La agrupación Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), fundada por miembros de la exguerrilla de «la Contra» que combatió al gobierno sandinista en la década de 1980, vuelve a la escena política uniéndose a la Coalición Nacional. ¿El fin? El mismo: sacar a Daniel Ortega del poder.
El acuerdo firmado el pasado 25 de febrero busca hacer un frente común de cara a las elecciones programadas para 2021. Se trata de un pacto de unidad que promueven la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), dos plataformas opositoras surgidas de las protestas antigubernamentales de 2018.
Además se han unido el Partido Restauración Democrática (PRD), el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y el Movimiento Campesino.
En conversación con la Voz de América, exmiembros de «la Contra» explicaron que la decisión de firmar el acuerdo con otras fuerzas opositoras se basa en la esperanza de que unidos podrían vencer a Ortega en las próximas elecciones.
Buscan, explican, justicia y verdad.
Miembros de la exguerrilla de «la Contra» que combatió al gobierno sandinista en la década de 1980 se unen a la oposición en #Nicaragua para sacar a Daniel Ortega del poder. https://t.co/UF4z3MWbVc ?: @HoustonTexasni pic.twitter.com/8rfsy9iJkN
— La Voz de América (@VOANoticias) February 28, 2020
«La vía armada solo es destrucción (…) Si el país de nosotros está entre el segundo o tercero de los más pobres, con una guerra seríamos el primero», dijo a la VOA José Francisco Pérez Hernández, conocido como comandante «Caminata», el apodo que recibió siendo guerrillero de la «contra» entre 1980 y 1990.
A sus 59 años y dos décadas después de dejar atrás sus rifles de asalto de alto calibre, este veterano de guerra sigue su vida cotidiana basada en ideales renovados que pasan por alcanzar para su país la democracia a través del voto.
Sus días transcurren en una remota comunidad ubicada a unos 115 kilómetros de Managua, y poco se parecen a los tiempos en que se unió junto a otros guerrilleros al Partido de Resistencia de Nicaragua (PRN), que peleó para sacar por la vía armada a los sandinistas que a finales de la década de 1970 habían derrocado a Anastasio Somoza Debayle.
Tiempo después, dijo Pérez Hernández, su lucha se convirtió en la búsqueda de justicia por «los crímenes cometidos en zonas rurales de Nicaragua», que atribuye al gobernante Frente Sandinista.
«Tenemos que unirnos para derrocarlo, si no nos unimos no lo vamos a sacar del poder», dijo.
Esa misma convicción tiene Luis Fley González, uno de los fundadores de «la Contra» que lleva años oponiéndose a Ortega.
«Nosotros somos Fuerza Democrática de Nicaragua, una organización creada en 1982, que recibimos financiamiento del gobierno norteamericano para presionar al gobierno sandinista en los años 80 para obtener democracia», recordó Fley González.
«Tengo 69 años y debiera estar viendo los toros de largo pero tenemos varias razones (para seguir en la política)», afirmó. «Una de las razones es que si «los Contra» no hacemos nada por institucionalizar nuestra lucha, va a desaparecer».
Asegura que Ortega ha ordenado que se extermine por completo a quienes fueron sus detractores en la guerra civil pasada con el fin de acallar totalmente los recuerdos que evocan ese conflicto armado.
«Después que se terminó la guerra, empezaron los exterminios selectivos”, afirma Fley, y aludió al caso más emblemático para él: el asesinato de Enrique Bermúdez, principal líder militar de «la Contra» (comandante 380), quien fue ultimado a balazos hace más de 28 años, después de un encuentro con amigos.
«Bermúdez fue asesinado y su muerte sigue impune, por eso seguimos buscando justicia para él y el resto de personas», dice. A su vez culpa de los supuestos crímenes a los «órganos de la inteligencia de la policía» de Nicaragua, subordinados entonces al Ministerio del Interior.
Ahora desde la coalición opositora, dice, buscarán la conformación de «una verdadera Comisión de la Verdad» que investigue a fondo los crímenes que se cometieron durante la guerra, y la falta de cumplimientos de acuerdos por parte del régimen de Ortega en la década de 1980.
Lo que fue «la Contra» en Nicaragua quiere también con la alianza a la oposición que no se borre la memoria histórica del papel que jugaron, dice Fley.
«Antes en los años de la década de 1990 se les enseñaba a los niños en cuarto grado, los acontecimientos de los años 80, sin embargo, este gobierno borró todo lo referente a ‘la Contra’ y la guerra civil y nosotros no podemos permitir que nuestros muertos sean ignorados, tenemos que luchar porque se escriba la memoria histórica», asegura.
Coalición Nacional es «un golpe» a Ortega
Hugo Torres, quien militó en las filas de la revolución sandinista que combatía a los grupos insurgentes de ese entonces, considera que la unión de «la Contra» a la oposición es un golpe al líder Daniel Ortega.
Explicó que el mandatario quería encausar al país a una guerra armada para justificar la violencia que se utilizó durante las protestas en abril de 2018, y que dejaron más de 300 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Torres afirma que la razón por la cual el mandatario quería que grupos le respondieran vía armada «era para que en el plano internacional se viera que estaba combatiendo la violencia, pero eso no se ha dado y tiene un gran valor político».
El mayor en retiro del Ejército de Nicaragua Roberto Samcam coincide con Torres y agrega que la representación de «la Contra» en la oposición fortalece a la organización porque ellos «cuentan con el respaldo de un amplio sector del campesinado».
«Digamos que se abarca mucho más territorio, donde la Coalición Nacional puede tener influencia, eso vuelve más amplia y sólida a la oposición», asegura Samcam.
«Aquí nadie quiere guerra»
No obstante, el Comandante Cero, Edén Pastora, un mítico exguerrillero nicaragüense que formó parte de «la Contra», pero que luego se afilió al Frente Sandinista, descarta que existan grupos que se puedan armar y descarta algunos pronósticos de analistas.
Consultado por la VOA acerca de si avizora un levantamiento armado ante el descontento que auguran algunos analistas, Pastora respondió: «No hombre, aquí nadie quiere guerra, aquí no podemos hacer una guerra, este pueblo está cansado de guerras, aunque siempre hay cabezas calientes, aunque siempre hay quienes quieren la violencia, pero es una minoría».
El mítico Comandante Edén Pastora descarta que ante la falta de solución a la crisis política que vive #Nicaragua se levanten grupos insurgentes, aunque dice que «hay sus cuantos cabezas calientes». pic.twitter.com/qmXZwEHL4k
— Houston Castillo (@HoustonTexasni) February 28, 2020
Las razones de «la Contra»
Siete organizaciones y partidos políticos conforman la Coalición Nacional opositora en Nicaragua.
«Hace 30 años, hubo un cambio. Pero para llegar a eso hubo una guerra civil y nos matamos entre nicaragüenses. Fue una guerra sangrienta que nunca debió haber sucedido si las cosas se hubieran hecho de una forma correcta”, dijo Luis Fley en representación del FDN, al firmar el documento en el que se compromete a trabajar por la unidad con la oposición.
Explicó además las razones para unirse: «Quiero firmar por los muertos que lucharon contra Daniel Ortega (…) quiero firmar por mis hermanos de «la Contra» que murieron con un fusil luchando por la democracia».
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