El gobierno de Nicaragua, aliado de China y Rusia, ha estado usando la migración ilegal como un lucrativo negocio y como un «arma política» para presionar a Estados Unidos, dijeron expertos en el panel virtual «Éxodos manipulados: El uso de la migración como arma de guerra política en la era de los autoritarismos», organizado por el centro de pensamiento Expediente Abierto.
«Nicaragua ha sido un sujeto muy activo en la instrumentalización de la migración como un ejercicio de ‘guerra híbrida’ para atacar a las democracias y en particular a los Estados Unidos de América, a quien ve como adversario que hay que terminar, que hay que acabar», dijo José Pallais, abogado nicaragüense y ex ministro de relaciones exteriores y de gobernación de Nicaragua, durante el panel.
«Por su posicionamiento como parte del grupo de regímenes totalitarios, que está presidido dirigido principalmente por Rusia y por China, que pretende modificar el orden internacional generado a partir de la Segunda Guerra Mundial, privando a los Estados Unidos del liderazgo tradicional que ha ejercido en los últimos años», añadió.
Pallais señaló que según la Organización Internacional de Migraciones, casi 300 millones de la población mundial es migrante, y enfatizó que en los últimos años 20 millones de personas migraron por el incremento de los regímenes totalitarios.
Detalló que 45 países generan el 35% de los migrantes «por dictaduras como la de Nicaragua, Venezuela y Cuba, que se han coordinado bajo la asesoría y la asistencia de Rusia principalmente, para promover migraciones originalmente desde sus países».
El abogado, quien fue excarcelado y privado de su nacionalidad por las autoridades nicaragüenses en febrero de 2023, explicó que el actual gobierno de Nicaragua llevó la migración a otro nivel, al incentivar la migración a través de vuelos chárter y vuelos comerciales de los que obtiene beneficios económicos y en los que llegan cientos de personas al país para dirigirse a Estados Unidos.
Dijo que alrededor de 1500 vuelos chárter comenzaron a llegar a Nicaragua a partir de 2022, en su mayoría de Venezuela, Haití y Cuba, aunque después llegaron vuelos procedentes de Asia, África y Europa.
Después de aterrizar en Nicaragua, las personas deben pagar una «tarjeta de turismo» o un «permiso especial» que tiene un costo de 150 a 200 dólares sin una tramitación previa, y que les permite continuar su viaje al norte del continente y evitar la peligrosa Selva del Darién. Además, dijo que estos desplazamientos son parte de un plan orquestado por el gobierno de Nicaragua.
«Esta estrategia forma parte de lo que varios expertos denominan ‘guerra híbrida’, donde la migración no solo es una consecuencia de crisis internas, sino una herramienta geopolítica para desestabilizar a países objetivos», declaró.
El panelista español Marc Marginedas, periodista y ex corresponsal del diario El Periódico, declaró que la estrategia del gobierno de Nicaragua para abrir paso a una migración desestabilizadora y con fines lucrativos se asemeja a la utilizada en Europa por el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, «otro grandísimo aliado de la Rusia de Putin, (…) quien ha permitido la entrada de migrantes irregulares a Europa como una forma de presión política», dijo.
«Lukashenko debe su existencia política a Putin. Si no hubiera sido por Putin, probablemente, en el verano de 2020, él habría perdido el poder, tras unas elecciones en las cuales hubo una masiva falsificación», explicó.
«En ambos casos se evidencia una estrecha coordinación con Moscú», dijo Marginedas, para quien el objetivo principal de esta estrategia es crear «caos» en la frontera de Estados Unidos, principalmente en el contexto de las elecciones presidenciales de noviembre.
Crimen organizado
Por su parte, el periodista, escritor y analista político argentino, Ignacio Montes de Oca, indicó que aunque Rusia está fomentando la migración, «tiene restricciones enormes para los migrantes» enviando a los solicitantes de ingreso al país a participar en la guerra contra Ucrania antes de conceder una ciudadanía, como condición. «Son esas enormes paradojas que tienen los países autoritarios», dijo.
Además, Montes señaló que a la injerencia de China y Rusia en la migración ilegal en América, se han sumado los intereses de grupos criminales para obtener beneficios económicos por medio de extorsiones y, en casos más extremos, a través del tráfico de personas. Estos grupos están operando principalmente en territorio mexicano.
«Los cárteles mexicanos, Jalisco Nueva Generación, Sinaloa, el Cártel de Juárez, les cobran un peaje de 1200 dólares para pasar por su territorio e ir hacia Estados Unidos, o entre 9000 y 20,000 dólares para llevarlos y meterlos dentro de Estados Unidos, o los interceptan y les cobran 10,000 dólares de extorsión para que sigan su camino», dijo.
El analista añadió que gobiernos autoritarios en América Latina han realizado alianzas con grupos criminales para obtener parte de las ganancias de la migración ilegal.
«En esa complicidad hay funcionarios que se prestan y se montan en las migraciones para hacer negocios con el crimen transnacional. (…) El Tren de Aragua está utilizando la ruta de las Islas de San Andrés, luego pasa por Nicaragua, todo esto con la connivencia de los funcionarios, para cobrarle entre 1200 y 9000 dólares a cada migrante venezolano o colombiano que quiera llegar a los Estados Unidos o quiera llegar a México para después seguir camino por tierra», declaró.
Remesas aumentan ingresos de los países
Montes también destacó que la migración está representando cuantiosos beneficios económicos a los países de origen y a sus gobiernos a través de las remesas enviadas por los migrantes, que además alientan las economías.
Según el Banco Central de Nicaragua, el país recibió 3841 millones de dólares en remesas provenientes de Estados Unidos en 2023. Venezuela recibió 5400 millones de dólares en remesas en el mismo año, según La República. El Salvador alcanzó una cifra récord de 8181 millones de dólares en remesas el año pasado. Honduras totalizó 9177 millones de dólares en remesas desde Estados Unidos en el mismo periodo.
Cerrando el panel, Marginedas se mostró optimista ante la creciente conciencia en occidente sobre el origen y las consecuencias de la migración ilegal.
«Desde la época en la que cubría la guerra de Siria, en el año 2011, estos fenómenos los veíamos, los sentíamos, pero era imposible [tener] un debate como el que estamos teniendo ahora, sobre la manipulación del fenómeno migratorio. No era posible porque verdaderamente no había conciencia en la sociedad de que esto estaba sucediendo», dijo.
«Entonces simplemente se trata un poco de adquirir esa experiencia y de que poco a poco vayamos tomando esa conciencia que hace a las sociedades y a los gobiernos y a los estados, resilientes ante las tentativas de manipulación exterior», delcaró.
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