TEL AVIV, Israel —El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, disolvió el Gabinete de Guerra que ha supervisado los combates en Gaza, dijo el lunes un portavoz del gobierno, días después de que un miembro clave del cuerpo abandonara el gobierno por su frustración con el manejo de la guerra por parte del líder israelí.
La medida era ampliamente esperada tras la salida de Benny Gantz, exjefe militar. La ausencia de Gantz en el gobierno aumenta la dependencia de Netanyahu de sus aliados nacionalistas, que se oponen al alto el fuego. Eso podría suponer un reto adicional para las ya frágiles negociaciones para poner fin a la guerra de ocho meses en Gaza.
Funcionarios del gobierno dijeron que Netanyahu celebraría foros más reducidos para tratar temas sensibles de la guerra, incluso con su Gabinete de seguridad, que incluye a socios de gobierno de derecha que se oponen a los acuerdos de alto el fuego.
El Gabinete de Guerra se formó en los primeros días de la guerra, cuando Gantz, entonces líder del partido de la oposición y rival de Netanyahu, se unió a la coalición en una muestra de unidad tras el ataque del 7 de octubre contra el sur de Israel perpetrado por terroristas de Hamás. Exigió que un pequeño órgano decisorio dirigiera la guerra. Gantz, Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant.
La decisión de suprimir el Gabinete de Guerra se produce cuando Israel se enfrenta a más decisiones cruciales.
Israel y Hamás están sopesando la última propuesta de alto el fuego a cambio de la liberación de los rehenes tomados por los terroristas de Hamás durante su ataque. Las tropas israelíes siguen estancadas en la Franja de Gaza, combatiendo en la ciudad meridional de Rafah y contra focos de resurgimiento de Hamás en otros lugares, además de una dramática escalada la semana pasada en la frontera norte con Líbano.
Tras lanzar cientos de cohetes y aviones teledirigidos hacia Israel en algunas de las andanadas más intensas del conflicto, los terroristas de Hezbolá redujeron drásticamente el número de proyectiles disparados hacia el norte de Israel el domingo y el lunes.
La tregua continuó incluso después de que las autoridades militares israelíes dijeran que habían matado a Mohammed Ayoub, un operativo clave del departamento de cohetes y misiles de Hezbolá, en un ataque con drones el lunes por la mañana. El ejército israelí dijo que solo había rastreado dos misiles disparados el lunes desde Líbano, y que no entraron en territorio israelí. En las últimas 48 horas solo se han producido seis lanzamientos, frente a los más de 200 del jueves.
La tregua podría deberse a la festividad musulmana de Eid al-Adha que comenzó el domingo por la mañana, así como a la visita de Amos Hochstein, un alto asesor del presidente estadounidense Joe Biden. Hochstein se encuentra en Israel para analizar la inestable situación en la frontera entre Líbano e Israel. Su llegada a Beirut está prevista para el martes.
Estados Unidos ha estado tratando de aliviar las tensiones a lo largo de la frontera, y el Sr. Hochstein hizo varios viajes a la región en los últimos meses. Hezbolá comenzó a atacar Israel casi inmediatamente después de que estallara la guerra entre Israel y Hamás, y desde entonces los intercambios diarios de disparos han sido habituales. En las últimas semanas, los intercambios se han intensificado, con incendios a ambos lados de la frontera.
Netanyahu ha hecho equilibrios durante la guerra, sopesando la presión del principal aliado de Israel, Estados Unidos, y la creciente oposición mundial a los combates, así como la de sus socios de gobierno, entre los que destacan el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir.
Ambos han amenazado con derrocar al gobierno si Israel sigue adelante con el acuerdo de alto el fuego. La última propuesta forma parte del esfuerzo más concentrado de la Administración Biden para ayudar a poner fin a la guerra. Por el momento, el avance hacia un acuerdo parece estar estancado.
La marcha de Gantz provocó otra dimisión. El ex jefe del ejército y compañero de partido Gadi Eisenkot abandonó el Gabinete de Guerra, donde tenía estatus de observador.
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