Decenas de miles de personas -unas 40,000 según la policía-, protestaron este sábado en Viena contra el confinamiento general que comienza el lunes en Austria y contra la vacunación obligatoria.
«Resistencia», «Corona-Fake», «Libertad» o «Abajo con la coronadictadura» eran algunos de los lemas de una multitud que confluyó desde distintos puntos de la ciudad en el casco histórico de Viena, cerca de la sede del Gobierno.
Los manifestantes marcharon por las calles portando banderas de Austria, mensajes contra la vacunación y, en general, calificando las restricciones contra el covid-19 de dictatoriales.
Aunque la protesta se desarrolló de forma pacífica, la policía informó a Efe de al menos cinco detenciones en incidentes aislados como arrojar botellas y otros objetos a los agentes. También se han producido denuncias por el uso de simbología nazi, que en Austria es un delito.
Entre los motivos de esas denuncias -según el diario Der Standard- se encontraba el empleo de estrellas de David con la palabra «no vacunado» por parte de algunos manifestantes.
La estrella amarilla era el símbolo que los nazis usaron para marcar a los judíos y su uso por parte de ciertos manifestantes supone comparar las medidas contra la covid con el Holocausto.
También se denunció a una persona por una pancarta en la que se comparaba al actual canciller democristiano, Alexander Schallenberg, con Josef Mengele, el médico nazi que hizo experimentos con internos del campo de exterminio de Auschwitz.
El Gobierno de conservadores y ecologistas que encabeza Schallenberg anunció ayer un confinamiento de 20 días a partir del lunes. Ese paso se da cuando la tasa de contagios en Austria está entre las más altas del continente, con más de mil casos por 100,000 habitantes en siete días.
Además, para salir del «círculo vicioso de los confinamientos», el Ejecutivo quiere que a partir de febrero de 2022 sea obligatoria la vacuna contra la covid para todos los residentes en el país, donde la tasa de inmunización es del 65.7 %.
La Policía desplegó un gran dispositivo con unos 1300 agentes, que vigilaron el uso obligatorio de las mascarillas y realizaron controles aleatorios del certificado covid -que demuestra estar vacunado o haber pasado la enfermedad-, ya que en Austria rige desde el pasado lunes un confinamiento para los no inmunizados.
El partido derechista FPÖ impulsó la protesta desde las redes sociales, donde Kickl alentó la protesta para defender la «libertad» y evitar la «dictadura».
Michael Schnedlitz, secretario general del partido, criticó al Gobierno por querer acallarlos y tenerlos sometidos como si fueran «súbditos».
La manifestación atrajo a una variedad heterogénea de personas, desde personas que desconfían del poder excesivo del Estado, pasando por grupos de cristianos evangélicos.
«El confinamiento de los no vacunados me parece un error, no creo que los derechos fundamentales se deban aplicar en función de que alguien tenga un fármaco en el cuerpo», explicó a Efe una universitaria que portaba un símbolo de la paz.
Otras jóvenes calificaban las restricciones como un camino a la dictadura.
La creciente división en la sociedad debido a las medidas contra el covid-19 es tal que el presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, apeló anoche a la concordia y a la unidad en un discurso televisado por el nuevo confinamiento.
«Las acusaciones recíprocas no resuelven nada ahora. No se soluciona nada con señalar con el dedo al otro y dirigirle nuestra ira», dijo Van der Bellen a los austríacos y les animó a superar divisiones que han fracturado familias y amistades.
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