(No es una) sorpresa: los herbicidas a base de glifosato son malos para su salud mental

El uso generalizado del Rosadup de Monsanto ha tenido efectos de gran alcance en todo nuestro sistema alimentario.

Por Kelly Brogan
29 de noviembre de 2019 10:47 PM Actualizado: 29 de noviembre de 2019 10:48 PM

«Come tus verduras» ya no es sinónimo de algo saludable, gracias a los efectos perjudiciales para la salud que son cada vez más documentados sobre los pesticidas y herbicidas químicos.

Innumerables problemas de salud se han relacionado con el uso de herbicidas químicos para alimentos de los humanos en los aproximadamente 80 años de uso. Esta por ejemplo el Agente Naranja de la Guerra de Vietnam. Hubo DDT y esfuerzos de ofuscación asociados. Y desde la década de 1990, hemos estado cada vez más expuestos a los herbicidas a base de glifosato que se encuentran en los alimentos procesados, en cultivos transgénicos como el maíz y la soja, y como un desecante posterior a la cosecha en otros cultivos como el trigo y las papas.

En un caso que sentó precedentes en 2018, se descubrió que Roundup de Monsanto, un herbicida a base de glifosato y el cual es el herbicida más vendido del mundo causa cáncer, teniendo que remunerar a un jardinero de escuela por $289 millones de dólares debido a los daños causados, lo que también provocó un diluvio de más de 8,000 casos similares que fueron llevados a corte.

El glifosato químico es uno de los herbicidas más utilizados como componente principal de más de 750 productos. También se ha demostrado que los adyuvantes en Roundup eran 10,000 veces más tóxicos que el glifosato solo, el cual se ha demostrado ampliamente que es un tóxico en sí mismo, y además, los efectos de toxicidad se amplían hasta cinco veces en 72 horas.

El glifosato se usa en la producción de soja, canola y maíz, y como resultado, el químico ahora está presente en nuestro aire, agua, suelo e incluso en la leche materna. Los científicos y los agricultores dependen tanto de los herbicidas a base de glifosato (GBH) que manipulan genéticamente productos como el maíz, la soja y la canola para que sean resistentes a GBH.

Roundup de Monsanto, un herbicida a base de glifosato y el cual es el herbicida más vendido del mundo causa cáncer. (JOSH EDELSON/AFP/Getty Images)

Pero en nuestros cuerpos, el glifosato tiene un efecto perjudicial en el microbioma intestinal, quelata minerales importantes, interrumpe nuestro sistema endocrino y agota el suministro de glutatión de nuestro cuerpo.

En esta misma línea, los investigadores han regresado recientemente con otro estudio que muestra cómo estos herbicidas químicos a base de glifosato pueden afectar no solo nuestra salud intestinal y hormonal, sino también nuestra salud mental.

Nuevo estudio sobre exposición a herbicidas revela más

En un estudio publicado en la revista Neurotoxicology and Teratology, los investigadores examinaron los efectos del GBH en los microbios intestinales y cómo eso, a su vez, afectó la función neuroconductual en ratones.

Los científicos inyectaron directamente una solución salina o una solución que contenía herbicidas a base de glifosato, a los ratones con una exposición aguda, subcrónica y crónica de 250 o 500 mg / kg / día. El grupo con exposición aguda se trató y probó durante solo un día, mientras que los grupos subcrónico y crónico se trataron diariamente durante seis semanas y 12 semanas, respectivamente. Para evaluar qué tan ansiosos o deprimidos estaban los ratones, los investigadores compararon cómo se comportaron los que eran de diferentes grupos y distintos niveles de exposición, en un campo abierto, un laberinto, una prueba con suspensión de cola y una prueba de salpicadura de un liquido, después de un día, seis semanas o 12 semanas, dependiendo de la duración de exposición asignada a cada grupo.

Como era de esperar, los ratones que tuvieron exposición subcrónica y crónica a GBH se comportaron con más ansiedad y comportamientos asociados con la depresión. Estos ratones pasaron más tiempo inmóviles cuando estaban en medio de un campo abierto y pasaron menos tiempo tratando de luchar cuando fueron colgados de la cola. Los científicos también salpicaron una solución de sacarosa sobre el pelaje de los ratones, y aunque los ratones sanos se acicalaban y limpiaban, los ratones expuestos a GBH pasaban mucho menos tiempo acicalándose, especialmente si habían estado expuestos a 500 mg / kg / día. El grupo control no mostró diferencias en función de la duración del tratamiento. Los investigadores concluyeron que la exposición a GBH «provocó evidentes alteraciones del comportamiento emocional en ratones».

Un investigador toma muestras de tejidos de plantas de maíz MG en la sede de Monsanto en St. Louis en esta foto de archivo. (Brent Stirton/Imágenes Getty)
Un investigador toma muestras de tejidos de plantas de maíz MG en la sede de Monsanto en St. Louis en esta foto de archivo. (Brent Stirton/Imágenes Getty)

Los investigadores también encontraron que GBH alteró significativamente la composición de la microbiota intestinal en términos de abundancia y diversidad de microbios intestinales críticos, específicamente, hubo una disminución de corynebacterium, firmicutes, bacteroidetes y lactobacillus.

Este estudio, que analiza la microbiota intestinal y los comportamientos asociados después de la exposición a este químico tóxico, nos ayuda a comprender mejor cómo la toxicidad por GBH puede inducir una disbiosis intestinal que, a su vez, podría conducir a cambios en el comportamiento neurológico.

¿Entonces, qué significa esto?

Dada una conexión intestino-cerebro que esta cada vez mejor documentada, y la influencia de la dieta en nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos de bienestar, ingerir estos químicos tóxicos, o incluso estar expuestos a ellos, es un peligro para nuestra salud y nuestras generaciones futuras.

Y, sin embargo, todavía se venden estos productos químicos, lo que es una evidencia de las fallas de nuestros organismos reguladores.

Desafortunadamente, al público le toma, en promedio, 17 años preocuparse de manera apropiada y avanzar en la acción apropiada desde que comienza a sentir preocupaciones sobre su seguridad. En el caso del glifosato, este proceso es notablemente más rezagado. La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. tiene evidencia que prueba que Monsanto, que es ahora propiedad de Bayer, era plenamente consciente del potencial del glifosato para causar cáncer en mamíferos a principios de 1981.

¿Qué podemos hacer al respecto? En interés de su propio bienestar, hasta que la agricultura biodinámica se vuelva más frecuente a través de la demanda del consumidor, ¡vote con su dinero!, priorizando los productos orgánicos (¡No toque la soja, el maíz o la canola convencionales!), los alimentos de animales de pastoreo y los productos etiquetados con «no OGM».

Kelly Brogan, MD, es psiquiatra holística de la salud de la mujer y autora del exitoso libro The New York Times «A Mind of Your Own», el libro infantil «A Time for Rain» y coeditora del libro de texto histórico «Terapias integradoras para Depresión”. Este trabajo se reproduce y distribuye con el permiso de Kelly Brogan, MD. Para más artículos, suscríbase al boletín en www.KellyBroganMD.com

*****

Puede interesarle:

Cambio climático: una campaña de desinformación magistral

 

 

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.