El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pareció restar importancia a las esperanzas de una tregua inminente con Hezbolá el jueves, después de que Estados Unidos y sus aliados pidieran un alto el fuego inmediato de 21 días para «dar espacio a la diplomacia».
En una declaración emitida por la oficina de Netanyahu mientras se dirigía a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, su oficina dijo que solo había una propuesta sobre la mesa y que él aún no había respondido a ella.
En la declaración también rechazó la idea de que hubiera habido alguna directiva para suavizar los combates en la frontera entre Israel y el Líbano.
Hezbolá aún no ha respondido a la propuesta de una pausa en los combates, pero ya dijo anteriormente que solo dejaría de lanzar cohetes cuando se produjera un alto el fuego en Gaza.
La declaración de la oficina del primer ministro israelí dice que «ordenó a las IDF que continúen combatiendo con toda su fuerza, de acuerdo con el plan que se les presentó».
La declaración también dice que los combates en Gaza también continuarían «hasta que se hayan alcanzado todos los objetivos de la guerra».
Previamente, el primer ministro libanés, Najib Mikati, declaró que esperaba que pronto se pudiera alcanzar un alto el fuego entre Israel y el grupo terrorista respaldado por Irán.
El Sr. Mikati acogió con satisfacción el llamado a una tregua, pero dijo que la clave para aplicarla era si Israel, que ha estado reubicando tropas más cerca de la frontera libanesa, se compromete a hacer cumplir las resoluciones internacionales.
A la pregunta de si podría conseguirse pronto un alto el fuego, el primer ministro libanés respondió: «Esperemos que sí».
Los ataques aéreos, los más intensos contra Hezbolá en Líbano en casi dos décadas, se intensificaron bruscamente desde el lunes, causando más de 600 muertos en los últimos días, según las autoridades libanesas.
Una declaración, emitida por 11 naciones y la UE, afirma que el objetivo de la tregua sería permitir que los civiles de ambos lados de la frontera regresen a sus hogares en condiciones de seguridad, porque la diplomacia no puede «tener éxito en medio de una escalada de este conflicto».
«La situación entre Líbano e Israel desde el 8 de octubre de 2023 es intolerable y presenta un riesgo inaceptable de una escalada regional más amplia», se lee en la declaración.
«Esto no beneficia a nadie, ni al pueblo de Israel, ni al pueblo de Líbano», añade el documento.
La administración provisional del Líbano, encabezada por Mikati, incluye a ministros elegidos por Hezbolá, que se consideran la fuerza política más poderosa del país.
El alto el fuego se aplicaría a la «Línea Azul» entre Israel y Líbano, la línea de demarcación entre ambos países, y permitiría a las partes negociar una posible resolución diplomática del conflicto, según un alto funcionario de la Casa Blanca.
La Línea Azul fue creada por la ONU como frontera de demarcación en el año 2000 para verificar la retirada total de Israel del Líbano tras una presencia militar de 18 años, que comenzó en 1982 en respuesta a los ataques de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde Líbano contra civiles israelíes.
La coordinadora especial de la ONU para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, declaró el jueves que acogía con satisfacción el llamado a un alto el fuego inmediato de 21 días para dejar espacio al éxito de la diplomacia.
Sin embargo, la violencia no cesó durante la noche, ya que Israel atacó unos 75 objetivos de Hezbolá en el valle de la Bekaa y el sur del Líbano, incluidos depósitos de armas y lanzaderas listas para disparar, informaron el jueves las Fuerzas de Defensa israelíes.
En uno de esos ataques murieron al menos 23 sirios, en su mayoría mujeres y niños, al ser alcanzado un edificio de tres plantas en la ciudad de Younine, declaró a Reuters el alcalde de la localidad, Ali Qusas.
Alrededor de 1.5 millones de sirios que huyeron de la guerra civil residen en Líbano.
Israel dio prioridad a asegurar su frontera septentrional y permitir el regreso de unos 70,000 ciudadanos del país desplazados por los intercambios de disparos casi diarios con Hezbolá, que el grupo terrorista inició hace un año en solidaridad con Hamás en Gaza.
Israel amplió sus ataques aéreos en Líbano el miércoles y al menos 72 personas murieron, según declaraciones del ministerio de Salud libanés. El ministerio también dijo que al menos 223 personas resultaron heridas.
Alrededor de medio millón de personas escaparon de sus hogares en el Líbano, donde los hospitales están inundados de heridos.
El ataque se produjo después de que la semana pasada estallaran localizadores y walkie-talkies en todo el país, matando a decenas de personas e hiriendo a miles más.
El jefe militar israelí declaró que es posible que se desarrolle un ataque terrestre, lo que hace temer que el conflicto desencadene una guerra más amplia en el Medio Oriente.
El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, declaró a la prensa antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, celebrada el miércoles, que el Estado judío acogería con satisfacción un alto el fuego, ya que prefería una solución diplomática.
A continuación dijo al Consejo que Irán era la principal causa de la violencia en la región, y que la paz exigía desmantelar la amenaza de Teherán.
Hezbolá y Hamás están patrocinados por la República Islámica.
Los líderes mundiales expresaron su preocupación por la rápida escalada del conflicto, que se desarrolla en paralelo a la guerra de Israel en Gaza.
Esta semana, la aviación israelí atacó a dirigentes de Hezbolá y centenares de instalaciones en el interior de Líbano. El grupo respondió con descargas de cohetes contra Israel.
Con la contribución de Stephen Katte e información de Reuters.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas
noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
