Una mujer china fue torturada a manos de agentes del Partido Comunista Chino (PCCh), y dos meses después murió, según un nuevo informe.
Jiang Pai cayó en coma después de haber sido detenida por agentes del PCCh y torturada por negarse a renunciar a Falun Dafa, una disciplina espiritual que desde julio de 1999 es perseguida por el régimen comunista chino.
“Sus compañeras de celda notaron que sufría incontinencia y que su cuerpo seguía temblando”, indicó el 2 de septiembre un informe de Minghui, un sitio web dedicado a publicar información sobre la persecución de Falun Dafa.
“Como durante el fin de semana no había médicos de guardia, las detenidas le suplicaron a los guardias que buscaran atención médica para ella”, refirió el informe, y agrega que no la llevaron al hospital hasta el siguiente día. Luego, los agentes del PCCh “la golpearon y le tiraron del pelo mientras le realizaban a una resonancia magnética”, según el informe.
El incidente tuvo lugar en junio de 2007, pero la información sobre su muerte no se publicó hasta septiembre de 2018.
Falun Dafa, también llamado Falun Gong, es una antigua práctica de cuerpo-mente-espíritu que se hizo pública en 1992 y se difundió ampliamente en toda China en la década de 1990. Es una antigua disciplina china basada en los principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Las detenidas informaron que la azotaron, la golpearon, le aplicaron descargas eléctricas y la “forzaron a alimentarse… con aceite de mostaza”, señaló Minghui.
El informe dice que Feng Haibo, agente de la División de Seguridad Nacional del PCCh, se refirió a la tortura y muerte de Jiang ante otros practicantes de Falun Dafa detenidos por él. Describió que la colocaron en una “silla de hierro” y le aplicaron descargas eléctricas durante tres días seguidos, según el informe.
“La alimentamos a la fuerza con aceite de mostaza tres veces. Las lágrimas brotaban de sus ojos y su nariz goteaba […] fue entonces cuando comenzó a responder a todas las preguntas que le hicimos”, agregó otro agente de policía sin nombre, informó Minghui.
Liu Ying, una enfermera de la ciudad de Daqing, describió lo que es ser alimentado a la fuerza con aceite de mostaza en un centro de detención chino. Al igual que Jiang, Liu también fue torturada por practicar Falun Dafa, señala el informe.
“La policía compró el aceite de mostaza, importado de Japón, en medio de la noche. Con una jeringa grande, me inyectaron el aceite de mostaza en la nariz”, explicó. “Inmediatamente sentí un dolor muy intenso y abrasador en el pecho. Sentí como si mis órganos internos temblaran. No podía abrir los ojos. Mi cabeza explotaba. Me estaba volviendo loca. Las palabras no pueden describir lo doloroso que era”.
Agregó: “Cuando perdí el conocimiento, la policía me echó agua fría sobre el cuerpo para despertarme. Luego nuevamente me alimentaron a la fuerza con el aceite de mostaza hasta que me desmayé de nuevo. Repitieron la tortura varias veces. Mientras me alimentaban a la fuerza con aceite de mostaza, un agente me dijo: ‘¿Conoces a Jiang Pai? Esto fue lo que le hicimos. Incluso la colocamos en una silla de hierro y la enchufamos a la electricidad mientras la alimentábamos a la fuerza con aceite de mostaza’”.
Después de la tortura con aceite de mostaza, el informe dice que Jiang fue nuevamente alimentada a la fuerza, lo que probablemente la mató.
“Tras repetidos interrogatorios y alimentación forzada, el estado de salud de la Sra. Jiang empeoró rápidamente. En la mañana del 23 de junio de 2007, según sus compañeras de celda, comenzó a tener síntomas de muerte después de caer en coma profundo. No la atendieron durante dos días, y las detenidas solo podían observar cómo esta joven e inocente vida era lentamente arrebatada por la muerte”, concluye el informe.
Sustracción forzada de órganos
En julio de 2018, se llevaron a cabo tres días de reuniones en el Departamento de Estado de EE.UU, organizadas por Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH por sus siglas en inglés).
El Dr. Glynn Gilcrease III, que trabaja como oncólogo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah, declaró durante la audiencia que la sustracción forzada de órganos es una práctica dirigida por el Estado para extirpar órganos de prisioneros de conciencia sin su consentimiento. Pero “esto solo se hace en China”, enfatizó Gilchrist durante la audiencia.
Otro médico, Torsten Trey, director ejecutivo de DAFOH, expuso el caso de por qué la sustracción forzada de órganos en China es un acto de genocidio. Comenzó presentando las cifras oficiales del régimen chino para los trasplantes en China, que apenas habían aumentado desde 2006.
Sin embargo, destacó que la evidencia muestra que, desde el año 2000, hubo un sorprendente aumento en la infraestructura utilizada para los trasplantes de órganos en China. Las camas de hospital aumentaron drásticamente, al igual que el número de equipos de trasplante en las salas quirúrgicas. La venta de medicamentos para evitar el rechazo del órgano también se incrementaron notablemente.
“Están ocultando algo”, afirmó Trey.
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