Una mujer de 66 años de edad murió el domingo después de ser incendiada mientras era sometida a una cirugía en Rumania.
La paciente, cuya identidad no ha sido revelada, fue operada de cáncer de páncreas en el Hospital Floreasca de la capital, Bucarest, el 22 de diciembre.
Los cirujanos debían usar un bisturí electrónico pero habían aplicado un agente desinfectante a base de alcohol que se incendió en cuanto los médicos comenzaron a usar el bisturí.
La paciente «se encendió como una antorcha», dijo el político rumano Emanuel Ungureanu en su página de Facebook, prometiendo hacer justicia para la familia y los seres queridos del paciente.
«Mañana (30 de diciembre) a las 10 a.m. presentaré una denuncia penal en la oficina del abogado para que aquellos que han hecho mal, en este caso, se enfrenten a las consecuencias de la ley, incluyendo a aquellos que han cometido maldades y han tratado de ocultar la verdad».
Ungureanu aludía al hecho de que, inicialmente, el personal médico no informó completamente a la familia de la paciente sobre los detalles del incidente o «la gravedad de la situación», dijeron los miembros de la familia según informó la BBC. Solo les dijeron que hubo «un accidente».
«Nos enteramos de algunos detalles por la prensa cuando se transmitieron en las estaciones de televisión», dijo la familia, según reportó la emisora. «No estamos haciendo acusaciones. Solo queremos entender lo que pasó».
La paciente tenía el 40 por ciento de su cuerpo quemado y murió una semana después del incidente.
El Ministro de Salud, Victor Costache, también prometió investigar el «traumático»incidente. «Esperamos aprender de este inquietante episodio», dijo en una declaración, según la BBC. «Tanto yo como el equipo del Ministerio de Salud que coordino haremos todo lo posible para averiguar la verdad».
El viceministro de Salud, Horatiu Moldovan, añadió que «los cirujanos deberían haber sido conscientes de que está prohibido utilizar un desinfectante a base de alcohol durante los procedimientos quirúrgicos realizados con un bisturí eléctrico».
Rumania viene luchando durante décadas con una atención sanitaria deficiente y con hospitales con personal y equipos insuficientes. El antiguo país comunista tiene las tasas de gasto más bajas de Europa en asistencia sanitaria por habitante, según las estadísticas proporcionadas por Eurostat.
En 2015, 64 personas murieron debido a una grave negligencia médica, según el Independent.
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