La madrugada de este 11 de septiembre falleció el líder del grupo terrorista Sendero Luminoso y el mayor genocida en la historia del Perú, Abimael Guzmán, a la edad de 86 años, mientras cumplía cadena perpetua por terrorismo en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao, en Perú.
Manuel Rubén Abimael Guzmán Reynoso en un momento dado fue una de las personas más buscadas en Perú y fue capturado el 12 de septiembre de 1992 junto con otros integrantes del grupo terrorista Sendero Luminoso.
La Tercera Fiscalía Superior Penal Nacional luminoso condenó a Guzmán a cadena perpetua el 11 de septiembre de 2018 junto a otros 9 cabecillas del grupo terrorista Sendero Luminoso por el atentado con coche bomba en Miraflores que dejó un saldo de 25 personas muertas, y a otras 155 con heridas de gravedad en 1992.
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) informó en un comunicado que el fallecimiento de Guzmán se debió a complicaciones en su estado de salud, pero no se precisó la causa de su muerte.
Una de las primeras autoridades peruanas en comentar la noticia fue el ministro de Salud, Hernando Cevallos, quien declaró a la prensa que «nadie desea el fallecimiento de nadie por más delitos que haya cometido», pero que «es lamentable como cualquier persona que fallece en cualquier circunstancia».
La organización criminal, Sendero Luminoso conocida desde 1980 fue señalada por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) como la responsable de la muerte de más de 69,000 personas en Perú a raíz de la violencia desatada por este grupo terrorista entre las décadas 1980 y 2000.
En las décadas de 1960 y 1970, Guzmán enseñó filosofía en una universidad en Ayacucho, Perú. En un artículo de opinión Lawrence W. Reed., dice que en sus primeros días en el aula, instruyó a sus alumnos de marxismo volviéndose cada vez más radical a medida que lo hacía. Fue arrestado más de una vez por participar en violentas protestas callejeras. Denunció a otros profesores y oradores visitantes que no compartían su punto de vista (la integridad intelectual y la objetividad no eran sus puntos fuertes).
Guzmán formó una organización terrorista clandestina llamada Sendero Luminoso y en 1980, declarando la guerra a Perú, su gobierno y cualquier campesino prescindible que se interpusiera en su camino, dijo W. Reed.
W. Reed dice que el rastro de muerte y destrucción de Guzmán incluyó volar las cabinas de votación, bombardear edificios e intersecciones, torturar por torturar y otros entretenimientos de la “vanguardia del proletariado”. Karl Marx fue una de las inspiraciones intelectuales para estos crímenes del exprofesor de filosofía, pero su deidad fue Mao Zedong de China. Guzmán visitó China en 1965.
En 1988, durante una rara entrevista, Guzmán dijo: «Con respecto a la violencia, partimos del principio establecido por el presidente Mao Zedong: la violencia, que es la necesidad de la violencia revolucionaria, es una ley universal sin excepción. La violencia revolucionaria es la que nos permite resolver las contradicciones fundamentales mediante un ejército, a través de la guerra popular», indicó W. Reed en su artículo de opinión.
Varias personas y funcionarios han pedido muestras del fallecimiento de Guzmán en redes sociales, una de ellas es la organización Federación Nacional de Victimas de Terrorismo del Perú (FENAVIT) que exigió a congresistas, partidos políticos y actores políticos que se verifique la muerte del cabecilla y piden que no sea el inicio de un «culto a su persona o ideología (…) sino que sea el fin de una ideología que tanto daño le hizo al país», a través de un comunicado en Twitter.
Con información de EFE y de Lawrence W. Reed.
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