Los neoyorquinos que dicen estar hartos de la escalada de violencia y de los problemas de calidad de vida han pedido a la ciudad que cierre un refugio para inmigrantes ilegales en una zona residencial de Queens.
El 9 de junio, decenas de residentes se concentraron ante el edificio, un antiguo hotel Courtyard Marriott de East Elmhurst reconvertido para albergar a inmigrantes ilegales, para protestar por lo que consideran una amenaza creciente para su nivel de vida.
Elizabeth Del Mundo, de 33 años, cuya familia tiene un negocio en la zona, dijo a The Epoch Times que el albergue de la calle 90 es sólo uno de los varios que hay en la zona y que han tenido un impacto negativo en la comunidad.
«Muchas familias ya no se sienten seguras, y en lugar de hacer las cosas más seguras como [los funcionarios] siguen prometiendo, la situación no ha hecho más que empeorar», dijo la Sra. Del Mundo. «Es muy caro vivir aquí, y nos siguen diciendo que paguemos más y más impuestos, ¿y para qué? ¿Para que nos acosen? Es una locura».
«Los que hemos vivido aquí ya no somos importantes para la ciudad. Sólo importan los inmigrantes».
El exconcejal y legislador estatal Hiram Monserrate, que publicó en X un vídeo de residentes coreando «que se cierre» frente al albergue, dijo que la comunidad había llegado a su límite en la aceptación de los recién llegados.
En otro post, el Sr. Monserrate escribió: «Nuestra comunidad ya ha tenido suficiente. Exigimos una comunidad más segura y limpia y leyes que tengan sentido. Tenemos 15 [refugios] para personas sin hogar entre Queens Blvd. y LGA Ya es suficiente».
El albergue alojó anteriormente a Bernardo Castro Mata, inmigrante ilegal venezolano de 19 años acusado de intento de asesinato de dos agentes del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD). El agente Christopher Abreu, de 26 años, recibió un disparo en la pierna, mientras que su compañero, Richard Yarusso, de 26 años, recibió un impacto en su chaleco antibalas.
El Sr. Mata, que entró ilegalmente en Estados Unidos el pasado mes de julio por Texas, era miembro de la banda callejera Tren de Aragua, que arma a sus miembros con ciclomotores para llevar a cabo robos rápidos al estilo «coge y vete». La banda ha cometido este año al menos 80 robos motorizados en toda la ciudad, muchos de ellos en Queens, además de otros cientos de delitos, según declaró una fuente de la policía de Nueva York a The Epoch Times.
La zona que rodea el refugio se ha visto inundada de otras actividades delictivas, como denuncias de agresiones sexuales, violaciones y mujeres inmigrantes obligadas a prostituirse, según una fuente de la policía de Nueva York.
«No se trata de un caso en el que el vecindario esté tratando con un grupo de personas sin hogar que necesitan que las lleven».
«Hay un elemento criminal definido y descarado en juego que ocurre a la intemperie», dijo la fuente, que pidió el anonimato por temor a represalias. «Nadie quiere decirlo, pero es obvio que hay un aumento de la delincuencia [que] puede atribuirse directamente a los inmigrantes de este refugio y otros similares».
La ciudad de Nueva York se ha visto inundada de miles de inmigrantes ilegales procedentes de la frontera estadounidense en los últimos dos años, y las autoridades tratan desesperadamente de encontrarles sitio, llenando a menudo los albergues para personas sin hogar y contratando hoteles.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha defendido los esfuerzos de la ciudad para albergar a la afluencia de inmigrantes ilegales, apelando con frecuencia al gobierno federal para que autorice permisos de trabajo para ellos.
«Como la ciudad ha sostenido sistemáticamente, el Derecho al Alojamiento —puesto en marcha hace más de 40 años, cuando el sistema de albergues de la ciudad tenía menos de 2500 personas a su cargo, en comparación con las 120,000 personas, de las cuales aproximadamente 65,000 son inmigrantes, que están actualmente a cargo de la ciudad- nunca se pensó para aplicarse a una crisis humanitaria nacional como la que afronta hoy la ciudad de Nueva York», declaró en marzo.
Las oficinas del presidente del distrito de Queens y del alcalde de Nueva York no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
El tema de la inmigración ilegal se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los votantes en las próximas elecciones presidenciales, y cerca de la mitad de los estadounidenses dijeron que apoyarían las deportaciones masivas de quienes han entrado ilegalmente en el país, según una encuesta de CNN realizada por la empresa de investigación SSRS en enero.
En respuesta, el presidente Joe Biden anunció el 4 de junio una orden ejecutiva por la que se suspenderían las solicitudes de asilo en la frontera sur una vez que la media de encuentros diarios superara los 2500, y la frontera permanecería cerrada hasta que esa media diaria se mantuviera por debajo de 1500 durante al menos una semana.
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