A tres atletas biológicas actuales y anteriores de la escuela secundaria de Connecticut se les prohibió testificar el miércoles ante la audiencia del Comité Judicial del Senado sobre la Ley de Igualdad, la cual recientemente fue aprobada por la Cámara de Representantes. La Ley de Igualdad prohíbe la discriminación por motivos de sexo, orientación sexual e identidad de género.
Christiana Holcomb, la asesora legal de Alliance Defending Freedom para las mujeres, le dijo a The Epoch Times que fueron los demócratas de la mayoría quienes impidieron que las atletas testificaran.
“Es una vergüenza que los demócratas se negaran a escuchar a Selina, Chelsea y Alanna sobre los daños que enfrentan con una ley como la Ley de Igualdad. Nuestros clientes han perdido campeonatos estatales, podios y oportunidades para avanzar en la competencia porque se vieron obligados a competir contra machos biológicos”, dijo Holcomb.
Demócratas y republicanos se culparon mutuamente.
Cuando The Epoch Times le preguntó si la parte mayoritaria se negaba a permitir que las mujeres testificaran, un portavoz de los demócratas, que pidió no ser identificado, dijo: “No, la mayoría no las prohibió. La minoría pudo llamar a dos testigos y eligieron a los testigos que testificaron hoy”.
El portavoz del comité republicano, Taylor Foy, le dijo a The Epoch Times que la negociación original entre la mayoría y la minoría del comité, sobre los testigos, buscaba lo que se conoce como una «audiencia de consenso» en la que ambas partes obtienen tres testigos y una opinión sobre las elecciones de la otra parte.
Cuando las conversaciones de la audiencia de consenso fracasaron, debido a las objeciones demócratas a los testigos republicanos propuestos, la estructura volvió a un formato tradicional en el que la minoría solo podía proporcionar dos testigos.
Eso obligó a los republicanos a usar testigos que pudieran abordar el amplio espectro de temas presentados por la Ley de Igualdad, en lugar de aquellos que solo abordarían temas específicos como las preguntas sobre el atletismo femenino, dijo Foy.
Lo que es absolutamente seguro es que el trío de atletas le habría dicho «¡No!» a la Ley de Igualdad, si se les hubiera permitido prestar su testimonio preparado, el cual le fue facilitado a The Epoch Times.
La audiencia del comité fue convocada para considerar una versión del Senado de la Ley de Igualdad, aprobada por la Cámara, que redefine el sexo como una identidad flexible y elegida en lugar de un conjunto de características biológicas fijas.
El estado de Connecticut ha utilizado la definición de “identidad flexible” durante varios años, y machos biológicos han competido en lo que antes eran competencias de atletismo solo para mujeres.
“La Conferencia Atlética Interescolar de Connecticut comenzó a permitir que los niños que se identifican como niñas compitan en deportes de niñas. Como resultado, durante los cuatro años de la escuela secundaria, me vi obligada a competir contra dos niños biológicos que se identificaban como niñas”, dijo Selina Soule en su testimonio preparado.
“En ese tiempo, estos dos machos biológicos ganaron 15 títulos de campeonatos estatales femeninos en pista y campo, títulos que anteriormente estuvieron en manos de nueve chicas diferentes. Y en sólo tres años estos machos biológicos establecieron 17 nuevos récords de encuentros individuales, récords que las chicas no teníamos ninguna esperanza de romper”, continuó.
Alanna Smith, quien es estudiante de tercer año en Danbury (Connecticut), dijo en su testimonio que le encanta “entrenar y competir. La emoción de competir contra chicas como yo, que entrenan duro, es gratificante. Compito para ser la mejor, para ser la más rápida, para ser una campeona en igualdad de condiciones».
El problema, dijo Smith, es que “es difícil ignorar las diferencias físicas entre nosotras y los machos biológicos cuando están alineados con nosotras en los bloques de salida. Sabemos mentalmente el resultado antes de que comience la carrera. Entrenamos muy duro para competir y, sin embargo, los machos biológicos que compiten contra nosotras nos roban títulos, podios y oportunidades de avanzar porque tienen ventajas físicas inherentes sobre nosotras.
“Esa injusticia biológica no desaparece por lo que alguien piense sobre la identidad de género. Todas las niñas merecen la oportunidad de competir en igualdad de condiciones y no debemos quedarnos marginadas en nuestros propios deportes».
La tercera atleta que quiso testificar fue Chelsea Mitchell, una exalumna de Canton High School en Connecticut.
“Perdí cuatro campeonatos estatales porque nuestra política estatal ignora la realidad biológica y las ventajas físicas de los hombres sobre las mujeres en el deporte”, dijo en su testimonio escrito.
“Cuatro veces fui la mujer más rápida en cruzar la línea de meta, pero no obtuve la medalla de oro ni el título estatal; los hombres de mi carrera se llevaron ese honor. Perder un campeonato estatal es difícil, pero perder uno porque la carrera no es justa es desgarrador”, dijo Mitchell.
“He visto que esto sucedía una y otra vez en la pista de Connecticut, tantas chicas se han visto afectadas, perdiendo la oportunidad de avanzar en la competencia o llevarse a casa una medalla de oro. Eso no es justo ni correcto”.
“Necesitamos categorías deportivas separadas basadas en el sexo biológico para poder competir de manera justa. Esto es lo que el Título IX pretendía proteger y preservar. Si a los machos biológicos se les permite competir en deportes femeninos, ya no habrá deportes femeninos como los conocemos”.
El único estudiante que testificó a favor la Ley de Igualdad fue Stella Keating, de 16 años, del estado de Washington, quien le dijo al comité que “mis pronombres son ella/el” y que es transgénero.
Keating dijo que teme asistir a la universidad en un estado que no brinda la misma protección a las personas transgénero.
“En este momento, vivo en un estado donde tengo la misma protección ante la ley. Y como estudiante de segundo año de secundaria, estoy empezando a buscar universidades. Y todo en lo que puedo pensar es en esto: menos de la mitad de los estados de nuestro país me brindan la misma protección ante la ley”.
“¿Qué pasa si quiero asistir a la universidad en un estado que no me protege? En este momento, podrían negarme atención médica o ser desalojado por simplemente ser transgénero en muchos estados. ¿Cómo puede ser eso correcto? ¿Cómo es posible que eso sea estadounidense?
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