Un grupo de restaurantes y otros pequeños negocios demandaron el martes a la ciudad de Nueva York y al alcalde Bill de Blasio por exigir a los clientes que muestren una prueba de vacunación contra el COVID-19 para entrar en muchos establecimientos con espacios cerrados.
La exigencia de de Blasio es «arbitrario, irracional, anticientífico e ilegal», afirmaron los empresarios en la demanda de 18 páginas, presentada ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York.
Los demandantes señalaron que la orden no contiene excepciones para las personas que no pueden vacunarse o para aquellas que tuvieron COVID-19 y se han recuperado, ya que los estudios han demostrado que gozan de cierta protección contra la reinfección.
Tampoco permite a los clientes elegir en su lugar el uso de una mascarilla o proporcionar una prueba de COVID-19 negativa.
«Va en contra de ciertas creencias religiosas inyectar en el cuerpo una sustancia extraña relativamente desconocida. Al ordenar tal cosa, el alcalde está esencialmente violando la libertad de religión de las personas», argumentaron los demandantes.
«Además, al obligar a todos los empleados de ciertos establecimientos a vacunarse sabiendo que va en contra de las creencias religiosas de ciertos grupos, se podría argumentar que el alcalde está, en esencia, obligando a los empleadores a violar el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964».
Los demandantes también dijeron que la exigencia no tiene sentido porque se enfoca en algunos negocios, como los gimnasios, pero no en otros. Eso viola la Cláusula de Igualdad de Protección, afirma la demanda.
De Blasio dijo a los periodistas en Manhattan el miércoles que tiene «gran confianza» en que la orden es legal. El departamento jurídico de la ciudad declinó hacer comentarios por correo electrónico.
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