HONOLULU― Harry Chandler, un médico de la Marina que ayudó a sacar a los marineros heridos de las aceitosas aguas de Pearl Harbor tras el ataque japonés de 1941 a la base naval, murió. Tenía 103 años.
Chandler falleció el lunes en un centro de mayores de Tequesta, Florida, según Ron Mahaffee, el esposo de su nieta Kelli Fahey. Chandler padecía una insuficiencia cardíaca congestiva, pero Mahaffee dijo que los médicos y enfermeras señalaron su avanzada edad como la causa de la muerte.
Chandler, el tercer sobreviviente de Pearl Harbor que fallece en las últimas semanas, era un enfermero de hospital de tercera clase el 7 de diciembre de 1941, cuando oleadas de aviones de combate japoneses lanzaron bombas y dispararon ametralladoras contra los acorazados en el puerto y sumieron a Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Contó a The Associated Press en 2023 que vio acercarse los aviones mientras izaba la bandera aquella mañana en un hospital móvil en Aiea Heights, que está en las colinas que dominan la base.
«Pensé que eran aviones procedentes de Estados Unidos hasta que vi caer las bombas», dijo Chandler. Su primer instinto fue resguardarse y cubrirse y «salir corriendo de allí».
«Tenía miedo de que empezaran a ametrallar», dijo.
Su unidad bajó en camiones para atender a los heridos. En una entrevista oral de Pacific Historic Parks contó que subió a un barco para ayudar a sacar a los marineros heridos del agua.
El puerto estaba cubierto de petróleo procedente de la explosión de los barcos, por lo que Chandler lavó a los marineros después de sacarlos. Dijo que estaba demasiado concentrado en su trabajo para tener miedo.
«Había tanto trabajo que no tenías miedo. No teníamos ningún miedo. Estábamos ocupados. Era después cuando te asustabas», dijo Chandler.
Más tarde se dio cuenta de que podrían haberlo matado, «pero no pensabas en eso mientras estabas ocupado atendiendo a la gente».
En el ataque murieron más de 2300 militares estadounidenses. Casi la mitad, o 1177, eran marineros e infantes de marina a bordo del USS Arizona, que se hundió nueve minutos después de ser bombardeado.
Los recuerdos de Chandler afloraron cuando visitó Pearl Harbor con motivo de una ceremonia que se celebró en 2023 para conmemorar el 82.º aniversario del bombardeo.
«Miro hacia allá y todavía puedo ver lo que está pasando. Todavía puedo ver lo que estaba sucediendo», dijo Chandler a The Associated Press.
Cuando se le preguntó qué quería que los estadounidenses supieran sobre Pearl Harbor, dijo: «Estén preparados».
«Debímos saber que eso iba a ocurrir. La inteligencia tiene que ser mejor», dijo.
Tras la guerra, Chandler trabajó como pintor y empapelador y compró un negocio de tapicería con su hermano. También se alistó en la reserva de la Armada y se jubiló como jefe superior en 1981.
Chandler nació en Holyoke Massachusetts y vivió la mayor parte de su vida adulta en la cercana South Hadley, según Mahaffee. En las últimas décadas dividía su tiempo entre Massachusetts y Florida.
Ávido jugador de golf, hizo cinco hoyos en uno a lo largo de su vida, añadió su nieto político.
Chandler tuvo una hija biológica y adoptó dos hijas de su segundo matrimonio, con Anna Chandler, fallecida en 2004. Le sobreviven dos hijas, nueve nietos, 17 bisnietos y cinco tataranietos.
El historiador militar J. Michael Wenger calcula que había unos 87,000 militares en la isla de Oahu el día del ataque. Con la muerte de Chandler, sólo quedan 15 vivos, según el recuento que lleva Kathleen Farley, presidenta estatal de California de los Hijos e Hijas de Sobrevivientes de Pearl Harbor.
Bob Fernandez, que sirvió en el USS Curtiss, también falleció este mes, a los 100 años y Warren Upton, de 105 años, que sirvió en el USS Utah, murió la semana pasada.
Por Audrey McAvoy.
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