones de Moderna han caído alrededor de un 83 por ciento desde que alcanzaron su máximo en agosto de 2021 y cuando su capitalización bursátil rozaba los 200,000 millones de dólares, casi al mismo tiempo que la demanda de vacunas contra el COVID-19 era considerablemente mayor que la actual, en parte debido a los mandatos de vacunación.
La semana pasada, los responsables de Moderna reiteraron que su previsión de ventas de la vacuna COVID-19 de ARNm se mantendrá entre 6000 y 8000 millones de dólares. Todavía es demasiado pronto para predecir las tasas de vacunación en EE.UU., según la empresa.
«Como se señaló anteriormente, si el mercado de EE.UU. para las vacunas contra el COVID-19 es de aproximadamente 50 millones de dosis administradas, Moderna todavía espera estar en la mitad inferior del rango divulgado; si el mercado de EE.UU. es de aproximadamente 100 millones de dosis administradas, Moderna todavía espera estar en la mitad superior del rango divulgado», dijo la compañía en un comunicado.
Myles Minter, analista de William Blair, cree que las ventas de Moderna de vacunas contra el COVID-19 en EE.UU. se situarán en el extremo inferior de la horquilla prevista, según informa Bloomberg. Esto se basa en las previsiones publicadas por Pfizer. Está previsto que Moderna presente sus resultados del tercer trimestre en noviembre.
Pfizer, que ha visto caer sus acciones cerca de un 40 por ciento para 2023, recortó sus perspectivas en torno al medicamento antiviral Paxlovid y a su propia vacuna de ARNm en unos 9000 millones de dólares, según un comunicado de prensa emitido el 13 de octubre. En el caso de las vacunas, espera que las ventas sean aproximadamente 2000 millones de dólares inferiores a lo previsto anteriormente debido a la menor demanda.
«El debilitamiento de la demanda de la vacuna y de Paxlovid demuestra que estamos en plena transición a la era post-COVID», declaró Max Nisen, analista de Bloomberg Intelligence, en un reciente informe de Bloomberg. «La gente va a tener que averiguar cómo es eso mucho más allá de Pfizer».
Las advertencias llegan semanas después de que los reguladores federales estadounidenses aprobaran y recomendaran el último refuerzo bivalente contra el COVID-19 de Moderna y Pfizer, así como la vacuna de Novavax, que no utiliza tecnología de ARNm.
Datos recientes muestran que la adopción de la vacuna parece relativamente lenta esta temporada, con unos 10 millones de personas, o aproximadamente el 3 por ciento de los estadounidenses, que han recibido el refuerzo. Esta cifra es superior a los 7 millones de la semana anterior.
Funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) han declarado a The Epoch Times que tienen previsto seguir distribuyendo más dosis de las vacunas y que al gobierno no le preocupa un posible despilfarro.
«La administración sigue comprometida a utilizar todos los medios a su alcance durante la campaña de vacunación respiratoria de otoño, animando al público estadounidense a estar al día en sus vacunas para mantenerse a sí mismos y a sus seres queridos a salvo», dijo un portavoz del HHS a The Epoch Times la semana pasada. «Como resultado de estos esfuerzos, alrededor de 10 millones de estadounidenses han sido vacunados desde que las vacunas actualizadas fueron autorizadas, y recomendadas el mes pasado».
Las hospitalizaciones por COVID-19 también han descendido en las últimas semanas tras aumentar durante el verano, según los datos facilitados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU.. También han descendido las muertes, las visitas a urgencias y el número de casos.
Los datos más recientes de la semana que finalizó el 14 de octubre muestran que las hospitalizaciones por COVID-19 han descendido un 5 por ciento, mientras que las visitas a urgencias se han reducido un 11.9 por ciento, según los CDC.
En un informe de septiembre, los CDC afirmaron que creen que se producirá una «oleada moderada de COVID-19» en todo EE.UU. durante el próximo invierno, pero añadieron que el virus «podría alcanzar su punto máximo antes que la temporada pasada, sin embargo, debido a la limitada actividad estival en comparación con años anteriores».
«Al igual que el año pasado, se espera que el número de hospitalizaciones sea mayor que el experimentado antes de la pandemia de COVID-19», dijo la agencia, «cuando la enfermedad grave fue causada principalmente por el virus de la gripe y el virus sincitial respiratorio.»
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