Dos agentes del FBI fueron asesinados la madrugada del martes y otros tres agentes resultaron heridos cuando intentaban cumplir una orden de registro en una casa de Florida, en uno de los episodios más mortíferos de la oficina en décadas.
El agente especial del FBI, Daniel Alfin, y la agente especial Laura Schwartzenberger, murieron en el cumplimiento de su deber mientras ejecutaban una orden de allanamiento ordenada por un tribunal federal en una investigación de delitos contra niños, según la agencia de justicia. El hombre en el allanamiento también murió.
Marc Ruskin, un exagente especial del FBI con 20 años de experiencia en operaciones encubiertas y colaborador de The Epoch Times, dijo que era «probablemente uno de los peores días en la historia del FBI».
“En los últimos años, la Oficina se ha politizado mucho debido a las acciones de la alta dirección, pero este es un verdadero recordatorio de que los agentes de campo, los que trabajan día y noche y arriesgan sus vidas, todavía están allí protegiendo a la gente, incluso en esta era de desfinanciamiento de la policía”, dijo Ruskin a The Epoch Times.
Ruskin, ahora retirado, trabajó principalmente en operaciones encubiertas, por las que recibió cinco Menciones del director de la Oficina. El único incidente comparable en su memoria tuvo lugar a mediados de la década de 1980: El infame tiroteo en Miami.
Ruskin dijo que recuerda haber sentido un «tremendo impacto» cuando escuchó la noticia del tiroteo en Miami por la radio en ese momento.
En 1986, dos agentes, también en Florida, murieron y otros cinco resultaron heridos en un tiroteo en Miami con dos sospechosos de robo a un banco, según el sitio web de la oficina.
El FBI está revisando el tiroteo del martes, que ocurrió aproximadamente a las 6 a.m.en las cercanías de 10100 Reflections Boulevard, Sunrise, Florida, según una declaración de la agencia. Debido a que se trata de una investigación en curso, la Oficina aún no ha publicado más información.
El incidente, añadió Ruskin, le recuerda que no son muchos los trabajos «en los que uno realmente tenga que temer por su vida».
Cuando era un joven agente, relató que a veces “sentía mucho miedo” y también se preguntaba por qué eligió una carrera tan mortal.
“Tuve suerte de haber sobrevivido 27 años, con 20 años de trabajo encubierto”, dijo. “A menudo tenía miedo. Ser valiente no significa que uno no tenga miedo, significa que uno tiene miedo y lo reconoce y lo enfrenta. No deja que nos supere, uno lo supera».
“El público debería apreciar lo que están haciendo estos agentes”, agregó. «Cuando uno vaya a trabajar por la mañana, especialmente cuando uno va a hacer una reunión encubierta o ejecute una orden de registro, es posible que no vuelva a casa esa noche».
«Eso es muy diferente a ser contador o político o cualquier otro trabajo».
El último tiroteo fatal de un agente del FBI en servicio fue el 19 de noviembre de 2008, que también se desarrolló durante la ejecución de una orden judicial, según el sitio web. El agente Samuel Hicks fue asesinado a tiros mientras intentaba ejecutar una orden de arresto federal asociada con una organización de tráfico de drogas, en Pittsburgh.
En una declaración pública, el director del FBI, Christopher Wray, dijo que de los tres agentes que recibieron disparos y resultaron heridos, dos sufrieron lesiones que requirieron atención hospitalaria, pero ambos ahora se encuentran en condición estable. El tercer agente lesionado no requirió hospitalización.
«Todos los días, los agentes especiales del FBI se ponen en peligro para mantener a salvo al pueblo estadounidense», dijo Wray. “El FBI siempre honrará su máximo sacrificio y siempre estará agradecido por su valentía”.
“Seguimos apoyando a nuestra familia del FBI y las familias de estos agentes especiales en los próximos días, brindando todos los recursos que podamos para superar esto juntos”, agregó Wray.
Con información de Reuters.
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