El caso de una niña de 8 años que vivió casi toda su vida encerrada «sin ver la luz del sol» ha consternado al mundo. Su cautiverio le ocasionó una debilidad tal que no puede subir escaleras.
Las autoridades alemanas encontraron el pasado 23 de septiembre a una niña de 8 años, identificada con el nombre de Mara, en un cuarto con su madre en casa de sus abuelos en la ciudad de Attendorn, en Alemania. Al parecer la menor, había estado viviendo en cautiverio en una habitación sin poder salir desde que tenía 18 meses de edad.
Rosemarie G. de 47 años, es la madre de la menor y la presunta responsable de no permitirle salir de su casa durante casi toda su vida.
La pequeña Mara nunca salió a pasear, nunca había visto un bosque, nunca fue a la escuela y no tenía ningún amigo. En el pueblo de 25,000 habitantes nadie sabía lo que sucedía en aquella casa. Cuando las autoridades alemanas la encontraron se percataron del cautiverio y la terrible situación en aquel lugar, informó el medio alemán Bild.
Mara no había salido de la casa por siete años, por lo que su reacción al salir al mundo exterior cuando la encontraron las autoridades fue abrumadora. La niña tenía un estado de debilidad extremo que no le permitía subir las escaleras ni caminar por un terreno irregular. Sin embargo, no presentaba señales de abuso o malnutrición, informó el diario Times.
Mara nació en diciembre de 2013, pero sus padres ya se habían separado. El padre, que actualmente tiene 46 años, tenía una buena relación con la madre de su hija. Sin embargo, en el 2015 encontró una nota en el parabrisas de su auto, donde su expareja le dijo que se iría a Italia con su hija.
Años después, cuando un familiar visitó Italia y buscó a Rosemarie y a la niña, se percataron que nunca habían vivido ahí. Fue entonces cuando la policía aceptó registrar la casa en Attendorn, pues también habían testigos que informaron haber visto a la madre en el pueblo.
Tras el terrible hallazgo, ahora la niña está bajo el cuidado de una familia de acogida, recibiendo tratamiento médico y psicológico. Y aunque no hubo indicios de abuso, pues la niña puede hablar, caminar y ser curiosa. Las autoridades señalan que tienen que investigar bien el caso.
La madre y los abuelos están ejerciendo su derecho a guardar silencio. Por su lado, la oficina del fiscal en Siegen tienen a la madre y a los abuelos bajo sospecha de privación de la libertad y abuso de tutela.
«Estamos investigando por sospecha de privación de libertad», dijo el fiscal Patrick Baron von Grotthuss a BamS, según informó Bild.
De ser encontrada culpable, la madre podría pasar hasta 10 años en prisión.
Asimismo, el padre de Mara, señala estar dispuesto a aceptar la custodia de su hija.
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