Una mujer que se sometió a una intervención estética para reducir la papada que le quedó tras bajar de peso, terminó con un cuello de «pollo viejo» por el que ahora no se atreve a salir a la calle.
Jayne Bowman, de Hampshire, en Inglaterra, bajo varias libras de peso pero quiso mejorar la flacidez de la piel que le quedó en el cuello, así que investigó en la web qué opciones había para alguien que no quería entrar a un quirófano.
Se encontró con una terapia con fibroblastos de plasma también conocida como Plasma Pen, cuyo objetivo es tensar y mejorar la apariencia de la piel por medio de un dispositivo similar a un bolígrafo que descarga una corriente eléctrica de alta frecuencia en áreas pequeñas de la piel, según informa Healthline.
Bowman, de 59 años, encontró una terapeuta en redes sociales que por 500 euros (alrededor de USD 507), le ofrecía el tratamiento sin necesidad de pasar por un quirófano, según informa Daily Star.
Entusiasmada por los comentarios positivos en redes, la mujer se realizó el tratamiento no invasivo que resultó muy diferente de lo que le prometieron.
Unfortunately during her treatment, she was experiencing a lot of pain but her provider continued the treatment citing that it wouldn’t work if she didn’t complete it.
Bowman has since then ended up with these unsightly red dots all over her neck and chest. pic.twitter.com/7idHVuHxz4
— The Cosmetic Lane (@TheCosmeticLane) August 10, 2022
«Desearía seguir teniendo mi cuello flácido; estaba mejor que como me dejaron», dijo Bowman, quien terminó con el cuello como si fuera el de un «pollo viejo», con una serie de puntos color marrón.
Además fue muy doloroso, según relató la mujer, al punto de que fue una «agonía» que a la terapeuta «pareció importarle».
«Dijo que tenía que continuar o no funcionaría», agregó.
Luego de comunicarse con la terapeuta le ofrecieron «terapia de luz» y «microneedling» que poco o nada ayudaron a la cicatrización. Y al pedirle los datos del seguro la respuesta fue un «lo siento, no los recuerdo», recordó.
«Estoy muy enfadada. Esto afectó mi vida de muchas maneras. Ojalá hubiera dejado mi papada en paz».
Ashton Collins, Director de Save Face, que ayuda a las personas que son víctimas de negligencia en cirugías estéticas, dijo en entrevista a Cosmetic Surgery Solicitors, que el paisaje es complejo para quienes buscan tratamientos estéticos. Legalmente, cualquier persona puede administrar tratamientos desde cualquier entorno.
Collins pone como ejemple en botox, que es un medicamento de venta con receta, que solo puede prescribir un profesional de la salud. Sin embargo, puede ser inyectado por cualquier persona.
«El sector es único en el sentido de que hay cirujanos plásticos y dermatólogos que ejercen en un extremo, y personas completamente desprovistas de formación médica en el otro», agregó.
Mientras tanto, Bowman afirma: «No quiero salir más. Soy como una reclusa porque no quiero que la gente vea mis horribles cicatrices. Son tan feas».
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