Un In-N-Out del condado de Contra Costa, California, fue multado por negarse a pedir a los clientes que presenten pruebas de vacunación contra COVID-19, según los informes.
La sucursal, situada en el suburbio de Pleasant Hill, en el este de la bahía, ha sido al parecer multada dos veces —un total de 750 dólares— por el departamento de salud del condado de Contra Costa por no comprobar el estado de vacunación de los clientes para comer en el interior, como exige el protocolo de salud local, informó SFGate.
El condado de Contra Costa y otras dos jurisdicciones sanitarias del Área de la Bahía —el condado de San Francisco y la ciudad de Berkeley— han exigido a los restaurantes que pidan a los clientes una prueba de vacunación si desean comer en el interior.
El local recibió un aviso de infracción el 5 de octubre, y posteriormente se le impuso una multa de 250 dólares el 14 de octubre y de 500 dólares el 19 de octubre, según declaró a SFGate un portavoz del departamento de salud del condado de Contra Costa, que añadió que el In-N-Out se enfrentó a «repetidas quejas del público».
No está claro si las multas se han pagado ya. Las multas posteriores serán de 1000 dólares, añadió el portavoz.
La noticia llega cuando el único In-N-Out de San Francisco, situado en Fisherman’s Wharf, se convirtió el 14 de octubre en el primer restaurante clausurado por el departamento de salud de la ciudad por negarse a comprobar el estado de vacunación contra COVID-19 de los clientes.
El Departamento de Salud Pública de San Francisco ordenó su cierre por violar una orden emitida por la ciudad en agosto que entró en vigor el 20 de agosto. Desde entonces, la sucursal ha vuelto a abrir, pero solo para comida para llevar.
El departamento de salud de la ciudad dijo a The Epoch Times en un comunicado que la decisión se tomó «debido a la amenaza que [el negocio] supone para la salud pública».
En respuesta al cierre, Arnie Wensinger, director jurídico y comercial de la cadena In-N-Out, calificó en un comunicado el requisito de vacunación de la ciudad como una «extralimitación» gubernamental «intrusiva, impropia y ofensiva».
«Tras el cierre de nuestro restaurante, los reguladores locales nos informaron que los asociados de nuestro restaurante debían intervenir activamente exigiendo una prueba de vacunación y una identificación con fotografía a cada cliente, y luego actuar como personal encargado de hacer cumplir la ley impidiendo la entrada a cualquier cliente que no tuviera la documentación adecuada», dijo.
Wensinger añadió que la sucursal de In-N-Out colocó «adecuada y claramente» carteles que indicaban los requisitos de vacunación para los comensales de interior, pero dijo que el establecimiento se negaba a actuar como «policía de vacunación de cualquier gobierno».
Acusó a la ciudad de obligar a los establecimientos a «segregar a los clientes» en función de su estado de vacunación contra COVID-19, y calificó los requisitos de «irrazonables, invasivos e inseguros».
«Estamos en total desacuerdo con cualquier dictado gubernamental que obligue a una empresa privada a discriminar a los clientes que deciden frecuentar su negocio», concluye el comunicado.
Hay otros cuatro locales de In-N-Out en el condado de Contra Costa, pero el portavoz del departamento de salud del condado dijo que estas sucursales no han recibido ningún aviso de infracción ni de multa.
The Epoch Times se puso en contacto con el departamento de salud del condado de Contra Costa para obtener comentarios adicionales.
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