Una iglesia de Pasadena, California, ha ganado una importante batalla judicial que le permite abrir en medio de estrictos cierres.
Después de que un tribunal de distrito rechazara la apelación de la iglesia para obtener un amparo, la Corte Suprema falló a favor de la iglesia afirmando que los funcionarios de California no pueden prohibir que las iglesias celebren servicios en el interior en medio de la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«Pienso que no estamos en Corea del Norte, ni en la China comunista. Esto es Estados Unidos, y quieren detener a los miembros de la iglesia, ciudadanos respetuosos de la ley que pagan sus impuestos, y que solo quieren ir a rezar», dijo el pastor Che Ahn, cuyos padres huyeron de la persecución religiosa comunista en Corea del Norte, al programa Crossroads de The Epoch Times.
En febrero, la Corte Suprema falló a favor de la Iglesia Harvest Rock ordenando un retroceso en algunas de las estrictas restricciones que el gobernador de California, Gavin Newsom, había impuesto a las iglesias. El tribunal levantó la prohibición de los servicios religiosos en persona, pero aún permitió algunos límites a las reuniones en interiores. El tribunal tampoco tocó la prohibición del gobernador de cantar y corear durante los servicios en interiores.
El gobierno de California prometió entonces reabrir las iglesias, dijo el pastor de la iglesia Harvest Rock de Pasadena.
«Lo que fue realmente desalentador es que nos declararon no esenciales desde el principio. Las clínicas de aborto eran esenciales, los dispensarios de marihuana eran esenciales», dijo Ahn. «Por supuesto, las licorerías [eran] esenciales, así como las tiendas de comestibles, pero no la iglesia».
Entonces, se envió una carta firmada por 150 pastores a Newsom exigiendo que se levantaran las restricciones, dijo Ahn.
Ahn destacó la importancia del apoyo espiritual, mental y emocional que la Iglesia ha ofrecido a lo largo de la historia en tiempos de crisis, y explicó que quienes asisten a la iglesia también siguen las normas sanitarias. Añadió que su iglesia no había provocado ningún brote del virus del PCCh.
Las autoridades californianas les dejaron abrir durante un mes aproximadamente, dijo. Un número limitado de personas acudía a la iglesia y se distanciaba socialmente, llevaba mascarillas, se controlaba la temperatura y realizaba desinfecciones. Sin embargo, dos semanas después se les informó de que no debían cantar ni corear en la iglesia.
Durante el verano de 2019, sin embargo, estallaron protestas y manifestaciones tras la muerte de George Floyd bajo custodia policial. En Los Ángeles, 100,000 personas marchaban sin ningún tipo de distanciamiento social, dijo Ahn.
«Están gritando y se volvieron muy violentos mientras saqueaban y causaban tremendos daños. Y Newsom hace un comunicado de prensa y dice, ya sabes, escuchamos sus voces, sus voces necesitan ser escuchadas, están ejerciendo sus derechos de la Primera Enmienda, y los protegeremos. Y, en ese momento, acababa de cerrar la iglesia de nuevo».
El pastor señaló que está a favor de proteger los derechos de la Primera Enmienda siempre que no sea de forma violenta. Pero dijo que también hay que defender el derecho de los estadounidenses a practicar su religión.
Decidió entonces demandar a Newsom para ver si se puede convencer a los tribunales de que den la razón a la iglesia para permitir los servicios en persona, siempre y cuando se mitigue el riesgo de propagación del virus del PCCh, dijo.
La página web de la Iglesia Harvest Rock afirma que su objetivo es proteger la Primera Enmienda y adoptar una postura específica contra la «clasificación errónea de la veneración a Dios como no esencial durante este tiempo de agitación nacional».
«Mi interpretación de la Primera Enmienda es que el Estado no establecerá una religión estatal ni interferirá en su libre ejercicio», señaló Ahn.
Tras presentar la demanda, Ahn recibió una carta de un fiscal de la ciudad de Pasadena.
«Era una carta muy triste y desagradable», dijo Ahn. El fiscal decía en la carta que «si siguen reuniéndose, los arrestaremos. Multaremos a los miembros de su iglesia con 1000 dólares por persona, por reunión», continuó Ahn, «estamos hablando de millones de dólares. Y tenemos derecho a arrestar a los miembros de su iglesia».
Ahn dijo que le parecía una hipocresía por parte de sus políticos.
«Y aquí está la loca ironía de todo el asunto. Newsom está permitiendo la salida de los presos para evitar el hacinamiento durante el COVID. Él quería el distanciamiento social en las prisiones, todos estos presos están siendo liberados. Y sin embargo, ahora nos amenazan con arrestarnos».
Ahn apeló entonces al tribunal de distrito, pero recibió otra respuesta negativa, lo que les llevó a apelar al Tribunal del Noveno Circuito, donde también fueron rechazados.
«Y finalmente, acudimos a la Corte Suprema. Ellos se pronunciaron», dijo Ahn.
Justo después de que emitieran la decisión en un caso de Nueva York de que «era inconstitucional limitar el tamaño de la asistencia en la diócesis católica y la sinagoga judía, se pusieron en contacto con nosotros y dijeron: ‘Sí, lo que están haciendo es inconstitucional’, y luego [fueron] de nuevo al Noveno Circuito para corregirlo, y dieron una hoja de ruta de lo que los tribunales deberían hacer», dijo Ahn.
Él y otros miembros de la iglesia continúan con el proceso judicial porque, según explicó Ahn, se enteraron de que hubo un acuerdo entre cierto programa de televisión y Newsom, en el que se les permite cantar.
«Si la gente no se resiste al totalitarismo (…) si no tuviéramos gente que dijera ‘no’ al control autoritario que ni siquiera es razonable, siento que vamos a ver suceder cosas peores. Así que quiero hacer mi parte para adoptar una postura profética sin ser rebelde y, a mi manera, decir: ‘Esto es, para mí, una cuestión de justicia. Es una cuestión de derechos de la Primera Enmienda, y voy a ejercerla sin tener una mala actitud o ser mezquino o desagradable», dijo Ahn.
Añadió que su padre, pastor en Pyongyang, Corea del Norte, fue encarcelado por los comunistas cuando llegaron al poder.
Cuando las tropas estadounidenses empujaron a las fuerzas comunistas hacia la frontera china durante la Guerra de Corea, sus padres escaparon a Corea del Sur y más tarde toda la familia emigró a Estados Unidos.
Con información de Zachary Stieber.
Siga a Joshua en Twitter: @JoshJPhilipp
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
