Un multimillonario compró las islas que eran propiedad del agresor sexual Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores.
Stephen Deckoff, el multimillonario inversionista, realizó la compra de las islas Great St. James y Little St. James a través de su firma SD Investments LLC, informó la compañía en una declaración.
Deckoff reside en las Islas Vírgenes estadounidenses desde 2011. Tras la adquisición tiene previsto desarrollar un complejo turístico de lujo de cinco estrellas en las islas.
«Yo me siento orgulloso de llamar hogar a las Islas Vírgenes de Estados Unidos desde hace más de una década y estoy tremendamente satisfecho de poder llevar a la zona un destino de clase mundial acorde con su gracia y belleza natural», dijo Deckoff en una declaración.
«No hay lugar en el mundo tan especial como las Islas Vírgenes y me siento muy honrado por la oportunidad de compartir su esplendor con los visitantes de una manera que proporcionará beneficios económicos a la región, respetando al mismo tiempo su cultura, historia y belleza natural. Estoy deseando trabajar con las Islas Vírgenes para hacer realidad este sueño», añadió el comprador.
Según SD Investments, el proyecto atraerá turistas a las islas y creará puestos de trabajo.
Deckoff está trabajando para contratar arquitectos e ingenieros. Se prevé que el complejo abra sus puertas en 2025.
Por la compra, Deckoff pagó 60 millones de dólares. El precio de venta de las islas, cuando se pusieron a la venta por primera vez, era de 125 millones de dólares.
Epstein compró una de las islas en 1998 y la otra en 2016. Una de ellas incluye varios edificios, mientras que la otra tiene pocas estructuras.
En 2019, Epstein murió en la cárcel en Nueva York mientras esperaba el juicio por cargos de tráfico sexual. En 2008, en Florida, el acusado se declaró culpable de solicitar a una menor para la prostitución.
Violaciones de niñas
Funcionarios de las Islas Vírgenes de Estados Unidos dijeron que niñas fueron violadas en las islas.
Epstein y personas que trabajaban con él «traficaron, violaron, agredieron sexualmente y mantuvieron cautivas a niñas menores de edad y mujeres jóvenes» en las islas, dijo el fiscal general de las islas en una demanda presentada en 2020.
Las niñas tenían apenas 11 años, según la demanda.
Las niñas eran atraídas a las islas con promesas de dinero, empleo y oportunidades profesionales antes de quedar atrapadas en una red que a veces les confiscaba los pasaportes y les cortaba la comunicación con el mundo exterior, según los fiscales.
Una chica intentó sin éxito escapar nadando desde una de las islas.
Los presuntos delitos tuvieron lugar entre 2001 y 2018.
Numerosas niñas han dicho que fueron abusadas por Epstein y sus asociados en sus propiedades, que incluían casas en la ciudad de Nueva York, Nuevo México y Florida.
El patrimonio de Epstein acordó resolver el caso con un pago de 105 millones de dólares.
Según el acuerdo, una «parte significativa» de los ingresos de la venta de las islas se pagará al gobierno de las Islas Vírgenes estadounidenses, dijo SD Investments LLC. El gobierno recibirá la mitad de los ingresos.
La empresa no respondió a la solicitud de comentarios.
Nunca conoció a Epstein
Deckoff «nunca conoció al señor Epstein», dijo un portavoz a The Epoch Times por correo electrónico.
El comprador tampoco estuvo nunca en ninguna de las islas antes de que se pusieran a la venta tras la muerte de Epstein, que fue declarada suicidio por el forense de Nueva York, según el portavoz.
Deckoff no aparece en el conocido libro negro de Epstein, que se publicó en Internet hace años, ni se menciona en los artículos recientes de Wall Street Journal, medio de comunicaciones que obtuvo documentos que incluían la agenda de Epstein. Los artículos revelan nuevas conexiones con altos funcionarios, incluido el director de la CIA, William Burns, y más detalles sobre conexiones ya conocidas.
El multimillonario, fundador de Black Diamond Capital, vivió en Nueva York antes de trasladarse a las Islas Vírgenes estadounidenses y tiene un patrimonio neto de 3000 millones de dólares, según Forbes.
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