Las autoridades israelíes dijeron que los investigadores no han encontrado ningún caso grave de COVID-19 entre las personas vacunadas infectadas con la variante Omicron.
La cepa del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) —que fue bautizada como Omicron por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la semana pasada— ha provocado un nuevo pánico mundial, ya que varios países impusieron restricciones de viaje a los países del sur de África, donde se localizó por primera vez la variante.
El Dr. Sharon Alroy-Preis, jefe de los servicios de salud pública de Israel, señaló que la probabilidad de infección de Omicron es «muy alta», pero dijo que las personas vacunadas que se han infectado con la variante solo enfermaron levemente, informaron los medios locales.
Y el profesor Dror Mevorach, responsable del departamento de COVID-19 en el Hospital Universitario Hadassah de Ein Karem, dijo que los primeros informes sobre los infectados con la nueva variante son alentadores.
«Si sigue así, podría tratarse de una enfermedad relativamente leve en comparación con la variante Delta y, paradójicamente, si se impone, dará lugar a menores tasas de infección», señaló Mevorach, según el medio de comunicación Haaretz.
Aunque es demasiado pronto para tomar una determinación, continuó, «en este momento, es importante recopilar información, no especulaciones».
A pesar de ello, Israel se unió a una creciente lista de países —incluido Estados Unidos— que impusieron restricciones de viaje esta semana. Al mismo tiempo, altos funcionarios sanitarios de todo el mundo sugirieron que podrían ser necesarios nuevos cierres para frenar la propagación de la cepa del virus del PCCh, a pesar de no saber si Omicron provoca una enfermedad más grave.
Durante el fin de semana, la presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, la doctora Angelique Coetzee, que alertó a las autoridades sobre la variante más reciente, declaró a los medios de comunicación que los síntomas de los pacientes de Omicron eran «tan diferentes y tan leves de los que había tratado antes».
Coetzee dijo que un paciente de su clínica estuvo «extremadamente fatigado» durante dos días con dolores de cuerpo y de cabeza.
«Los síntomas en esa fase estaban muy relacionados con una infección vírica normal. Y dado que no hemos visto COVID-19 en las últimas 8 o 10 semanas, decidimos hacer la prueba», continuó. «En la mayoría de los casos, los síntomas son muy, muy leves, y ninguno de ellos ha admitido hasta ahora pacientes en cirugías. Hemos podido tratar a estos pacientes de forma conservadora en casa», dijo la doctora.
Hasta ahora, según Coetzee, la variante Omicron afecta a personas de 40 años o menos. Aproximadamente la mitad de los pacientes con síntomas de Omicron que ha tratado estaban vacunados y el resto no, dijo.
En respuesta a los informes sobre síntomas más leves, el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., afirmó que queda mucho por saber sobre la variante.
Durante una aparición en ABC News el lunes, al preguntarle sobre si la variante presenta síntomas más leves, Fauci declaró: «Creo que es prematuro decir eso, George, simplemente no lo sabemos».
La semana pasada, la OMS suscitó polémica por su decisión de denominar a la variante Omicron, saltándose la «Xi», una letra del alfabeto griego, diciendo que no quería causar «ofensa a ningún grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o étnico». Algunos especularon que la agencia de salud de la ONU intentaba aplacar al PCCh y a su líder, Xi Jinping.
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