Venezuela es el país de América que más dinero le debe a la República Popular de China, a tal punto que su deuda supera la cuarta parte de su propio Producto Interno Bruto (PIB).
Un estudio del Instituto Kiel para la Economía Mundial reveló que el país gobernado por Nicolás Maduro está «hasta el cuello» por las deudas que mantiene con el país asiático que, junto a Rusia, ha sido «salvavidas» para mantener a flote al régimen a punta de préstamos.
Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a que el PIB per cápita de Venezuela cerrará en 2868,34 dólares en 2019; un aproximado de 76.458 millones en total. Lo que significa que, según el estudio, el país suramericano le debe a China unos 19.114 millones de dólares.
Este martes 22 de octubre se conoció que la principal petrolera estatal china en Venezuela canceló los acuerdos con el país suramericano por falta de pagos de la estatal PDVSA.
De acuerdo con Bloomberg, «China Huanqiu Contracting and Engineering, conocida como HQC, una filial de la mayor compañía de energía de China, China National Petroleum (CNPC), informó a los proveedores locales que sus contratos serían rescindidos, citando “la situación extremadamente difícil de este proyecto”.
Según el Instituto Kiel, Venezuela es el país del continente americano con mayor dependencia de China, seguido por Ecuador y Bolivia. Mientras que los tres países más endeudados son los africanos Yibuti, Níger y República del Congo.
La investigación concluyó que China ha exportado cantidades récord de capital al resto del mundo, lo que la ha convertido en el mayor acreedor oficial, al superar a organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, el régimen de Maduro ha mantenido el apoyo del país asiático mientras que organismos internacionales han decidido retirárselo.
«La documentación de las exportaciones de capital de China es en el mejor de los casos opaca. China no informa sobre sus préstamos oficiales. No hay datos estandarizados completos sobre las existencias y flujos de deuda externa china», se lee en el informe.
También se señala que la práctica de ofrecer préstamos a Venezuela se hace de manera dudosa. Explica que recibe préstamos directamente de los bancos estatales chinos y normalmente están respaldados por garantías como el petróleo.
Las naciones con las que se practica mayormente la deuda oculta son Venezuela, Angola y Zimbabue: «Estos países han recibido grandes cantidades de préstamos bancarios chinos, pero estos préstamos no aparecen en las cifras comunicadas por China al Banco de Pagos Internacionales”, se lee en el informe.
China se ha convertido en el principal socio financiero de Venezuela, con inversiones en petróleo y es el principal acreedor del país suramericano, al que le ha concedido en la última década préstamos por unos sesenta mil millones de dólares, que son pagados principalmente con crudo; la mayoría de lo poco que produce Venezuela se envía para pagar deudas adquiridas con Rusia, China y Cuba.
Según la agencia de noticias AFP, Venezuela aún le debe a China cerca de veinte mil millones de dólares; y pareciera que el reciente viaje del chavismo al país asiático estaría buscando la reestructuración de los pagos y endeudarse aún más.
Recientemente, Maduro viajó a Beijing donde firmó acuerdos energéticos y mineros por varios miles de millones de dólares. Son “miles de millones de dólares en inversiones para hacer realidad el desarrollo de nuestras empresas mixtas en el campo petrolero”, sostuvo el tirano, quien a pesar de recibir millones de dólares para supuestamente activar el mercado petrolero venezolano, lo que ha hecho es reducir la producción de barriles sin dar explicaciones sobre el destino del dinero.
China, el salvavidas
China ha sido un aliado vital para el Gobierno venezolano; junto a Rusia, su principal valedor internacional y uno de los apoyos de Maduro.
En agosto, a solo horas de que el Gobierno de Estados Unidos emitiera nuevas sanciones contra la dictadura y contra las empresas que sostienen al régimen, se conoció que una compañía china ayudará a Maduro a rescatar las refinerías venezolanas a cambio de productos derivados del petróleo.
De acuerdo con Bloomberg, Wison Engineering Services Co. será la compañía de ingeniería y construcción química, ubicada en Shanghái, que intentará salvar al régimen. Según la agencia de noticias, el acuerdo se logró a inicios de julio. Sin embargo, la compañía china no ha completado un contrato que ganó en 2012 para revisar la refinería de Puerto la Cruz.
Asimismo, en julio de 2018 el régimen logró que China le concediera un crédito por cinco mil millones de dólares para, supuestamente, «rescatar la producción petrolera en Venezuela». Algo que nunca ocurrió.
Un círculo vicioso
En noviembre de 2016 se conoció que Maduro firmó un acuerdo con China para aumentar las exportaciones de crudo. El Gobierno de Venezuela y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) acordaron un plan de inversión por dos mil docientos millones de dólares que, supuestamente, permitirían producir diariamente 277 000 barriles más de crudo.
También se desconoce qué sucedió con el dinero recibido, ya que actualmente Venezuela produce solo seiscientos cincuenta mil barriles diarios, cifra de 1945.
En varias oportunidades el país asiático ha amenazado con dejar de ayudar a Venezuela ante el incumplimiento de los acuerdos binacionales. De hecho, en mayo de 2018 a Venezuela se le había vencido el período de gracia que China le había otorgado para que pagara la descomunal deuda que se acerca a los veinte mil millones de dólares. En esa oportunidad, la potencia asiática dejó claro que no ofrecería ningún alivio a Maduro si no empezaba a pagar lo adeudado. Sin embargo, en julio de ese mismo año le concedió otro crédito.
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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