Miles de nicaragüenses que buscan mantener vivas sus tradiciones religiosas, realizaron este martes una esperada procesión religiosa en las calles de Managua, la capital del país, pese a las tensiones con el régimen de Daniel Ortega.
Las procesiones se celebraron en honor a Santo Domingo de Guzmán, cuyas fiestas populares son las más concurridas del país. Las celebraciones incluyen, además de una multitudinaria y lenta procesión de 10 kilómetros con la imagen religiosa, desfiles hípicos, concursos populares, la bendición y vela de barco, y bailes acompañados de música folclórica de los pagadores de promesas.
En esta ocasión las celebraciones fueron un poco distintas, ya que se vieron vigiladas y cercadas por la Policía Nacional del régimen.
Algunos de los creyentes agradecieron que se les permitiera celebrar sus procesiones.
«Me siento bien de que haya salido la procesión, pero también me siento triste que no están [permitiendo] las otras procesiones. Entonces nos sentimos mal, muchas personas nos sentimos mal, porque todos tenemos derecho a asistir a las procesiones. Gracias a Dios se dio la voluntad del hombre», dijo el devoto Fredy Cruz a Reuters.
La procesión se pudo llevar a cabo luego de que en la víspera de las festividades, la alcaldía de Managua controlada por el régimen, diera por inaugurada las fiestas populares en honor al santo, en una actividad cultural presidida por la titular Reyna Rueda y acompañada por el cardenal Leopoldo Brenes, cabeza de la iglesia católica en el país.
Otro creyente de la imagen venerada, Salvador Antonio Peugett, agradeció a Dios, a la alcaldía, a Ortega, «y también a nuestro santo patrono», dijo a Reuters.
«Hay que ser ordenados. Si ellos así quieren nuestras fiestas, vamos a ser ordenados», agregó.
Esta celebración es una sorprendente excepción, ya que el régimen de Ortega ha prohibido a la iglesia católica y a sus creyentes en el último año celebrar procesiones religiosas.
Desde el 2022, el régimen lanzó distintos tipos de represión contra la iglesia que incluyeron cierres de emisoras católicas a nivel nacional, la confiscación de bienes eclesiásticos, y más recientemente, el arresto a sacerdotes, la expulsión de religiosas extranjeras altruistas, el bloqueo de cuentas bancarias personales de sacerdotes, y el congelamiento del fondo de retiro para los sacerdotes jubilados.
En este sentido, el obispo auxiliar de Managua en el exilio, Silvio José Báez, pidió que el colorido de estas celebraciones no opacaran la misión de la Iglesia católica a favor de la justicia y la realidad que sufre la iglesia católica bajo el régimen.
«Hoy se realiza la tradicional procesión de Sto. Domingo, Patrono de Managua. Que la música, los gritos y el baile no eclipsen la misión profética de la Iglesia en favor de la justicia y no nos hagan olvidar que hay un obispo nicaragüense injustamente encarcelado», escribió el obispo Báez, el martes en Twitter.
Con información de EFE.
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