WASHINGTON—La pandemia del COVID-19 ha devastado grandes franjas del mercado laboral de EE.UU., dejando a millones de personas sin trabajo. A medida que las empresas de todo el país están ansiosas por abrir sus puertas, podrían empezar a enfrentar otro desafío.
El programa de seguro de desempleo ampliado por el paquete de ayuda para el coronavirus es tan generoso que podría desalentar a los trabajadores a volver a trabajar, dicen los economistas.
La Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica del Coronavirus (CARES) fue firmada el 27 de marzo, marcando el paquete de estímulo más grande en la historia de Estados Unidos. El proyecto de ley, entre otros, amplía sustancialmente el seguro de desempleo con el fin de ayudar a los trabajadores que perdieron sus empleos debido a la pandemia.
Una de las disposiciones del proyecto de ley, el programa Compensación de emergencia por desempleo debido a la pandemia, proporciona un beneficio semanal de USD 600 además de los beneficios regulares del seguro de desempleo. Este pago adicional en la Ley CARES proporciona una expansión de ingresos en lugar de reemplazo de ingresos para la mayoría de los trabajadores desempleados en todo el país.
Según un estudio realizado por Peter Ganong, Pascal Noel y Joseph Vavra, economistas de la Universidad de Chicago, el 68 por ciento de las personas que perdieron su trabajo reciben beneficios de desempleo que superan su salario anterior. Antes de la pandemia, el programa normalmente proporciona beneficios de desempleo que son una fracción fija de los ingresos anteriores de los trabajadores.
Sin embargo, la crisis transformó el sistema de desempleo, que ahora recompensa más a los trabajadores desempleados.
El estudio encontró que la tasa media de reemplazo estimada—la relación entre los beneficios de desempleo y el salario semanal original del trabajador—es del 134 por ciento y casi el 20 por ciento de los trabajadores desempleados están recibiendo beneficios por lo menos dos veces mayores que su salario perdido.
Los economistas también demuestran la debilidad del sistema actual. Ciertos trabajadores están recibiendo más dinero para quedarse en casa que otros trabajadores que pueden estar poniendo sus vidas en riesgo al trabajar en hospitales o tiendas de comestibles.
«Por ejemplo, el trabajador minorista medio que es despedido puede cobrar el 142 por ciento de su salario anterior en el seguro de desempleo, mientras que los trabajadores de las tiendas de comestibles no están recibiendo ningún aumento de sueldo automático», afirmaron los economistas en su informe.
«Los conserjes que trabajan en negocios que permanecen abiertos no reciben necesariamente ninguna paga por riesgo, mientras que los conserjes desempleados que trabajaron en negocios que cerraron pueden cobrar el 158 por ciento de su salario anterior».
La investigación concluye que aunque hay un fuerte argumento a favor del apoyo a los ingresos durante la pandemia, las tasas de reemplazo inusualmente altas «pueden inducir tanto preocupaciones distributivas entre los trabajadores ‘esenciales’ y ‘no esenciales’ como desincentivos de la oferta de mano de obra a medida que la economía se recupera».
La Ley CARES también amplía la elegibilidad a muchos trabajadores que antes no tenían derecho al seguro de desempleo, como los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores por proyecto. Y esto se aplicará hasta el final del año.
Próximo paquete de ayuda
El beneficio suplementario de USD 600 de la Ley expirará el 31 de julio. El nuevo paquete de USD 3 billones para el alivio del coronavirus aprobado por los demócratas de la Cámara el 15 de mayo extiende el beneficio hasta el 31 de enero. El proyecto de ley, sin embargo, se enfrenta a una batalla cuesta arriba en el Senado y la Casa Blanca, controlados por los republicanos.
A muchos republicanos les preocupa que la ampliación de los beneficios perjudique a millones de pequeñas empresas que están luchando por volver a la normalidad.
«Esta es una política perjudicial», dijo el senador Ben Sasse (R-Neb.) en una declaración. «Estos ‘bonos’ de desempleo van a socavar aún más la relación de los trabajadores con su lugar de trabajo, y van a matar a las pequeñas empresas, lo cual hará que el desempleo a largo plazo sea mucho peor».
Ernie Tedeschi, economista de Evercore ISI, cree que retirar el beneficio de emergencia de USD 600 prematuramente podría causar problemas también.
«Estoy de acuerdo en que las tasas de reemplazo de salarios por encima del 100 por ciento no son un accesorio permanente deseable del mercado laboral, particularmente cuando es saludable. Pero me preocupa más el riesgo opuesto en este momento», dijo en un seminario web organizado por la Asociación Nacional de Economía de Negocios (NABE) el 18 de mayo.
Si el gobierno retira los beneficios prematuramente, eso le daría a los trabajadores desempleados «un recorte salarial del 50 por ciento o más a mitad del verano, sin ningún recurso para ellos», dijo.
Él propuso que los beneficios de desempleo «podrían reducirse gradualmente en los estados que están mejorando».
Destello de esperanza
En solo ocho semanas, 36.5 millones de estadounidenses solicitaron beneficios de desempleo, más de uno de cada cinco trabajadores en Estados Unidos. Y se espera que el número aumente.
La escala y la velocidad de la pérdida de empleos en Estados Unidos no tienen precedentes, arrasando con más de dos décadas de aumento del empleo, según Julia Pollak, economista laboral de ZipRecruiter, un mercado de empleo online.
Sin embargo, hay algunos destellos de esperanza. A pesar de una alarmante interrupción del mercado laboral, algunas empresas están en «una parranda de contratación sin precedentes», dijo en el seminario web de la NABE.
Comparado con abril del año pasado, «los trabajos de ingeniería de software han aumentado de forma bastante dramática». Y los trabajos de enfermería se han disparado, a pesar de que hemos visto grandes despidos de enfermeras en muchos hospitales», dijo.
Las empresas que tienen la mayor cantidad de puestos de trabajo en este momento incluyen Amazon, Shipt, Oracle, Walmart, CVS, Uber Eats y Starbucks, según Pollak.
Una encuesta reciente de ZipRecruiter mostró que solo el 27 por ciento de los trabajadores reportaron tener las mismas horas y el mismo salario que tenían antes de la crisis. La mitad de los encuestados habían sido despedidos o cesantes y el 23 por ciento restante había visto sus horas de trabajo reducidas o sus salarios recortados, o ambos.
Sin embargo, la encuesta encontró que el 87 por ciento informó que solicitaría trabajo ahora y la mayoría de ellos definió su necesidad de un nuevo trabajo como urgente o extremadamente urgente.
Otra encuesta de Kaiser Family Foundation mostró que la gran mayoría de las personas (83 por ciento) que han perdido su trabajo debido al coronavirus esperan recuperar su empleo anterior dentro de seis meses.
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