El socialismo del siglo XXI «nunca existió», afirmó en una entrevista con Efe el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, satisfecho por protagonizar un giro político respecto a su antecesor, Rafael Correa, con el que dice haber evitado que su país siga «el camino de Venezuela».
«Hemos salido de ese engaño, el falso socialismo del siglo XXI, ese socialismo no existió jamás. Todo lo contrario, (eran) un grupo de pandilleros, de mafiosos que lo único que se encargaron es de corromper y ser corrompidos», afirmó el mandatario, que intervino esta semana en la Asamblea General de Naciones Unidas.
En la cita de alto nivel uno de los focos ha sido precisamente la crisis venezolana, un escenario que para Moreno podría haberse reproducido en su país si se hubieran mantenido los postulados de su predecesor, con quien el actual gobernante protagonizó un sonado cisma y hoy salpicado por acusaciones de corrupción en un caso relacionado con la empresa brasileña Odebrecht.
«Ecuador ha sabido salir además sin traumas duros (…) y ahora camina a pasos ciertos», subrayó Moreno, que fue vicepresidente de Correa.
Citó como ejemplo del retorno al «buen camino» la confianza de los organismos multilaterales, con ofrecimientos de crédito por más de 10.000 millones de dólares para inversiones en desarrollo.
«Ni olvido ni perdón» para maduro
Uno de los principales retos actuales del país es precisamente gestionar la inédita avalancha de migrantes venezolanos, de los que ya ha recibido casi medio millón en una diáspora que el presidente calificó de «desesperada y desesperante», como «muertos vivientes mirando un horizonte sin ningún tipo de rumbo».
«Por eso yo creo que definitivamente ese señor debe separarse del poder y pagar por sus crímenes, que no haya un perdón y olvido. Dejar de extorsionar a la gente, dejar de robarle al pueblo de Venezuela, dejar de maltratar, violentar y asesinar a tanta y tanta gente», espetó el líder ecuatoriano en referencia al presidente Nicolás Maduro.
El de Ecuador es uno de los más de cincuenta gobiernos que reconocen como presidente interino al líder de la Asamblea venezolana, el opositor Juan Guaidó.
Más allá de la crisis política, Moreno se mostró preocupado por las implicaciones de recibir a la diáspora venezolana: «cuál será la desesperación de esta pobre gente que ha decidido irse a países que tienen a lo mejor iguales dificultades que ellos», reflexionó.
Explicó que su país hasta ahora ha brindado más de 500.000 atenciones médicas, integrado al sistema educativo a casi 20.000 jóvenes y niños y poco a poco va absorbiéndolos laboralmente, en tanto la próxima semana comenzará un censo de venezolanos para poder programar y presupuestar la atención a este colectivo.
«La situación no es fácil. Sin duda alguna han venido a cambiar las circunstancias sociales, económicas y en algo políticas del país. Pero es más importante la solidaridad que nosotros debemos dar», sostuvo.
«Vamos a permitir el paso en tránsito de venezolanos»
Moreno aseguró que Ecuador va a permitir el paso en tránsito de los venezolanos en los casos en que puedan demostrar que «necesitan llegar para ver a sus esposas, sus hijos, o tal vez que tienen alguna alternativa de trabajo o tienen la visa que proporcionan algunos de los países hermanos».
Desde el 26 de agosto los venezolanos necesitan un visado humanitario para entrar a Ecuador, lo que dejó varados en la frontera con Colombia a cientos de ellos que pretendían atravesar su territorio en camino a otros países como Perú o Chile.
Los requisitos para permitir o no el paso de estos migrantes han provocado en el último mes roces en el Gobierno ecuatoriano por diferencias de criterio entre los ministerios de Exteriores y del Interior.
El mandatario fue claro al respecto: «Sí, vamos a permitir el paso en tránsito». También consideró importante «ayudar en el tránsito, que no sea recorrer centenares de kilómetros a pie», un tema «extremadamente doloroso».
Multilateralismo, siempre
En materia de Exteriores, y pese a la sintonía de su Gobierno con Estados Unidos en los últimos tiempos, Lenín Moreno se declaró partidario inequívoco del multilateralismo, de «poder conversar y dialogar», frente a los postulados nacionalistas del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
«Todos tienen derecho a expresarse con libertad y yo tengo el deber de escucharlos. Y esa racionalidad múltiple permite que uno tome mejores decisiones y conclusiones», indicó.
Además, avanzó que para fines de año o principios del 2020 espera que su país sea miembro pleno de la Alianza del Pacífico con todos los beneficios que ello representa, ya que en este momento es miembro no pleno del bloque regional que integran Chile, Perú, Colombia y México.
Reelección descartada
A dos años de las próximas elecciones presidenciales en Ecuador, su actual presidente reiteró que mantiene, por ahora, su palabra de no presentarse de nuevo al cargo, en el que no tiene deseo de revalidar porque cree que aunque si el poder llama a la puerta no se debe rehuir, también es necesario «abandonarlo lo más pronto posible».
Sin avanzar nombres, el gobernante querría ver al frente de su país «a una persona que continúe con el programa de transparencia, de honestidad y de servicio a la colectividad» impulsado por su Gobierno.
«No lo tuve antes, no lo tengo ahora y quiero pensar que no lo tendré después (el deseo de otro mandato). No me gusta anticipar el futuro, eso de comportarse como una pitonisa no es de mi agrado. Pero si usted me pregunta si en este momento me gustaría ser candidato, le digo no», enfatizó.
Y apostilló: «Ni el poder ni el dinero proporcionan la felicidad, cuándo los seres humanos acabarán de entenderlo».
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