Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dicen que no tienen documentos que respalden su afirmación de que las vacunas contra el COVID-19 no causan variantes del virus que lo provoca.
El sitio web de los CDC califica de mito que las vacunas causen variantes.
«HECHO: Las vacunas contra el COVID-19 no crean ni causan variantes del virus que causa el COVID-19. En cambio, las vacunas contra el COVID-19 pueden ayudar a prevenir la aparición de nuevas variantes», afirma el sitio web.
«Las nuevas variantes de un virus se producen porque el virus que causa la COVID-19 cambia constantemente a través de un proceso natural continuo de mutación (cambio). A medida que el virus se propaga, tiene más oportunidades de cambiar. Una alta cobertura de vacunación en una población reduce la propagación del virus y ayuda a prevenir la aparición de nuevas variantes», dice también.
La Red de Acción para el Consentimiento Informado (ICAN), una organización sin ánimo de lucro, solicitó a los CDC, mediante la Ley de Libertad de Información, la documentación que respaldara esta afirmación.
En una solicitud, el grupo pidió «Todos los documentos suficientes para apoyar que las vacunas contra el COVID-19 no crean o causan variantes del virus que causa el COVID-19».
Otra solicitaba «Todos los documentos suficientes para respaldar que la inmunidad conferida por las vacunas contra el COVID-19 no contribuye a la evolución del virus ni a la aparición de variantes».
Los CDC han respondido ahora a ambas solicitudes, diciendo que una búsqueda «no encontró registros que respondieran» a ellas.
La primera respuesta llegó en enero (pdf); la segunda, el 4 de mayo (pdf).
Si los CDC están haciendo declaraciones, la agencia debería tener documentos que las respalden, dijo Aaron Siri, un abogado que representa a ICAN, a The Epoch Times.
Las respuestas son «muy preocupantes», dijo Siri. «Pensaba que los CDC eran una organización basada en datos, que tomaban sus decisiones basándose en los estudios, la ciencia y los datos».
Los CDC no respondieron a una solicitud de comentarios.
La ICAN ha sido uno de los solicitantes de información de los CDC más prolíficos durante la pandemia. Muchas solicitudes han dado lugar a información. Otras no.
En este caso, los CDC deberían actuar para garantizar la confianza del público, dice Siri.
«Eliminar los términos o proporcionar las pruebas», dijo. «Obviamente, habrá casos en los que las recomendaciones de los CDC puedan resultar útiles o provechosas. Y creo que hacen un daño a todo el mundo al perjudicar su propia credibilidad al hacer declaraciones que no tienen apoyo o que no van a producir el apoyo [para ello]».
Científicos ajenos a los CDC también han dicho que las vacunas pueden ayudar a prevenir nuevas variantes.
«A medida que un mayor número de personas se vacunan, esperamos que la circulación del virus disminuya, lo que llevará a un menor número de mutaciones», dice la Organización Mundial de la Salud en su página web.
Pero muchas de las afirmaciones se basan en que las vacunas son capaces de detener la infección del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), causante del COVID-19. Las vacunas son cada vez más incapaces de hacerlo, especialmente contra la nueva variante dominante, ómicron.
El Dr. Geert Vanden Bossche, virólogo, es uno de los que afirman que las propias vacunas están detrás de las nuevas variantes.
«Todas las vacunas contra el COVID-19 fallan a la hora de bloquear la transmisión viral, especialmente la de las variantes más infecciosas. Esto es un gran problema, ya que la transmisión viral se produce cada vez más entre las personas sanas en general y los vacunados en particular (ya que sus Abs específicos de S no neutralizan suficientemente las variantes de S)», afirma Vanden Bossche en su página web. «La presión inmunitaria subóptima resultante dirigida por S sirve de caldo de cultivo para variantes aún más infecciosas».
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