El gobernador de California, Gavin Newsom, dijo el lunes que aplaudía el trabajo que está haciendo la administración Biden para restaurar la exención de emisiones de California, un cambio de política que le permitiría al estado establecer normas de emisión más estrictas para los coches y camionetas.
La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) anunció el lunes que está considerando revocar la primera parte (llamada SAFE 1) de una acción de la era Trump llamada Regla de Vehículos más Seguros, Asequibles y Eficientes en Combustible. Dicha regla revocó una exención que le permitía a California hacer cumplir normas más estrictas sobre emisiones de gases de efecto invernadero y mandatos de venta de vehículos de cero emisiones. La regla SAFE-1 también trató de evitar que otros estados adoptaran los estándares de emisiones de gases de efecto invernadero de California, algo que trece estados han optado por hacer (pdf).
El presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva en su primer día en el cargo que le ordenó a las agencias federales revisar un grupo de reglas y acciones ejecutivas de la administración Trump. El pedido se hizo con el objetivo de revertir las órdenes de la era Trump que, según Biden, dañan el medio ambiente o ponen en peligro la salud pública, por tal razón ubicaron a la regla SAFE- 1 en el radar.
«Hoy, cumplimos con la clara indicación del presidente Biden que pide abordar la crisis climática dando un gran paso adelante para restaurar el liderazgo estatal y avanzar en los objetivos de reducción de la contaminación por gases de efecto invernadero de la EPA», dijo el administrador de la EPA, Michael Regan, en un comunicado.
«Soy un firme creyente en la antigua autoridad estatutaria de California para liderar. La decisión de 2019, de revocar la exención del estado para hacer cumplir sus normas de contaminación por gases de efecto invernadero para autos y camionetas, fue legalmente dudosa y un ataque a la salud y al bienestar del público», dijo Regan.
La EPA llevará a cabo una audiencia pública virtual sobre su propuesta el 2 de junio y recibirá opiniones sobre el plan hasta el 6 de julio.
Newsom elogió el anuncio de la EPA en un comunicado. Dijo que la EPA «comienza el proceso de restauración de esta herramienta de importancia crítica que le permite a California, y a los numerosos estados que han adoptado nuestros programas, marcar el comienzo de la nueva era de vehículos eléctricos y vehículos de cero emisiones que necesitamos para limpiar nuestro aire y luchar contra el cambio climático».
“Durante más de medio siglo, las exenciones que le permiten a California desarrollar rigurosos estándares de emisiones de vehículos le han permitido al Estado Dorado ser un líder en la nación con innovaciones revolucionarias para automóviles y camiones cada vez más limpios, al tiempo que reduce la contaminación en comunidades sobrecargadas”, agregó Newsom.
Al adoptar la regla SAFE-1, el entonces presidente Donald Trump dijo que le preocupaba que los estándares de emisiones más estrictos de California tuvieran un impacto negativo en los costos de fabricación en la industria automotriz. En una serie de tweets, antes de la adopción de la regla en 2019, Trump dijo que la acción resultaría en vehículos más seguros y más baratos, y que «habrá muy poca diferencia en las emisiones entre el estándar de California y el nuevo estándar de EE.UU.»
Poco después de que la administración Trump revocara la exención, el fiscal general de California, Xavier Becerra, inició una demanda.
«Lo hemos dicho antes y lo diremos de nuevo: California no retrocederá cuando se trata de proteger a nuestra gente, nuestra salud y a nuestro medio ambiente de la contaminación prevenible», dijo Becerra en un comunicado.
El anuncio de la EPA se produce días después de que el Departamento de Transporte dijera que “actuó agresivamente» para alinearse con Biden, en el tema del cambio climático, al proponer su distanciamiento de la regla SAFE-1.
Biden pretende que el país logre una reducción entre el 50 y el 52 por ciento de la contaminación por gases de efecto invernadero, con respecto a los niveles de 2005, para 2030 y que las emisiones netas de la economía en general sean nulas para 2050.
Los críticos argumentan que las estrictas regulaciones podrían perjudicar a las empresas que luchan por recuperarse de la pandemia, mientras que dejar de depender de los combustibles fósiles conduciría a la pérdida de puestos de trabajo y socavaría la independencia energética estadounidense.
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