Un amputado en China murió recientemente después de haber sido torturado, acosado y abusado por las autoridades durante casi dos décadas debido a su fe.
Wang Xinchun perdió ambos pies en el 2002, a la edad de 26 años, después de haber sido torturado por un policía local que perseguió a Wang debido a su creencia en la disciplina espiritual Falun Gong, según Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que sirve como centro de intercambio de información acerca de la persecución a la práctica que está prohibida solo en la China comunista.
Desde entonces, los frecuentes arrestos, detenciones, torturas y acosos deterioraron gravemente la salud de Wang.
Wang murió el pasado mes de abril a la edad de 43 años después de perder repentinamente el conocimiento. Dos meses antes Wang había quedado paralizado en el lado izquierdo de su cuerpo.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que consiste en ejercicios de meditación y en un conjunto de enseñanzas centradas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, según su sitio web. La disciplina ganó popularidad en China en la década de 1990, llegando a tener entre 70 y 100 millones de personas que la practicaban a finales de la década, según las estimaciones citadas por los medios de comunicación occidentales en ese momento.
Percibiendo esta popularidad como una amenaza a su control totalitario, el Partido Comunista Chino (PCCh) prohibió la práctica en 1999, lanzando una brutal campaña para «erradicar» a Falun Gong.
Pies Amputados
Wang, un técnico en computación de la ciudad de Yichuang en la provincia de Heilongjiang en el noreste de China, comenzó a practicar Falun Gong en 1998 a los 22 años edad. En ese momento sufría cáncer de páncreas, pero después de tres meses de hacer los ejercicios de meditación, la enfermedad desapareció así como su ascitis, según Minghui.org.
Después del inicio de la persecución de Falun Gong en 1999, Wang se negó a renunciar a su fe y de esta manera se convirtió en blanco de la policía local.
En enero de 2002, Wang iba a distribuir folletos informativos acerca de la represión a su fe por parte del régimen, cuando fue registrado y arrestado por tres policías, incluido el jefe de policía, dijo Wang en un reporte personal publicado en el sitio web.
Wang logró huir de la policía pero se vio obligado a dirigirse a las montañas para evadirla. La policía lo estuvo persiguiendo desde la noche de ese día hasta la mañana siguiente.
Mientras Wang estuvo en las montañas, accidentalmente se metió hasta las rodillas en un río en el que el agua estaba helada por el duro invierno. Sus piernas mojadas pronto se congelaron.
Mientras tanto la policía rodeó la montaña. Después de dos días evadiendo a la policía en un terreno desconocido, Wang resultó arrestado.
Luego lo llevaron a una comisaría de policía donde lo golpearon repetidamente y le confiscaron sus artículos personales, incluyendo su teléfono celular, su abrigo y su dinero.
Más tarde la policía sumergió sus pies en un recipiente con agua hirviendo, lo que no es la forma adecuada para tratar el congelamiento. Como resultado, los pies de Wang se hincharon, lo que le dificultó ponerse de pie.
«Esta es la forma más cruel de apuñalar a la gente sin usar un cuchillo», dijo Wang. «Cuando me arrestaron en la montaña todavía podía caminar y no estaba completamente congelado. Sólo cuando sumergieron mis pies con agua caliente sufrieron lesiones».
Al regresar a su casa los pies de Wang comenzaron a infectarse y a descomponerse lentamente. Once meses después ambos pies tuvieron que ser amputados.
Acoso implacable
Antes de la persecución, Wang tenía un taller de reparación de electrodomésticos. Luego la policía le confiscó las computadoras que usaba para manejar el negocio, lo que lo obligó a cerrar la tienda. Más tarde abrió un taller de reparación de calzado, pero tuvo que cerrarlo también cuando fue enviado a un centro de detención.
Después de ser puesto en libertad abrió otro pequeño taller de reparación de calzado que también fue clausurado por el departamento de policía.
Durante dos décadas Wang fue detenido en varias ocasiones, y a pesar de su discapacidad también fue golpeado, torturado y acosado por la policía más de una decena de veces.
En una ocasión la policía torturó a Wang mientras estaba detenido en una estación. Wang enfrentó la detención con una huelga de hambre. Durante el quinto día de su huelga de hambre los oficiales arrastraron a Wang hasta un gran estante metálico, y le estiraron sus brazos y piernas en cuatro direcciones, doblándolos sobre aros conectados al estante. Como no tenía pies la policía no podía atarle las piernas y entonces sujetaron sus muslos con alambre y los ataron a los aros.
Mientras Wang estaba atado en esta posición, la policía lo pateó en la cabeza, el pecho, el abdomen y las costillas. Como resultado, sufrió una gran inflamación en la cabeza.
Wang estuvo atado en el potro durante cinco días, y fue alimentado a la fuerza diariamente por un tubo que le insertaron desde la nariz hasta el estómago. Estas sesiones de alimentación forzada hicieron que Wang vomitara y perdiera el conocimiento.
La policía local fue implacable en sus ataques contra Wang, y se dirigió a él para arrestarlo, golpearlo o detenerlo mientras estaba en casa como fuera de ella.
Durante una paliza a manos de las autoridades locales, los perpetradores le dijeron a Wang: «Golpearte no viola la ley. Con el Partido Comunista en el poder, golpear a la gente no significa una violación de la ley. El Partido Comunista es la ley».
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