Muere preso de California, sentenciado a la pena capital, por complicaciones aparentes de COVID-19

Por Jack Phillips
23 de julio de 2020 3:01 PM Actualizado: 23 de julio de 2020 3:01 PM

Un recluso condenado a muerte en California, que fue condenado por el asesinato de una niña de 7 años, murió el lunes en un hospital después de un brote de COVID-19 en la prisión estatal de San Quintín.

El Departamento de Correcciones de California (CDCR) dijo que Troy Ashmus, de 58 años, fue declarado muerto en un hospital, fuera de la prisión estatal. Es ahora el séptimo prisionero en el corredor de la muerte y el 13° en total en morir cumpliendo su pena en la prisión de San Quintín.

Su causa exacta de muerte estaba bajo investigación, pero las autoridades dijeron que parece estar relacionada con COVID-19.

Ashmus fue declarado culpable de agredir y asesinar sexualmente a Marcella Davis, de 7 años, en 1984. Ella se dirigía en bicicleta a un parque de Sacramento, pero nunca regresó a su hogar, según el San Jose Mercury News.

“Ashmus fue admitido en una prisión estatal del condado de Sacramento el 18 de septiembre de 1985 para cumplir una sentencia de seis años por agresión con la intención de cometer un delito sexual específico. Mientras estaba encarcelado, fue sentenciado a muerte el 25 de julio de 1986 por un jurado del condado de Sacramento”, escribió el departamento de correcciones del estado. Ahora hay 718 personas en el corredor de la muerte de California.

Desde 1986, Ashmus ha estado en el corredor de la muerte.

Según KOVR, citando a funcionarios, Jeffrey Jay Hawkins, de 64 años, otro recluso condenado a muerte, murió por complicaciones consistentes con el virus PCCh (Partido Comunista Chino), que causa la enfermedad COVID-19.

Hasta ahora el sistema penitenciario de California ha registrado casi 7000 casos de virus PCCh entre los reclusos, y, al menos, 39 han muerto por complicaciones relacionadas al virus. Mientras tanto, docenas de internos permanecen hospitalizados, algunos en cuidados intensivos.

Funcionarios estatales informaron que más de 800 empleados de las correccionales han contraído el virus.

Según el rastreador de coronavirus del CDCR, unos 925 reclusos en la prisión de San Quintín tienen infecciones activas.


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